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domingo, 18 de marzo de 2018

Calles y callejones


Como pasa, supongo, en todas las ciudades del mundo, hay en Madrid nombres de calles bonitos y feos, cortos y largos, normales y curiosos.
       
Hay dos calles madrileñas con nombres que me llaman la atención. Una está en el barrio de Carabanchel y tiene este bonito nombre:


calle del siglo futuro


Me gusta este nombre porque me parece muy optimista. Nadie dedica una calle a un futuro siglo si piensa que el futuro va a ser malo. Esta calle está en una zona del barrio llamada Colonia de la Prensa, un grupo de bonitos chalés, algunos de estilo modernista, construidos a principios del siglo XX, una época en que quizá la gente miraba el futuro con más esperanza que ahora. Así que esta calle está dedicada al siglo actual, el siglo XXI.

Esta otra calle, muy cercana a la estación de Atocha, tiene un nombre que resulta gracioso:



En realidad, lo gracioso no es tanto el nombre de la calle sino el apellido de este médico (que también fue poeta). ¡Pobre hombre, me imagino la cantidad de bromas que tuvo que soportar! En el blog Caminando por Madrid, por ejemplo, he leído que un poeta que vivía en su mismo edificio puso este cartel en la puerta:

Vive en esta vecindad 
cierto médico poeta 
que al final de la receta 
firma Mata y es verdad


Además de calles, tenemos callejas, callejones, callejuelas y callejillas. Son diferentes formas de llamar a las calles pequeñas. En Madrid encontramos pocas en los nombres oficiales, pero en otras poblaciones estas palabras son más frecuentes:


callejilla del escondite
Colmenar del Arroyo (Madrid)

Esta calle es pequeñísima, verdaderamente es un buen escondite ('lugar donde podemos escondernos, o sea, ponernos en un lugar donde es difícil encontrarnos').


callejón del agua
Sevilla

Esta es una calle estrecha que corre junto a uno de los muros del Real Alcázar, el palacio más grande y bonito de Sevilla. En ese muro había unos tubos que transportaban agua y de ahí le viene el nombre a la calle.

Esta pequeña calle es la que nombran Lole y Manuel en su preciosa canción Río de mi Sevilla cuando dicen: Voy soñando con tus besos por el callejón del Agua.





Fíjate, aunque usamos el sufijo -ón, callejón no quiere decir 'calle grande' sino todo lo contrario. La verdad es que no sé por qué, pero así es.

Y además de calles, tenemos travesías, pasajes y pasadizoscuestas y costanillas, avenidas, plazas, plazuelas y glorietas. Y vamos a hablar de ellas por ese orden.

Una travesía es una calle pequeña que comunica dos calles más grandes. Muchas veces recibe su nombre de una de estas dos calles. Por ejemplo:


travesía del reloj


Esta calle estrecha y corta de Madrid comunica dos calles más grandes: la calle del Fomento y la calle del Reloj.

Travesía tiene relación con palabras como atravesar y a través de. Así que es una calle que, si se atraviesa, si se pasa a través de ella, se llega a otra calle.

Usando el mismo método puedes imaginar qué clase de calles son los pasajes y los pasadizos. En este caso vienen del verbo pasar. 

Un pasaje suele ser un paso construido dentro de un edificio y que permite pasar de una calle a otra. Tradicionalmente se han usado como centros comerciales, aunque en Madrid nunca tuvieron mucho éxito y quedan muy pocos; pero el nombre de pasaje se conserva en lugares que hoy son calles al aire libre. Pasadizo solamente se usa cuando no es realmente una calle con sus viviendas y accesos sino solamente un paso estrecho, para pasar de un lugar a otro. También se usa como palabra común, no solamente para dar nombre a un tipo de calle (por ejemplo, se puede hablar de que entre un lugar y otro hay un pasadizo subterráneo).

En Madrid tenemos, por ejemplo, el pasadizo del Panecillo:




Es una especie de pasillo que está entre una iglesia y un palacio, en la zona más antigua de la ciudad, y desde hace tiempo está cerrado. Su nombre viene de la costumbre de un hijo del rey, que fue cardenal arzobispo (una categoría muy alta dentro de la iglesia católica), de dar pan en ese lugar a los mendigos que antes habían ido a misa. Y eso es lo que puedes ver en la imagen de la placa, aunque, la verdad, al niño no le están dando un panecillo ('pan pequeño') sino un pan enorme, casi más grande que él.

