Travesía de San Mateo |
Este bar tiene un nombre que llama la atención, porque la palabra negativo, como sustantivo, puede usarse para una persona: un negativo (o una negativa, si hablamos de una mujer) es una persona pesimista, que siempre piensa en lo malo. Pero esta palabra, también como sustantivo, se usa para la imagen fotográfica que tiene los colores claros y oscuros invertidos. Cuando la fotografía no era digital y llevábamos las fotos a una tienda, la tienda nos daba las fotos en papel y, además, los negativos, la película fotográfica, ¿te acuerdas? Con esos negativos podías hacer más copias de las fotos. Supongo que han llamado así al bar porque en el cine también se usaba (ahora casi no se usa) un material similar, y también se mandaban los negativos a un laboratorio. En este bar, además de poner música, también proyectan películas.
Negativo, como adjetivo, se usa también mucho cuando hablamos de gramática, para hablar de las frases en las que usamos las palabras no, nunca, nadie, ningún/ ninguna, nada. Y hoy nos vamos a fijar en algunas de estas frases negativas. En concreto, en los carteles que nos piden que no hagamos algo.
Una de las formas más habituales para prohibir o pedir en español es el imperativo. Pero en los carteles públicos, en lugar de la forma del imperativo con ustedes, es muy frecuente usar un infinitivo. Así pasa en las frases de las tres fotos siguientes, con tres prohibiciones o peticiones curiosas:
Calle Alba de Tormes |
Mondoñedo (Lugo) |
Buitrago de Lozoya (Madrid) |
En la primera imagen un grafitero nos pide que no pintemos la pared, eso sí, después de haberla pintado él, y en la segunda, un librero nos pide que no hojeemos los libros. ¿Quiere que compremos los libros mirando solamente la portada, sin poder mirar un poco dentro del libro? Me parece que no va a hacer mucho negocio. O a lo mejor es que en el pueblo de Lugo donde tomé la foto la gente tiene costumbre de leerse los libros enteros en la puerta de la librería y luego no los compra, por eso los libreros están hartos.
En la tercera foto, el alcalde pide a los vecinos que, cuando coman pipas, no tiren los restos al suelo. En España, las pipas que más se comen son las de girasol:
En muchos pueblos de España, sobre todo de la zona centro, se come gran cantidad de estas pipas, y la gente tiene costumbre de tirar las cáscaras al suelo, así que la plaza de Buitrago debe de quedar muy sucia después de un día de fiesta con mucha gente comiendo pipas.
Como ves, el uso del infinitivo en estos contextos es muy común. Pero otras veces encontramos un mensaje más personalizado, en imperativo, como en esta otra imagen:
Centro de salud Gran Capitán |
Según me contó mi padre, que tiene su médico en este centro de salud, con frecuencia la gente coge las plantas y se las lleva, por eso pusieron este cartel. ¡Me parece increíble! Sin embargo, son cosas que en España, desgraciadamente, pasan muy a menudo: hay bastante gente que no tiene ningún respeto por lo que es común, gente que roba plantas o que tira basura en la calle. ¡Es muy triste ver que estas cosas no cambian fácilmente! Quizá precisamente han usado la forma ustedes en este cartel para que las personas que lo lean se sientan más incluidas en la petición.
En fin... Me despido recordándote que puedes repasar el imperativo en las entradas A la orden y No te cortes. Por supuesto, en la conversación no usamos el infinitivo para expresar órdenes, prohibiciones o peticiones; usamos el imperativo y otras formas con significado equivalente.
Me despido por hoy... Y a pesar de tanta negación, ¡intentemos no ser negativos! ¡Hasta pronto!
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