He decidido hoy que iba a escribir una entrada sobre nombres de establecimientos que jueguen con el significado de alguna expresión. Y debajo la tienes, la entrada ya escrita sobre los nombres de una librería, una mercería y un restaurante. Ha sido dicho y hecho.
Así es como se utiliza la expresión que da título a la entrada, dicho y hecho, que usamos para expresar que nosotros mismos u otras personas hemos hecho algo inmediatamente después de haber decidido hacerlo.
Con esta expresión juega el nombre de esta librería de la ciudad de Zaragoza:
Calle San Ignacio de Loyola (Zaragoza) |
En la tienda se venden libros que cuentan hechos, como por ejemplo los libros de historia o las novelas, y también en esos libros aparecen dichos (expresiones y refranes).
En esta otra tienda, una mercería, usan literalmente una expresión que solemos usar de forma metafórica:
Calle del Plátano |
Decimos que algo es coser y cantar cuando queremos decir que es algo muy fácil de hacer. Esta tienda vende, claro, cosas para coser, y al mismo tiempo nos anima a hacerlo porque es muy fácil.
Y nos vamos al restaurante:
Calle Alenza |
Este restaurante se podría llamar, simplemente, El ajo. Pero el nombre En el ajo quiere llamarnos la atención recordándonos una expresión informal, estar en el ajo. Decimos que alguien está en el ajo cuando está involucrado, implicado, formando parte de alguna actividad oculta, secreta, o queremos decir que tiene una determinada información que procede de esa actividad. Con frecuencia, nos referimos a asuntos como intrigas, complots, traiciones, asuntos un poco oscuros en general -aunque no siempre asuntos muy graves-. Quizá los dueños del restaurante quieren atraernos para que formemos parte de un grupo exclusivo de personas: los que conocen los secretos de la rica comida que hacen allí.
Te voy a poner un ejemplo de un tuit que he leído hace poco. Trata sobre las cocinas industriales instaladas en los bajos de los edificios de viviendas o cocinas fantasma (como se las llama habitualmente) que están abriéndose en los dos últimos años en algunos barrios de Madrid:
Algunos restaurantes, como el del famoso cocinero Dani García en Madrid, ya no tienen las cocinas en el propio restaurante, sino en estas cocinas industriales. Los vecinos se quejan del pestazo (aumentativo de peste, aquí 'muy mal olor') a fritanga (forma coloquial despectiva de frito) que sube hasta sus casas por las chimeneas que puedes ver en la imagen. Y al final acusan al gobierno de Madrid (no sé si al Ayuntamiento o la Comunidad, o ambos) de estar en el ajo, es decir, de corrupción por permitir esta actividad industrial y, probablemente, favorecer así a algunas personas.
Pues ya está todo. Dicho y hecho, escribirlo ha sido coser y cantar. ¡Hasta pronto!
Fenomenal
ResponderEliminarGenial, ¡muy pragmático!
ResponderEliminarMuy interesante y pragmática
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