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domingo, 18 de noviembre de 2018

Se me acaba la paciencia



Hace ya seis años, cuando empecé a publicar en este blog (¡seis años ya, guau!) dediqué una entrada a la expresión se te ve el plumero. En ella te hablé un poco de la construcción de frases con la palabra se más los pronombres me/te/le/nos/os/les. Frases en las que hablamos de algo que pasa sin que nosotros queramos que pase, sin nuestra intención. Es algo que nos pasa, no es algo que hacemos intencionadamente.       

Seis años después, he ido encontrando más ejemplos callejeros de esta construcción gramatical, así que hoy vamos a verla más despacio.

El primer ejemplo es un corazón típico del artista urbano El Rey de la Ruina:


Aprende español callejeando por Madrid: Se me acaba la paciencia
Calle Divino Pastor



No sé la razón exacta por la que El Rey de la Ruina está así, tan nervioso, a punto de explotar. El caso es que esta es una frase muy común que suena a amenaza, porque, cuando la decimos, expresamos que nuestra paciencia se está acabando, pero todavía no se ha acabado; cuando se acabe, probablemente ocurrirá algo malo. Es fácil imaginar a un padre o a una madre diciéndole esto a su hijo, por ejemplo.

Mucho más bonita es esta otra frase que fotografié en un pueblo muy poético:


Aprende español callejeando por Madrid: Se me acaba la paciencia
Colmenar del Arroyo (Madrid)



En los dos casos, el sujeto gramatical de la frase no es la persona que sufre esta situación, no es yo. Fíjate, los verbos son está acabando y acabe, y los sujetos, la paciencia y la imaginación. Es como si la paciencia y la imaginación pudieran actuar solas; solamente la palabra me nos dice quién es la persona afectada por la acción.

Hay algunos verbos que usamos frecuentemente de esta manera, porque queremos expresar que son cosas que nos han pasado involuntariamente. Ocurre con acciones como perder y olvidar. Es raro que alguien pierda u olvide un objeto voluntariamente, por eso es frecuente usar estos verbos así. Veamos un ejemplo:

Aprende español callejeando por Madrid: Se me acaba la paciencia
Plaza de Barceló



Aquí, en lugar de perder, usan extraviar, más formal. 

He encontrado otros ejemplos menos comunes y te pongo dos a continuación. El primero es más poético y el segundo es más prosaico ('que no tiene mucha emoción o interés, porque está muy relacionado con lo material'), pero los dos son buenos ejemplos de la construcción de la que te estoy hablando:

Aprende español callejeando por Madrid: Se me acaba la paciencia
Colmenar del Arroyo (Madrid)


Aprende español callejeando por Madrid: Se me acaba la paciencia
Calle Villacarriedo



El primer ejemplo viene a decir que si lloramos, los sueños, las alegrías, las aspiraciones, saldrán de nosotros, porque entendemos ese pronombre te como impersonal, o sea, que es algo que nos puede pasar a todos. 

En el segundo, las baldosas ('piezas de mármol, cerámica o piedra que se usan para cubrir los suelos y las paredes'), se levantan a causa del pis de los perros. El nos se refiere a los dueños de la tienda donde saqué la foto, que son las personas perjudicadas.

En los dos ejemplos se ve muy claramente que el sujeto gramatical de la frase no es la persona; fíjate, los dos verbos, salen y levantan están en plural, porque los sujetos respectivos son los sueños y las baldosas.

Bueno, una construcción muy útil, ¿verdad? Y, sobre todo, una construcción que se usa muchísimo y que tienes que aprender a entender y a usar. 

Aquí te dejo una imagen con algunos ejemplos y, en la segunda parte, algunas expresiones en las que aparece esta forma gramatical. ¡Hasta pronto, y espero que no se te acabe la paciencia conmigo y me sigas leyendo!

Aprende español callejeando por Madrid: Se me acaba la paciencia







2 comentarios:

  1. ¡Feliz aniversario, Marisa! Se me alegra el corazón cada vez que leo tu blog, ¡qué no se te acabe el material sobre que escribir!

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    1. ¡Muchas gracias! Seguro que no se me acaba, no (buen ejemplo). ¡Hasta pronto!

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