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lunes, 21 de abril de 2025

Poesía inmobiliaria


En estos momentos en los que la vivienda es un problema para una gran parte de la población española (como te expliqué hace unos meses en la entrada Derecho a techo), muchos mensajes callejeros con tono poético están llenos de lenguaje relacionado con ella.

Por ejemplo, esta pintada, en la que encontramos un verbo que odian muchos españoles (porque alquilar una vivienda se ha convertido en una pesadilla en este país):


Aprende español callejeando: Poesía inmobiliaria
Paseo de Yeserías


Un latido es el golpe que produce el corazón con sus movimientos, así que en realidad lo que alquila esta persona es su corazón. Creo que quiere decir que está buscando el amor. Y usa una fórmula que es habitual al hablar del alquiler: una vivienda se puede alquilar por meses, por años


Esta otra persona, que ha puesto su cartel en pleno centro de Madrid, sueña con vivir en una población más pequeña al lado del mar. Pero usa una expresión muy curiosa que luego te explico:


Aprende español callejeando: Poesía inmobiliaria
Glorieta de Bilbao


La fórmula para entrar a vivir se encuentra muy a menudo en los anuncios de venta de casas. Significa que la casa está en buen estado y no es necesario hacer reformas importantes antes de vivir en ella (aunque probablemente haya que pintar y hacer algunos pequeños arreglos). Cuando, por el contrario, la casa no está en buen estado, se suele anunciar con la expresión para reformar. Creo que esta persona nos está diciendo que busca un pueblo en el que pueda vivir sin complicaciones, llevando una vida sencilla y bonita.


Para esta otra poeta urbana que cuelga botas con mensajes poéticos de los árboles, vivir al lado del mar no es necesario si en la casa hay libros:


Aprende español callejeando: Poesía inmobiliaria
Glorieta de Ruiz Giménez


Un sótano es la parte de un edificio que está por debajo del nivel de la calle. En algunos edificios es una zona habitable y en otros no. Pero en todos los casos, los sótanos no tienen vistas a nada, ni vistas al mar, ni vistas a la montaña, ni vistas a la playa, ni vistas a ningún monumento. Sin embargo, la persona que escribe el mensaje tiene suficiente con sus libros, porque leyéndolos se imagina en cualquier lugar del mundo.


El último mensaje de hoy nos habla de otro tipo de vivienda, una que no es realmente para vivir sino para estar en ella para siempre.

Aprende español callejeando: Poesía inmobiliaria
Calle Monseñor Óscar Romero


Este mensaje lo fotografié en los muros de un cementerio del barrio de Carabanchel, el cementerio parroquial de San Sebastián Mártir. En Madrid, morir también sale bastante caro, especialmente si quieres ser enterrado, así que algunos cementerios ofrecen la opción de pagar poco a poco, con una cuota mensual. La expresión cuota mensual o cuota anual se refiere a una cantidad de dinero que se paga cada mes o cada año por un servicio o para devolver un préstamo (por ejemplo, el que casi todo el mundo tiene que pedir al banco para comprarse una vivienda). En este caso, se paga para comprar un trozo (un pedazo) de cielo, porque este cementerio es católico y se supone que los que están allí (o al menos una parte) son buenos católicos y han ido al cielo. Un mensaje muy irónico, que mezcla creencias religiosas con intereses económicos, en fin, la pura realidad.

Y hasta aquí la poesía inmobiliaria que me he encontrado en estos últimos meses por las calles de Madrid. ¡Espero que te haya gustado la entrada! Si es así, házmelo saber, que me encanta recibir mensajes de los lectores. ¡Hasta pronto!






lunes, 7 de abril de 2025

Madrileñísima


En español, las dos formas más comunes de expresar que algo o alguien tiene una característica en grado alto son estas: 

- Usar la palabra muy delante del adjetivo o adverbio que expresa esa característica: Mi casa está muy lejos; Tus padres son muy simpáticos.

- Usar el adjetivo o adverbio que expresa esa característica con el sufijo -ísimo/a/os/as: Mi casa está lejísimos; Tus padres son simpatiquísimos.

Esto normalmente lo hacemos con características que son graduables, es decir, que se pueden tener en una cantidad mayor o menor. Se puede ser muy baja o altísima, muy listos o tontísimos, muy cariñoso o antipatiquísimo, y un objeto puede ser muy pequeño o grandísimo, anchísimo o estrechísimo, por ejemplo. 

Y sin embargo, a veces nos encontramos con estas formas aplicadas a características que no parecen graduables. Veamos dos ejemplos callejeros:


Aprende español callejeando: Madrileñísima
Calle Orense


Aprende español callejeando: Madrileñísima
Calle Bravo Murillo


No se puede ser más o menos mexicano, ni más o menos tropical. Estos dos adjetivos nos hablan de características no graduables: si eres mexicano, lo eres, ni en mayor ni en menor grado; si hablamos de un clima o de una fruta tropical, no puede ser más tropical o menos tropical, porque este adjetivo nos habla de un origen geográfico.

Pero justamente con estos adjetivos que relacionan un objeto o persona con su origen geográfico, en un estilo formal usamos la terminación -ísimo/a/os/as con otro sentido: el de algo o alguien muy representativo, muy característico de ese lugar. El restaurante de la primera imagen es mexicanísimo porque nos ofrece una auténtica comida mexicana, y Tropicalísimo es un restaurante colombiano en el que nos ofrecen batidos, zumos y ensaladas tropicales hechos con frutas que, aunque ahora algunas se cultiven en España, proceden de climas propios de los trópicos (como mango, papaya, piña, coco, etc.).

Por eso, si por ejemplo buscamos ejemplos en Internet sobre Madrid, encontraremos muchísimos como estos:

la madrileñísima calle de Alcalá
el madrileñísimo barrio de Chamberí
el madrileñísimo Lope de Vega

En estos ejemplos se quiere destacar la profunda relación de la calle, el barrio o el poeta con la ciudad de Madrid, tan profunda que calle, barrio y poeta forman parte de la imagen de la ciudad. 

¿Tú crees que yo podría hablar de mi madrileñísimo blog? ☺☺☺

Para terminar, te dejo una imagen por si necesitas repasar un poquito la formación de este llamado superlativo. ¡Hasta pronto!

Aprende español callejeando: Madrileñísima