Gijón |
Del verbo cascar ('romper en trozos algo que se rompe con facilidad, como los huevos y los frutos secos') y el sustantivo nuez se forma esta palabra, cascanueces, para llamar al objeto que usamos para romper las nueces con mayor facilidad.
Hay muchos otros objetos con nombres similares: el/los sacapuntas, el/los sacacorchos, el/los abrelatas, el/los abrebotellas, el/los lavavajillas, el/los paraguas, el/los paracaídas, etc. Como puedes ver, todas estas palabras son masculinas: el sacapuntas, el abrebotellas, el matarratas, etc., y todas tienen la misma forma en singular y en plural.
Hay una palabra de este tipo que no se refiere a un objeto concreto pero puede servir para muchos:
Calle General Álvarez de Castro |
Un pesar es una pena. Un quitapesares, algo que puede quitarte total o parcialmente la pena. En este caso, como se trata de una tienda de ropa, entiendo que lo que te alivia la pena es la ropa nueva que te puedas comprar. Pero esta palabra da nombre a restaurantes, bares, etc., porque comer y beber bien puede hacerte sentir mejor.
Con este mecanismo, también formamos palabras que se refieren a personas:
Calle Olivar |
Un/a restauramuebles es una persona que hace eso, restaurar ('arreglar algo antiguo') muebles. Otros ejemplos de palabras que nos hablan de profesiones: un/a guardabosques, un/a aparcacoches, un/a limpiabotas, un/a guardaespaldas, etc. En este caso, la palabra es masculina o femenina dependiendo de si nos referimos a hombres o mujeres, pero, como ves, la forma de la palabra es siempre la misma.
He dejado como último ejemplo de nombres de tiendas la palabra que da título a esta entrada:
Calle Juan de Olías |
Se suele llamar matasuegras a un objeto que se utiliza en las fiestas, este que tienen estos niños en la boca:
¿Por qué matasuegras? Parece que porque se usaba mucho para dar sustos a las suegras. ¿Y por qué a las suegras y no a los suegros, las madres y padres, las hijas, los primos, etc.? Porque, durante siglos, las suegras han sido mayoritariamente personas mandonas (mandón 'que ordena mucho'), criticonas (criticón 'que lo critica todo') y poco queridas por sus yernos y nueras.
La tienda de la foto de arriba es un lugar para hacerse tatuajes. Como a muchas madres y suegras no les gusta que sus hijos o sus hijos políticos se los hagan, si se los hacen les darán un disgusto. De ahí el nombre de la tienda.
Todavía encontramos en chistes y mensajes callejeros esta visión de la suegra. Por ejemplo, en este azulejo que decora la puerta de una tienda en un pueblo de Segovia:
Ayllón |
Aquí hay un juego de palabras: los creyentes saben que Dios existe pero no lo pueden ver físicamente; la suegra sabe que existe su yerno o su nuera pero no lo/la puede ver en otro sentido: no poder ver a alguien significa 'caer fatal, odiar, no soportar'. Por ejemplo:
(Dos compañeros de trabajo)
- A ver, ¿cómo formamos los equipos?
+ Bueno... Para empezar, no podemos poner juntos a trabajar a Ana y a Enrique porque no se pueden ni ver.
- ¿Y eso?
+ Pues porque los dos son igual de ambiciosos y de envidiosos, y siempre quieren ser los mejores en todo.
Pero en el imaginario popular las cosas van cambiando. Las suegras de hoy no son las suegras de antes y las relaciones entre suegras y yernos o nueras parece haber mejorado. En cambio, ha crecido una figura familiar que siempre ha estado presente pero que cada vez se ha hecho más grande: el cuñado (cuando hablamos en sentido despectivo, decimos siempre cuñao). En la familia española, las costumbres con frecuencia obligan a ver con frecuencia a los cuñados: las reuniones en las fiestas navideñas, bodas, cumpleaños, etc. Y hay un tipo de hombre que abunda en España, aunque también, supongo, en todos los demás países: el que opina sobre todo, el que cree que sabe más que los demás; si ese tipo de persona es tu cuñado, tienes que soportarlo muchas veces.
Por eso, esta idea del cuñado se ha generalizado y cualquier persona puede ser un cuñao. Cuñao (o su versión femenina: cuñá, que aún no se nombra tanto) es esa persona que opina sobre cualquier tema, con opiniones muy definidas y tajantes, y sabe de todo más que tú (aparentemente). Y la tendencia a comportarse así es lo que se llama cuñadismo.
El cuñao está presente en chistes gráficos, programas de televisión, películas, conversaciones, etc., e incluso ha dado lugar a un nuevo significado de la palabra cuñadismo, que ya existía. Para que te hagas una idea de cómo se comporta un cuñao en el sentido del que hablamos hoy, puedes ver esta parodia:
Por eso, esta idea del cuñado se ha generalizado y cualquier persona puede ser un cuñao. Cuñao (o su versión femenina: cuñá, que aún no se nombra tanto) es esa persona que opina sobre cualquier tema, con opiniones muy definidas y tajantes, y sabe de todo más que tú (aparentemente). Y la tendencia a comportarse así es lo que se llama cuñadismo.
El cuñao está presente en chistes gráficos, programas de televisión, películas, conversaciones, etc., e incluso ha dado lugar a un nuevo significado de la palabra cuñadismo, que ya existía. Para que te hagas una idea de cómo se comporta un cuñao en el sentido del que hablamos hoy, puedes ver esta parodia:
Y ya que los cuñaos son tan insoportables, ¿quién se anima a inventar un *matacuñaos? Muchos lo agradecerán.
¡Hasta pronto!
¡Hola, Marisa! A mí también me encanta el tema de la formación de palabras en español, y cada vez que encuentro una palabra nueva para mí no dejo de sorprenderme... Mira, siguiendo la pista de "matasuegras" y "matacuñados" acabo de chocarme con la palabrita "mataparientes", pero resulta que no tiene nada que ver con los seres humanos: es una seta y hasta puede ser comestible... ja,ja,ja...
ResponderEliminarJajaja, qué bueno. Pero creo que sí tiene que ver con las personas. Si se llama así es porque alguien la ha usado contra sus familiares. A lo mejor en grandes dosis es venenosa...
EliminarTus textos me encantan, yo aprendo mucho con ellos. Gracias.
ResponderEliminar¡Gracias por decírmelo, Pitucaroline! Hasta cuando quieras
EliminarQuerida Marisa, muchísimas gracias por tu blog. Es estupendo.
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Elena! Hasta cuando tú quieras
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