Hoy vamos a dar un paseo por Madrid persiguiendo sufijos, esas terminaciones que se añaden a las palabras para formar otras palabras. No es la primera vez que te hablo de este tema: en la entrada A la playita vimos, por ejemplo, que el sufijo -ito/a tiene muy diferentes usos. Lo mismo pasa con el sufijo -azo/a, que aparece en todas las imágenes de hoy (tomadas en diferentes épocas del año, como verás). -Azo/a es, en principio, un sufijo aumentativo (como -ón/ona), que añade la idea de 'grande', de manera literal o metafórica. Sin embargo, con el tiempo ha ido teniendo también otros usos.
Calle Bravo Murillo |
Aquí, regalazo es un gran regalo, un regalo de gran valor.
Calle Alcalá |
Un sueldazo es también un sueldo muy alto. Pero la palabra pensionazo se refiere a un proyecto de ley que regula las pensiones. En los últimos tiempos, el sufijo -azo se aplica cada vez más a leyes y normas que son fruto de decisiones políticas autoritarias, que no se han tomado a través de la discusión y el acuerdo. Se dice, por ejemplo, el decretazo (un decreto, que es un tipo de ley´; ha habido muchos decretazos bajo el actual gobierno, leyes impuestas a pesar de que toda la oposición y gran parte de la población estaba en contra) o el medicamentazo (para una norma aprobada por el gobierno que obliga a los pensionistas a pagar parte de sus medicamentos). Así que este manifestante pide que no se bajen las pensiones y que se bajen los grandes sueldos (supongo que los de algunos políticos, los de los banqueros, etc.).
El sufijo -azo se usa también con frecuencia con el significado de 'golpe dado con': por ejemplo, decimos pelotazo para el golpe que se da con una pelota, puñetazo para el que se da con los puños, etc.
No sé si te has fijado en que todos los ejemplos que he dado hasta ahora son masculinos: existe el femenino -aza, pero la verdad es que no se usa mucho. La palabra femenina que más he oído con este sufijo es madraza; cuando decimos que una mujer es una madraza, queremos decir que es una madre que cuida muchísimo a sus hijos y les da mucho cariño. Así que es una gran madre, pero de corazón.
Algunos sustantivos femeninos, incluso, cambian de género cuando se usan con este sufijo (igual que ocurre muchas veces con el aumentativo -ón). Mira esta imagen tomada por mi colega Cristina García Sánchez (¡gracias, Cristina!) en la fachada de un banco:
Estas dos personas, que son trabajadores autónomos (no trabajan para una empresa, son sus propios jefes), están preocupadas porque están empezando a notar los síntomas de una fuerte gripe (un gripazo). Decimos, pues, la gripe, pero el gripazo.
Estas dos personas, que son trabajadores autónomos (no trabajan para una empresa, son sus propios jefes), están preocupadas porque están empezando a notar los síntomas de una fuerte gripe (un gripazo). Decimos, pues, la gripe, pero el gripazo.
Por último, como en el caso de otros sufijos (-ito/a, -illo/a, -ón/ona), con este sufijo se han formado palabras que han terminado tomando otro significado, como ocurre con la palabra puntazo que aparece en esta imagen:
Calle Fuencarral |
Decimos que algo es un puntazo cuando pensamos que es muy bueno, algo genial, y decimos ¡Qué puntazo! como reacción ante algo gracioso, muy oportuno o ingenioso. Supongo que viene de la palabra punto, pero sé muy bien como ha llegado a usarse así.
Por los lunares verdes (típicos del vestido tradicional de las mujeres andaluzas) y la palabra feria, sabemos que este cartel se refiere a la feria de abril de Sevilla. Aunque la fiesta grande se celebra en Sevilla, son muchos los lugares de España donde también se organizan pequeñas ferias, por eso encontramos este cartel en un bar de Madrid.
Hay más palabras como puntazo, por ejemplo estas:
¡Espero que esta entrada te haya parecido un puntazo! ¡Hasta pronto!