Páginas

sábado, 2 de febrero de 2019

Croquetas

Últimamente están muy de moda las comidas caseras, las recetas tradicionales de toda la vida. Es curioso, porque justamente en nuestra época se cocina menos que nunca. Quizá por eso se valora más este tipo de platos. Y también por eso se abren nuevos establecimientos donde la especialidad es algún plato tradicional.

Este es el caso de las croquetas, un plato barato y tradicional que a casi todo el mundo le encanta. Pero, antes de ver algunos mensajes callejeros relacionados con las croquetas, vamos a ver qué son exactamente. Para eso, te pongo aquí un vídeo en el que el cocinero Alberto Chicote explica cómo hacer croquetas de jamón, una de las variedades de croqueta más comunes:





Seguro que ahora tienes un poco de hambre, ¿no?

Como te decía antes, en Madrid (y en otras partes de España) hay ahora establecimientos especializados en croquetas. En algunos de ellos solamente se compran para llevárselas a casa (y a veces también te las envían) y otros son lugares donde puedes comerlas, o sea, una especie de restaurantes especializados en croquetas.

A la primera clase pertenece una cadena de tiendas que se llama así:


Aprende español callejeando por Madrid: Croquetas
Foto de Ana Urdiales (¡gracias, Ana!)

El nombre de estas tiendas es un juego de palabras. Croqueta se parece mucho a coqueta, que significa 'mujer que cuida mucho su aspecto' (pero este adjetivo también existe en masculino y de un hombre diríamos que es coqueto). Presumido/a significa lo mismo, porque también lo usamos para hablar de una persona que se arregla mucho, que se ocupa mucho de su aspecto; la única diferencia es que a veces el adjetivo presumido/a se usa en un sentido negativo.

Como puedes ver en la foto, el logo de esta empresa incluye, a la izquierda, la imagen de una cocinera que va muy arregladita, o sea, una cocinera coqueta y presumida.

He visto recientemente otro lugar especializado en croquetas que también tiene un juego de palabras en su nombre. Es este:


Aprende español callejeando por Madrid: Croquetas
Calle Echegaray

Si nos fijamos en el logotipo, un hombre tocando una trompeta, nos damos cuenta de que están jugando con el doble sentido de la palabra solo

- Cuando solo significa 'solamente'.

- Un solo musical: una composición musical o parte de ella que está pensada para una sola voz o un solo instrumento.

Solo de croquetas tiene un cartel bastante llamativo en su puerta:


Aprende español callejeando por Madrid: Croquetas



Este cartel imita a algunos carteles o anuncios de películas, que muestran valoraciones de críticos de cine y, al final, los premios que ha recibido la película.

Este local y sus croquetas, dicen, han tenido la valoración máxima en servicio, imagen, sabor, aroma, textura, bechamel (la salsa que se usa en la receta) y rebozado (el proceso de cubrir un alimento con harina y huevo o ingredientes similares antes de freírlo).

Vamos a comentar ahora las opiniones de esos imaginarios "críticos gastronómicos":


Aprende español callejeando por Madrid: Croquetas


El cachopo es otro plato que se ha puesto de moda en los últimos años. Es de origen asturiano pero ahora se puede comer en toda España. Se trata de dos grandes filetes de ternera ('vaca joven') que llevan dentro jamón y queso; se cubre todo esto con huevo y pan rallado y se fríe, y luego se suele acompañar con patatas y pimientos fritos. Vamos, una bomba de calorías. Por eso, muchas veces se pide un cachopo para compartir entre dos o más personas. No me imagino cómo pueden poner trocitos pequeños de cachopo dentro de las croquetas, pero esa es otra historia.

Del comentario, quizá te llame la atención que use el verbo dice en singular, porque después resulta que lo dicen dos personas, su madre y la madre de su madre, o sea, su abuela. Esta falta de concordancia es algo típico de la lengua oral; primero piensas en un solo sujeto (en este caso, mi madre) y usas el verbo en singular, y luego añades otro sujeto que te viene a la cabeza en ese momento y, claro, no vas a volver atrás para corregir el verbo. Y es que estos comentarios imitan ese tipo de lenguaje, el oral informal.

