Sobre diminutivos y aumentativos
Una canción popular española que he oído desde niña repite esta frase:
Al que no le gusta el vino
es un animal
o no tiene un real
(Un "real" es una antigua moneda, así que la canción nos dice: "Si a alguien no le gusta el vino, es un burro / bestia o no tiene dinero para comprarlo").
Esta canción dice mucho de la relación de los españoles con el alcohol: un consumo positivamente aceptado (incluso para los menores de edad, y a veces dentro de la familia); un tópico según el cual los españoles saben beber y no se emborrachan tan fácilmente como las personas de otros países; la consideración social del abstemio ('persona que no toma alcohol') como alguien extraño, y, al final, como en todas partes, problemas de alcoholismo que acaban con la salud y el bienestar de muchas personas. Según la última encuesta del Plan Nacional sobre Drogas, más del 10% de la población bebe alcohol todos los días. Y que el alcohol es un problema social lo demuestra la necesidad de poner este anuncio en las paradas de autobús de Madrid:
Por todo esto, aunque a mí me gusta mucho ir a los bares (como ya sabes) y tomar una cañita o una copa de buen vino de vez en cuando, espero que tenga éxito el cañín, una nueva palabra inventada por una marca de cerveza.
Este anuncio ha estado hasta hace pocos días en muchas calles:
Este anuncio ha estado hasta hace pocos días en muchas calles:
Calle Lope de Haro |
No sé si te has fijado en esto: decimos la caña y la cañita, pero en este anuncio dicen el cañín. Seguro que conoces otras palabras con las que pasa lo mismo. Fíjate en esta foto: ¿encuentras un ejemplo parecido?
Calle Atocha |
Claro, el botellín (masculino) viene de la botella (femenino), y se llama así a la botella de cerveza que normalmente tiene un quinto de litro (frente al tercio o botella de un 1/3 de litro). En este caso, la forma -ín de la palabra conserva su significado de diminutivo (o sea, para indicar algo pequeño o con un significado afectivo, cariñoso).
Pero no siempre es así, a veces esa una nueva palabra masculina formada con -ín tiene o toma con el tiempo un significado diferente. Veamos más ejemplos, con el sufijo -ín pero también con el aumentativo -ón:
¿Quieres hacer un par de ejercicios con este tipo de palabras? Pincha en la esquina superior derecha de cada imagen para acceder a las actividades. ¡Que te salgan bien!
Otros ejemplos con -ón y cambio de género, pero sin cambio de significado:
Navalperal de Pinares (Ávila) |
Un ofertón es una muy buena oferta.
A la izquierda vemos unas nubes; a la derecha, unas nubes de tormenta o unos nubarrones.
Si quieres saber más sobre otros diminutivos (-illo/a, -uelo/a), pincha en este enlace a otras entradas del blog.
En fin, pues si vas a un bar esta noche, ¡tómate un cañín! (¡ojo!, esta palabra todavía no se usa, en los bares pedimos "una cerveza sin", o a veces simplemente "una sin"), porque en realidad...
Al que no le gusta el vino,
ni el alcohol en general,
se siente fenomenal.