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domingo, 24 de mayo de 2020

Callejeando por la Mancha y la Manchuela

Mi último viaje antes del estado de alarma en España fue a una región con un nombre que seguramente conocerás: La Mancha. Esta región, situada en el centro de España, justo al sur de Madrid, ocupa parte de varias provincias. Concretamente, estuve en pueblos de tres de ellas: Toledo, Ciudad Real y Cuenca.

Muchos de los pequeños pueblos de esta región forman parte de lo que, en los últimos tiempos, se llama la España vacía o la España vaciada. Pueblos que están perdiendo cada vez más habitantes jóvenes por la falta de oportunidades y servicios, y pueblos que están perdiendo cada vez más servicios por la falta de habitantes. Como se suele decir, una pescadilla que se muerde la cola o un círculo vicioso ('una situación que parece no tener solución y a la que volvemos y volvemos, dando vueltas, sin poder salir de ella').

Quizá por esa pérdida de población joven, en estos pueblos los ancianos -y sobre todo las ancianas, quizá porque las mujeres viven más años- se han convertido en todo un símbolo. Fíjate en estos establecimientos:


Aprende español callejeando por la Mancha y la Manchuela
Belmonte (Cuenca)

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Campo de Criptana (Ciudad Real)

Claro que las ancianas de los pueblos ahora ya no se visten así. Así es como se vestían las ancianas hasta más o menos los años 80 del siglo XX. Pero creo que estas imágenes quieren promocionar lugares turísticos utilizando una imagen de autenticidad, de vuelta a la tradición, a las raíces.


Aparte de este símbolo, lo más llamativo de la mayoría de los pueblos que vi, desde el punto de vista cultural, es el culto a los escritores de siglos pasados.

Están, claro, Miguel de Cervantes y su novela Don Quijote de la Mancha (que también está muy presente en Madrid, como te mostré en la entrada El Quijote vive), que aparece en cuanto entras en la región:

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Quintanar de la Orden (Toledo)

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Quintanar de la Orden (Toledo)

La imagen representa a Dulcinea, el amor platónico de don Quijote. Sobre su hombro izquierdo se ve a don Quijote y a Sancho Panza, su escudero (se llamaba así a la persona que acompañaba a un caballero, llevándole las armas y sirviéndole en todo lo que necesitara).

Dulcinea es protagonista en las calles del pueblo de El Toboso, porque así la llamó Cervantes: Dulcinea del Toboso.


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El Toboso (Toledo)

Aquí se adapta el famoso comienzo de la novela: "En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo...", que significa en español moderno: En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no me acuerdo, no hace mucho tiempo vivía un hidalgo...

Es este comienzo de la novela lo que aparece en esta otra imagen, que nos muestra al hidalgo Alonso Quijano leyendo novelas y más novelas de caballería:



Campo de Criptana (Toledo)

Un hidalgo era alguien que, por su nacimiento, pertenecía a la nobleza, pero a su nivel más bajo. El hidalgo Alonso Quijano se convirtió en el caballero andante Don Quijote de la Mancha, que es quien da nombre a esta casa rural:


Aprende español callejeando por la Mancha y la Manchuela
El Toboso (Toledo)

Antiguamente, un caballero era un guerrero que iba a caballo. Pasó después a aplicarse a los hidalgos y/ o miembros de alguna orden civil o militar. La palabra orden, en femenino, además de 'mandato', se usa para hablar de instituciones religiosas (por ejemplo, la orden de los capuchinos o la orden de los franciscanos) y también de instituciones civiles o militares que eran creadas por los reyes para reconocer los méritos de algunos nobles (por ejemplo, la orden de Santiago o la orden de Calatrava).

Hoy en día, caballero se usa como fórmula de respeto dirigida a un hombre (aunque cada vez se usa menos) o en combinaciones como peluquería de caballeros.

Un caballero andante era el que iba por el mundo defendiendo los derechos de los pobres y, en general, haciendo justicia. Justamente estos caballeros eran los protagonistas de las novelas de caballerías, un género literario que fue muy popular en España en el siglo XVI.


