No hace mucho tiempo, en una plaza del barrio de Chamberí, el Ayuntamiento de Madrid instaló esta cabina telefónica:
Plaza del Conde del Valle de Suchil |
¿Para qué una cabina de teléfonos en estos tiempos en los que todos andamos con el teléfono móvil en la mano o en el bolso? Es un homenaje a una estupenda película de los años 70 del siglo XX que se rodó muy cerca de aquí; a ella se refieren en la placa que está colocada a los pies de la cabina:
Plaza del Conde del Valle de Suchil |
En Madrid las cabinas no eran rojas sino de color metálico, como una que verás en una foto más adelante. Pero la cabina de la película sí era roja, por eso el homenaje a ella también lo es.
Esta película trata de un hombre que entra en una cabina para hacer una llamada de teléfono y después no consigue salir de ella. Lo que durante la primera parte de la película es una comedia divertida, con gente que viene y va intentando ayudarle a salir, va poco a poco convirtiéndose en una situación inquietante... (y no te cuento más). Solo te digo que durante un tiempo después de verla, cuando entraba en una cabina, nunca cerraba la puerta completamente (y sé que mucha gente hacía lo mismo).
Es una película que merece estar entre los clásicos del cine español, magistralmente interpretada por un protagonista que fue un actor muy querido, y que no deberías perderte. Además, lo tienes fácil para verla, aquí la tienes completa:
Las cabinas que quedan hoy en las calles de Madrid son de otro tipo, del último modelo que se puso antes de la generalización de los móviles; generalmente no funcionan, están abandonadas y vandalizadas, ocupando inútilmente el espacio peatonal, pero supongo que a su dueña, la empresa Telefónica (o Movistar) no le apetece gastarse dinero en quitarlas (y el Ayuntamiento no se molesta en obligarles a hacerlo). Por ejemplo, a pocos metros de la cabina roja de la película está esta otra:
Plaza del Conde del Valle de Suchil |
Y en uno de sus lados alguien ha escrito un mensaje, parece que a un antiguo amor. ¡Al menos hay gente que usa las cabinas para algo!
Plaza del Conde del Valle de Suchil |
Pero me gusta mucho más otra utilización de una antigua cabina (esta sí, de las cabinas metálicas cerradas que mencioné al principio) que vi hace unos días en los jardines del hospital San José y Santa Adela de la Cruz Roja:
Avenida de Reina Victoria |
Pregunté a uno de los trabajadores del hospital quién era Adolfo, y me contó que había trabajado de jardinero allí durante muchos años, que se había jubilado y sus compañeros habían tenido la idea de homenajearle de esta manera. Qué bonito, ¿no? Lo que no me di cuenta de preguntarle es si a Adolfo, el jardinero, le gustaba mucho hablar por teléfono.
Cuando finalmente desaparezcan las cabinas telefónicas completamente, ¿desaparecerá la palabra cabina? Pues no, porque tiene un sentido mucho más general y muchas aplicaciones. Llamamos cabina a un espacio pequeño y cerrado (total o parcialmente) en el que se desarrolla una actividad. Aquí algunos ejemplos:
Llamamos también cabina al espacio de un camión donde va el camionero; hablamos de cabina de votación para los pequeños cubículos que se ponen los días de elecciones para las personas que quieren meter las papeletas de votación en el sobre sin que nadie las vea; en muchas peluquerías de perros y gatos tienen cabinas de secado. Y así con muchos de estos pequeños espacios (aunque no con todos; para algunas cosas que se llaman cabina -o similar- en otras lenguas en español usamos otras palabras, como quiosco o puesto).
Una curiosidad sobre esta palabra: de ella viene el sustantivo gabinete (que en español tomamos del francés). Actualmente, un gabinete puede ser un espacio de trabajo (por ejemplo, podemos encontrar gabinetes de psicología o gabinetes de estética) o un grupo de personas que trabajan en una oficina de algún organismo, generalmente público (el gabinete de prensa del Ayuntamiento, el gabinete de la ministra de Agricultura). Y cuando oigas hablar de que se ha reunido el gabinete de crisis del Gobierno, ¡échate a temblar! Porque es un grupo de personas, seleccionado entre las más importantes de un gobierno, que se reúne cuando se produce una situación excepcional.
Pero de momento, relájate y ponte a ver La cabina (además, es un mediometraje que solo dura 35 minutos). Después me cuentas qué te ha parecido, ¿vale?
¡Hasta pronto!
Hola Marisa!
ResponderEliminarMuchas gracias por el enlace hacia "La cabina". Cada vez cuando veo esta peli fantastica tengo que pensar que sería difícil de no ver una metáfora del franquismo en España en el inicio de los setentas del siglo pasado, aunque todo empiece como una comedia. Pero Buster Keaton no es tan lejo de Kafka. La progresión hacia el horror es espantosa y la tecnica del montaje magistral. Un saludo. J-L
Sí, esa metáfora la ve mucha gente, aunque el director lo negó muchas veces. Yo creo que incluso sin la intención del director puede entenderse así la película. Me alegra que te guste, yo creo que es una película estupenda
EliminarHola Marisa,
ResponderEliminarmuchas gracias por la película, ví hace mucho tiempo el tráiler, pero no sabía como termina. Qué horror, espero no sonar con ella esta noche.
un abrazo tembloroso
Edith
Dulces sueños, Edith. Ánimo, lo que pasa en la peli no te pasará porque ya no hay cabinas
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