Otro tipo de calles reciben nombre por su forma. Cuando la calle no es llana, y eso es muy frecuente en Madrid, a veces no se llama calle sino cuesta; y si es una calle en cuesta y es pequeña, se puede llamar costanilla, como esta que sube desde la calle Arenal, muy cerca de la Puerta del Sol:


costanilla de los ángeles



En Madrid, como gran ciudad que es, tenemos avenidas, o sea, calles anchas con árboles, como en todas las grandes ciudades del mundo.

Y además están las plazas, las plazuelas y las glorietas. Una plazuela es una plaza pequeñita, algo que es poco más que el encuentro de varias calles, con poco espacio en el centro. Es curioso que usemos, tanto en callejuela como en plazuela, el sufijo diminutivo -uelo/a, que se usa para pocas cosas. Este diminutivo, como otros, tiene varios valores: tamaño pequeño, sentido cariñoso o, a veces, un sentido peyorativo, despectivo.

Aquí te pongo algunas de las palabras más frecuentes con ese sufijo. ¿Sabes cuál es la palabra original?


sufijo diminutivo -uelo



Y por último, ¿qué diferencia una glorieta de una plaza? Generalmente se usa la palabra glorieta para una plaza en la que los coches pueden girar completamente de sentido, en un giro circular, y no hay una zona en el centro para los peatones. 

La verdad es que para mí, que callejeo por la ciudad -y eso se tiene que hacer andando-, son mucho más interesantes los callejones, travesías y pasadizos que las glorietas.


¿Has visto que las últimas fotos muestran placas de calles hechas con azulejos? Encontramos este tipo de placas en los barrios más antiguos de Madrid, y podemos aprender muchas cosas si nos fijamos en el nombre y en la imagen que lo acompaña.

Para que te fijes en esto, vamos a pasear por algunas calles con nombres que hacen pensar en un Madrid antiguo, mucho más verde y más agrícola, con mucha más naturaleza:








¡Mis favoritas son estas dos últimas, no puedo imaginar nombres de calles más bonitos!

Y donde tú vives, ¿hay algún nombre de calle gracioso o que te guste especialmente?

¡Hasta pronto!


sábado, 10 de marzo de 2018

Me aburro


me aburro
Acueducto de Amaniel

Vi esta pintada debajo de un antiguo acueducto ('puente construido para transportar agua') de Madrid y pensé: ¡Qué suerte! Porque yo nunca me aburro, casi siempre tengo cosas que hacer y, además, soy de esas personas que, si no tienen nada que hacer, se lo inventan. ¿A ti te pasa igual o a menudo te aburres?

El aburrimiento, como tantos estados de ánimo, emociones, gustos y sentimientos, puede ser expresado como algo interior a la persona, que lo siente o está así sin causa o con causa externa (y lo expresa con un verbo reflexivo: me aburro, te aburres, se aburre, nos aburrimos, etc.). Y es lo que le pasa a la persona que escribió en el acueducto. 

Otras veces, en cambio, expresamos ese estado de ánimo, emoción, gusto o sentimiento como resultado de algo exterior, como pasa en esta otra pintada que vi en una taquilla de la Facultad de Bellas Artes (¿te acuerdas de estas taquillas?, te hablé de ellas en Guerra en la facultad). En una zona de un pasillo todas las taquillas están pintadas de rosa, excepto esta:


me aburría
Facultad de Bellas Artes (Universidad Complutense)


Aunque la forma aburría podría ser primera persona (yo) o tercera persona (él, ella), en esta frase entendemos que es tercera persona y va con el sujeto una taquilla rosa. Fíjate, si en lugar de decir una taquilla lo dijera en plural,  tendría que decir me aburrían las taquillas rosas. Esto nos dice que el sujeto gramatical no es la persona que tiene el sentimiento (en este caso, yo), sino la cosa que produce ese sentimiento (en este ejemplo, la taquilla rosa). Y los pronombres que hablan de la persona que tiene el sentimiento son, como en el caso del verbo gustar, estos: me, te, le, nos, os, les (los pronombres de complemento indirecto).

En la misma foto tenemos otro verbo que funciona de manera similar, porque alguien ha respondido a la pintada. La respuesta es un poco agresiva, la verdad, en primer lugar porque usa ese coño, un taco o palabrota que utilizamos mucho en las preguntas (puedes leer sobre su uso en la entrada ¿Por qué no?). Pero también por su mensaje, que quiere decir que a nadie le importa si a esta persona le aburría su taquilla o no.