Pero, gramática aparte, por el mensaje queda claro que las madres y abuelas siguen siendo las autoridades máximas en temas de cocina. Y es que, con excepciones, claro, hasta hace poco tiempo la cocina ha sido cosa mayoritariamente de mujeres (no es mi caso, la verdad, a mí me encanta comer, pero cocinar... poquito, poquito). 


Aprende español callejeando por Madrid: Croquetas


Intensas se refiere al sabor, un sabor no fuerte pero potente; cremosas y crujientes se refieren a la textura: son cremosas ('blanditas pero sin perder la forma') por dentro y crujientes ('que se rompen fácilmente con los dientes produciendo una sensación, al mismo tiempo, de fuerza y fragilidad, como el pan bien horneado') por fuera, como deben ser.

El "crítico gastronómico" dice que es un experto catador ('persona que se dedica a probar una comida o bebida para informar sobre su calidad'; algunas personas hacen de esta actividad su profesión) de croquetas, pero dice que es experto desde chiquitico, o sea, desde niño, así que comió croquetas en su casa toda su vida.

La forma chiquitico es un doble diminutivo, porque viene de chiquito, que a su vez viene de chico, en el sentido de 'niño, pequeño'. Es una forma usada sobre todo en Latinoamérica, en el Caribe, mientras que en España y en otros países latinoamericanos, como México, se usa más la forma chiquitito. Como te conté hace tiempo en la entrada Algo que celebrar, es cada vez más frecuente encontrar mensajes públicos con formas lingüísticas que vienen de Latinoamérica, bien porque los que los escriben tienen ese origen, bien porque esas formas van siendo adoptadas por los españoles.


Aprende español callejeando por Madrid: Croquetas


Este último "crítico gastronómico" es un (o una) millennial acostumbrado a llevarse tápers con croquetas de casa de su madre porque ya no las hace pero le siguen gustando. Ahora ya no le hace falta porque puede comprarlas en Solo de croquetas. Pero vamos, no hacía falta que el crítico fuera un millennial, porque cuando yo (que tengo algunos años más) iba a casa de mis padres siempre volvía con algún táper, y muchas veces estaba lleno de croquetas listas para freír. Parece que estas costumbres persisten...

Al final del cartel podemos ver los premios que ha recibido esta croquetería: 



Al lado del premio Nobel (que, por supuesto, no da premios gastronómicos) y de la Champions (el campeonato de fútbol más importante de Europa), encontramos un premio del festival de mi pueblo (sin especificar el pueblo, jejeje). En lugar de estrellas Michelín, han conseguido meteoritos Michelín (no sé si eso es bueno o malo). Y, por último, dicen que este restaurante tiene un máster de la universidad Rey Juan Carlos, y especifican que es un máster presencial; si no sigues las noticias de España, esto es imposible de entender: el año pasado hubo varios escándalos relacionados con esta universidad, porque se supo que muchos políticos -la mayoría del Partido Popular, que hasta la primavera de 2018 gobernó España- habían conseguido un título de un máster presencial sin haber ido ni un solo día a clase.

Bueno, está claro que este restaurante no ha conseguido ninguno de estos premios, ¡pero merecen un premio por su buen humor!

Y, si no has comido nunca croquetas, espero que después de esta entrada te animes a hacerlo. ¡Buen provecho y hasta pronto!



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios me encantan y me emocionan. ¡Soy así de vanidosa! Bueno, en serio, la verdad es que me encantaría que comentaras todo lo que te ha venido a la cabeza mientras leías la entrada. ¡Gracias por ayudarme a mejorar! Los comentarios no se publicarán automáticamente, los leeré antes para evitar el spam, así que puedes tardar unas horas en ver tu comentario publicado.