Plaza Tirso de Molina |
El valor de un libro, como el de una obra de arte, puede ser diferente para cada persona. Por eso, me parece una interesante oferta la que hacen en este cartel, de una librería donde cada persona que compra decide el valor del libro. Claro que, curiosamente, aunque esta foto la saqué hace pocos meses, la librería Libros cercanos ya ha cerrado. Parece que no es buen negocio permitir que cada uno fije el precio del libro que se lleva.
Nos vamos, pues, a otra librería que sigue abierta y que tiene un bello nombre:
Calle de la Palma |
Un arrebato es un ataque de una emoción; digo ataque porque es la llegada de un sentimiento de una manera muy intensa, así que hablamos, por ejemplo, de un arrebato de alegría o de un arrebato de ira. Esos arrebatos nos impulsan a acciones inesperadas, repentinas. Y los libros nos pueden causar también emociones intensas, arrebatos de emociones.
Me gusta también la descripción que hacen de su librería: mundialmente pequeña. Supongo que quieren decir que, aunque el local es pequeño, en él cabe el mundo entero, porque eso es lo que pasa cuando lees libros, que viajas por todo el mundo. Porque leer te ayuda a volar, como dice este cartel que estaba en el escaparate de la librería Tres rosas amarillas:
Calle Espíritu Santo |
Leyendo podemos viajar por el mundo entero, pero también por nuestro pasado y por nuestro futuro. Y también podemos conocer mundos inexistentes, algunos imposibles -si leemos novelas fantásticas- y otros posibles pero que no existen. Como el de los inventos literarios, que el argentino Eduardo Berti recoge en su libro Inventario de inventos (inventados); fui hace poco a una exposición sobre este libro en Centrocentro (la zona del Palacio de Cibeles dedicada a actividades culturales), en la que aparecía esta frase:
Plaza de Cibeles |
En fin, hay libros para todos los gustos, y cada uno puede elegir. Como dicen en la fachada de esta otra librería de Lavapiés:
Calle Santa María |
El conector con tal de que expresa una condición imprescindible, absolutamente necesaria. O sea, lo realmente necesario es que disfrutemos de los libros, y no que el libro sea largo o corto, difícil o fácil, que trate un tema u otro, etc. Y cada uno disfruta de manera diferente.
Con tal de que es sinónimo de otros conectores: a condición de que, siempre que, siempre y cuando, que podrían usarse en la frase de la foto.
¿Cuánto vale un libro? Los tenemos gratis en las bibliotecas, a un euro en librerías de segunda mano, a 20 o más euros cuando los compramos nuevos en las librerías. No importa el precio, con tal de que leas.
Hoy, 23 de abril, Día del Libro, ¿me recomiendas uno?