El verbo, en este caso, es importar ('tener importancia, valor o interés').  Es verdad que usamos mucho más este verbo en forma no reflexiva (tú me importasalgo me importa, otras cosas o personas me importan), pero eso es solamente porque casi nunca necesitamos expresar que sentimos interés hacia nosotros mismos. Cuando necesitamos expresarlo, por supuesto que usamos la forma reflexiva, como en este ejemplo, sacado de una entrevista sobre la película El bar, de Álex de la Iglesia:

En la película, ocho personajes se ven atrapados en un espacio cerrado y acaban enfrentándose  para lograr sobrevivir. Un sálvese quien pueda que obliga al espectador a plantearse cómo actuaría llegado el momento. Carmen Machi lo tiene clarísimo: “Si a mí me dicen que para vivir tengo que matarte, te mato seguro“. Vaya, gracias. “No es personal, es solo que yo me importo más de lo que tú me importas a mí. Ni siquiera lo consideraría asesinato, sino más bien defensa personal“. (elpalomitron.com)

Otro ejemplo: el nombre de este canal de Youtube, que es de una chica que da consejos para cuidarse.





Aburrir e importar son solo dos ejemplos. Hay más verbos de este tipo y  no puedo ponerlos todos en una misma imagen, así que solamente he seleccionado algunos que me parecen útiles en la imagen que tienes debajo. De todas formas, esto no es una regla que funcione para todos los verbos que expresan estado de ánimo, emoción, gusto o sentimiento. Otros verbos (por ejemplo, odiar) no se usan con complementos indirectos.

¿Y tú? ¿Sueles aburrirte? ¿Hay algo que te aburra mucho? ¡Hasta pronto!




sábado, 3 de marzo de 2018

Guerrillas urbanas

Últimamente da la impresión de que todo el mundo está dividido en grupos totalmente enfrentados. Y lo vamos a ver con diferentes pintadas que he fotografiado últimamente en Madrid.

Empezamos:


carnacas
Calle Jesús y María

Carnaca es una palabra que, de momento, no encontrarás en el diccionario. Se usa coloquialmente, muchas veces con valor negativo, para hablar de las personas que comen carne, o sea, los carnívoros. Así que esta pintada la hizo un vegetariano.

Carnaca viene, claro, de carne, y es una palabra que se ha formado con el sufijo -aca, que tiene generalmente un sentido negativo cuando es invariable (o sea, que es igual para hombres y para mujeres). Este sufijo se usa, por ejemplo, en las palabras sudaca (palabra con sentido racista para llamar a las personas de Hispanoamérica) y mensaca (para los mensajeros, las personas que transportan paquetes en moto). 

Otra pintada de igual tono:

hipsters fuera
Calle Amparo

La palabra hipster no hace falta que te la explique porque no es española y creo que en todas partes se usa. Pero últimamente también veo que a los hipsters les llaman modernos, y en esta otra pintada les desean cosas peores:

muerte a los modernos
Calle Hierbabuena

En esta pintada escriben lxs modernxs en lugar de los modernos, y lo hacen porque piensan que usar el masculino para hablar de hombres y de mujeres es un uso sexista de la lengua. Hay otras formas que se usan con la misma intención; si quieres recordar cuáles son, puedes leer la entrada Mucha, mucha policía.

Y vamos con otra pintada. Aunque no les desean la muerte, unas feministas han pintado esto contra los machirulos (una forma coloquial y negativa para hablar de los hombres machistas) que tampoco está nada mal:


ni un machirulo con dientes
Calle Jesús y María

Y la última va dedicada a una antigua tribu, los hippies:


hippy hueles mal


Esta no es tan fuerte, es verdad, no le desea la muerte al hippy (no *hippie) ni le dice que se vaya del barrio, pero tampoco es algo muy agradable de leer (para el hippy, claro).

Así que... vegetarianos contra carnívoros, modernos contra no modernos, feministas contra machistas, etc., etc., etc. Yo entiendo que cada persona defienda su manera de pensar, claro (y sobre todo entiendo que las mujeres se defiendan de la violencia de algunos hombres), pero no comparto los mensajes violentos ni quiero mandar fuera de mi barrio a otras personas porque no piensan o viven como yo. Hay que convencer a los otros con el diálogo; no hay otra manera.

Así que recomiendo a los miembros de todas estas tribus urbanas ('grupos de jóvenes con aspecto, actividades y gustos comunes') que, por favor, tengan un poco de...


mesura
Calle Embajadores

Me encanta esta palabra. Mesura es la suma de la moderación, la cortesía y la corrección. Es de la misma familia que el verbo medir; si tienes mesura, saber medir tus palabras y tus acciones.

Creo que mucha gente necesita un poquito más de tolerancia y, sobre todo, de mesura, ¿no te parece? 

¡Hasta pronto!