Pero no es Miguel de Cervantes el único escritor homenajeado en estas tierras. En Belmonte nos encontramos por las calles con otros escritores:



Belmonte (Cuenca)

Y es que Fray Luis de León, religioso y escritor del siglo XVI, nació en este pueblo, y en donde estuvo su casa encontramos sus versos más famosos, una oda ('poema que hace un elogio, que dice las cosas buenas de algo o de alguien') a la vida retirada, o sea, a la vida en soledad o en casi soledad:


Belmonte (Cuenca)

Te explico estos versos en un español más actual y menos poético: ¡Qué vida tan descansada / relajada la de los que huyen del ruido del mundo y sigue el camino escondido por donde han ido los pocos sabias que han existido!

Y, la verdad, aunque Fray Luis no vivió ni murió en su pueblo, si le gustaba la vida alejada del ruido, hubiera sido feliz en Belmonte, al menos actualmente, porque el pueblo es muy, muy tranquilo.


Fray Luis no es el único escritor que nos encontramos en este pueblo. Aquí vemos a otro, un poeta del siglo XV:


Aprende español callejeando por la Mancha y la Manchuela
Belmonte (Cuenca)

El padre de Jorge Manrique sirvió a la familia de los Villena, los nobles que construyeron el castillo de Belmonte (que te recomiendo visitar), y él pasó parte de su infancia en este pueblo y murió a 40 kilómetros de aquí, en una batalla.

No estaban en los muros los versos más famosos de Jorge Manrique, las Coplas a la muerte de su padre, pero te escribo yo el comienzo, muy popular en España:


Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte tan callando;
cuán presto se va el placer,
cómo después de acordado da dolor;
cómo a nuestro parecer
cualquiera tiempo pasado fue mejor.


Lo simplifico para que lo entiendas: Despertad, almas dormidas, y observad cómo la vida pasa y viene la muerte tan silenciosamente; qué rápido se va el placer y cuánto dolor causa después; cómo siempre nos parece que cualquier tiempo pasado fue mejor.



Y en este recorrido literario llegamos a La Manchuela, una región que comprende tierras de varias provincias de diferentes comunidades autónomas: Cuenca (Castilla-La Mancha), Valencia (Comunidad Valenciana) y Albacete (Castilla-La Mancha). Yo estuve en Cuenca y fui a Alarcón, un pueblo situado en un lugar espectacular:


Aprende español callejeando por la Mancha y la Manchuela


El dueño del castillo, del pueblo y de muchas de las tierras de alrededor fue, durante parte del siglo XIV, el infante don Juan Manuel, y en este castillo escribió algunas de sus obras.

Por eso en algunos muros de las calles de este pueblo aparecen algunas de sus frases famosas, y de ellas la que más me gustó fue esta, que me pareció muy ingeniosa:


Alarcón (Cuenca)


O sea, si alguien te dice cosas buenas sobre tu aspecto físico (o sobre otras cosas, creo que no solo se refiere a la belleza física) que no son verdad, es que esa persona quiere conseguir algo de ti.

Espero que te haya gustado nuestro recorrido por esta zona de España, que a todo el mundo le suena pero no tanta gente conoce. Y no olvides de esta cancioncilla popular si vas a La Mancha:





¡Hasta pronto!




domingo, 10 de mayo de 2020

No te lo pierdas

En estos últimos casi dos meses, como casi todo el mundo en Madrid, he pasado (y sigo pasando) la mayor parte del tiempo en casa. Mucha gente dice que se aburre, pero a mí, en muchos momentos, me pasa lo contrario: tengo mucho más estrés de lo habitual

No es solo por haber tenido que convertir todas mis clases presenciales a clases en línea, que me ha llevado muchísimo tiempo. También porque, a falta de oferta cultural presencial en cines, conciertos, teatros, museos, etc., muchísima gente se ha lanzado a ofrecer conciertos, películas, obras de teatro y exposiciones a través de Internet. ¿Y qué me pasa? Pues que, cuando tengo que ir a trabajar, ya sé que no tengo tiempo para ver toda la oferta cultural y eso no me causa estrés, pero, estando en casa y teniendo toda esa oferta en mi ordenador o en mi móvil, me siento agobiada porque no me da tiempo tampoco a disfrutar de ella.

Por eso en mi cabeza está todo el tiempo esta frase: No te lo pierdas, no te lo pierdas, que además leo continuamente en las redes. Y por eso voy a dedicar esta entrada al verbo perder. Por supuesto, tengo que hacerlo con fotos tomadas antes de la pandemia, como comprenderás, porque, aunque ahora podemos salir a pasear un poco, no hago tantas fotos como cuando podía callejear por todo Madrid.

