En las carreteras y calles de Madrid es bastante frecuente encontrar corazones pintados en los lugares más inesperados:
Calle Fuencarral |
A veces también lo encontramos en los nombres de los establecimientos, como este café del barrio de Malasaña:
Calle San Joaquín |
La verdad es que la asociación entre bigote y corazón no la capto muy bien. Imagino que el dueño es un señor con bigote y un gran corazón. El corazón es una de las partes del cuerpo que más usamos de forma metafórica, porque desde hace mucho, mucho tiempo el órgano llamado corazón se ha considerado el lugar donde nacen nuestros sentimientos (aunque no sea así). Y decimos de una buena persona, con buenos sentimientos, que tiene un buen corazón o que tiene un gran corazón.
Es bonito encontrarse corazones por la ciudad porque en muchas culturas son sinónimo de amor, de cariño. Pero el artista urbano El Rey de la Ruina, a pesar de que pinta corazones con mensajes por toda la ciudad (muchas veces los he usado en este blog), hizo esto:
Calle Echegaray |
Estas dos palabras pueden entenderse de diferente forma según el significado literal o metafórico que demos a la palabra corazón. Si lo entendemos de forma literal, como una parte del cuerpo, podemos interpretar que en la ciudad hay pintados demasiados corazones (porque entenderíamos la palabra corazón, en singular, como un plural, un mecanismo del español formal que te expliqué hace tiempo en la entrada La española cuando besa); si lo entendemos como una metáfora, significa que hay demasiado amor, demasiada pasión.
Creo que El Rey de la Ruina juega con los dos significados: por un lado, se refiere irónicamente al hecho de que él pinta muchos corazones; por otro lado, nos recuerda a la canción de los años 90 Demasiado corazón, del cantante estadounidense Willy DeVille, en la que este usa estas palabras en español con su sentido metafórico:
El mismo artista urbano ha pintado este otro corazón en el barrio de Tetuán con un bonito juego de palabras; la foto la hizo mi marido, Javier García (¡gracias, querido!):
Calle Luis Misson |
En los tiempos actuales, llenos de realidades muy feas y de frases muy bonitas, casi se ha convertido en una expresión la frase Lo mejor está por venir. Esta frase significa que las mejores cosas de nuestra vida todavía no han pasado y vendrán en el futuro. Eso es lo que nos indica la construcción estar por + infinitivo: una acción futura, que aún está pendiente de producirse.
En la imagen, en lugar del verbo venir, se usa el verbo latir. Latir es lo que hace el corazón cuando, al abrirse y cerrarse (o, más exactamente, dilatarse y contraerse), da pequeños golpes contra la pared de nuestro pecho. Los latidos del corazón son lo que oímos si ponemos la cabeza encima del pecho de alguien.
Es muy bonito lo que dice aquí El Rey de la Ruina, o lo que yo entiendo: todavía hay sentimientos nuevos y mejores que experimentaremos en el futuro. ¡Ojalá sea verdad!
Termino con algunas de las expresiones y usos metafóricos más frecuentes relacionados con el corazón:
¡Hasta pronto!