Voy a empezar con una foto muy ilustrativa que encontré en la entrada de un colegio del barrio de Lavapiés:


Aprende español callejeando por Madrid: No te lo pierdas
Calle del Oso

El colegio pide puntualidad a los niños y sus familias, y nos da muy buenos ejemplos del verbo perder

Fíjate, decimos perder un vuelo o un avión, perder el autobús y perder el turno, pero perderse la película. O sea, usamos perder con forma reflexiva (con los pronombres me, te, se, nos, os, se) cuando hablamos de no ver o no poder ver una película. Vamos a ver más carteles callejeros con más ejemplos.


Perder un medio de transporte, la vida, el tiempo, un objeto o a una persona implican que ese medio de transporte, la vida, el tiempo perdido, el objeto o la persona ya no están disponibles para nosotros, ya no los tenemos, no podemos usarlos o disfrutar de ellos.

Como le pasa a esta persona, que perdió a su pareja:


Aprende español callejeando por Madrid: No te lo pierdas
Calle Rafael Calvo


Parece que esta persona se dedicó a buscarse a sí misma (no sé cómo lo hizo, quizá dedicando tiempo a la meditación, o buscando nuevas amistades y actividades) y la consecuencia es que perdió a su pareja. Me imagino que su pareja se cansó de esperar que terminara la búsqueda.

Como pasa muchas veces en la calle, alguien ha contestado a esta frase. Mira la imagen y fíjate en lo que está dentro del círculo, y verás que alguien ha terminado la frase de otra manera: "Te perdí mientras me follaba a otra". Follar es una palabra informal, un poco malsonante (aunque mucha gente la usa con normalidad) que significa 'tener relaciones sexuales'. ¡Ay, qué mal pensada esta persona!


En cambio, decimos perderse una película, perderse una clase, perderse una serie o perderse un festival cuando no podemos o no queremos asistir, verlo, etc. Todas estas cosas tienen en común que son eventos. Usamos perderse algo cuando ese algo es un evento programado o un acontecimiento. También cuando no hemos podido o querido leer algo; por ejemplo, yo podría decir: ¡No te pierdas esta estupenda entrada del blog!

Te doy otro ejemplo:

Aprende español callejeando por Madrid: No te lo pierdas
Calle Santa Engracia

Uñas Chung Lee es una discoteca que se abrió en Madrid el año pasado. Tiene la fachada de un típico establecimiento de manicura, por eso dicen que es lugar clandestino, pero en realidad no es así. 

En este anuncio nos invitan a asistir a la inauguración, y nos dicen que perderse una farra es de cabezón. Farra es una palabra informal que significa 'juerga, gran fiesta muy, muy animada'. Si te pierdes una fiesta así, es porque eres un cabezón (o una cabezona), o sea, alguien con la cabeza muy dura.


También usamos perderse cuando hablamos de que alguien ha perdido el sentido de la orientación y no sabe dónde está:


Aprende español callejeando por Madrid: No te lo pierdas
Calle Hierbabuena

Aunque con los gatos no se puede estar tan seguro porque son muy independientes. A lo mejor no se ha perdido, se ha escapado.

Porque, como dice una de mis micropoetas favoritas, perderse...


Aprende español callejeando por Madrid: No te lo pierdas
Calle Provisiones

La cordura es el estado psíquico de una persona que tiene una mente sana, y es lo contrario de la locura. Estar cuerdo es lo contrario de estar loco.

¿Qué crees que quiere decir Alonso aquí? Yo interpreto que a veces vivimos tan rodeados de personas que nos presionan o que intentan convencernos de sus ideas, de obligaciones sociales que nos quitan nuestro tiempo de vida aunque no queramos, que podemos volvernos locos. Por eso, si conseguimos perdernos, si desaparecemos y conseguimos escapar de esas personas y de esas obligaciones, podremos mantener nuestra mente sana.

La forma estar perdido/a puede referirse a este último significado; es decir, alguien que pierde la orientación y no sabe dónde está podría decir: Estoy perdido. Pero también se usa mucho en un sentido metafórico, por ejemplo aquí:


Aprende español callejeando por Madrid: No te lo pierdas
Glorieta de Atocha

Si estamos perdidos, es que no tenemos esperanza, no tenemos solución para nuestros problemas. ¡Por eso hay que luchar siempre!


Y ahora, ¡no te pierdas este estupendo resumen de los usos de este verbo!


Aprende español callejeando por Madrid: No te lo pierdas


¡Hasta pronto!