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viernes, 28 de octubre de 2022

Estamos bien

Hace diez años, el 28 de octubre justamente, publiqué mi primera entrada de este blog. Hoy va a ser una entrada un poco diferente porque te voy a contar sobre todo cosas sobre mí (algo que no suelo hacer).    

Desde que supe leer, muy pronto, con menos de cuatro años, acompañaba a mi madre en la lectura de letreros y rótulos que veíamos por las calles. Una manía de mi madre: ir leyendo en alto todo el paisaje lingüístico de los lugares por los que pasaba. Yo no los leo en voz alta, pero seguramente de ahí me viene la costumbre de fijarme tanto en todo lo que veo escrito en las calles.

En enero de 2012 mi madre, repentinamente, murió. Un vacío enorme, imposible de llenar, que sigue dentro de mí. Y unos meses después convertí nuestra afición a leer todos los mensajes escritos en la calle en un blog que, al mismo tiempo, pudiera servir a los estudiantes de español de todo el mundo. Especialmente a aquellos que habían vivido en Madrid y lo echaban de menos o deseaban mantener el contacto con la ciudad.

Diez años después, como el nombre de esta cafetería, mi blog y yo...


Estamos bien
Calle Francos Rodríguez


La vida sigue, hay otras personas en mi vida a las que quiero y que me quieren (especialmente una) y he tenido mucha suerte en mi vida en todos los aspectos. El blog también me ha traído muchas cosas buenas: mayor contacto con otros colegas, reconocimiento profesional y conocer a muchas personas -muchas virtualmente, pero otras personalmente-.

A día de hoy, puedo decir que soy como los nombres de esta tienda y el bar que está después:


Calle Bravo Murillo

No puedo decir de mí que sea una persona muy optimista (más bien soy realista), pero creo que sí soy positiva, o sea, que no pienso todo el tiempo en las cosas que no tengo, al contrario, agradezco las que tengo, tengo confianza en mí misma y sé lo que hago bien y lo que no, y soy firme en mis objetivos. 


Calle Bernardo López García


Dichoso/a es un sinónimo más formal o culto de feliz. Por lo tanto, no solemos usarlo en las conversaciones informales. Sin embargo, sí lo usamos en esas situaciones delante del sustantivo al que acompaña con un sentido irónico, o sea, todo lo contrario: 'maldito, molesto, enfadoso', etc. Por ejemplo, una persona que vaya andando por Madrid podría decir esto en la actualidad:

¡Dichosas motos! ¡Están aparcadas por todas partes y no se puede ni andar por la acera!

Sobre este adjetivo y otros que usamos también así, en sentido irónico delante del sustantivo, puedes leer una entrada anterior: Menudo nombre.

También usamos este adjetivo en la expresión ¡Dichosos los ojos! que se puede usar cuando se ve a una persona a la que hace mucho tiempo que no se ha visto. ¿Has visto qué expresión tan bonita? Lo que dice es 'mis ojos están felices de volver a verte'. Espero que tú, cuando recibas esta entrada, tengas una sensación parecida, o sea, que te alegres de volver a leer lo que escribo.


Y ya que hoy te estoy contando cosas de mi vida personal, voy a poner el nombre de otro bar...


Calle del Humilladero


Patoso/a se usa sobre todo para las personas que son poco hábiles en ciertas cosas o en todas. No siempre, pero a menudo se identifica con la falta de habilidades físicas; por ejemplo, alguien a quien se le caen las cosas a menudo, que no es bueno haciendo deporte, etc. Y algunas de esas cosas me pasan a mí; fíjate, el único suspenso que tuve en toda mi carrera académica, desde el colegio hasta el doctorado, fue en Educación Física por no saber hacer el pino, que es este ejercicio (con una mano, como en la foto, o con dos):



Pues sí, de niña era un poco patosa y sigo siéndolo. ¡No se puede ser perfecta, jajaja!

También te contaré algo más, en este caso sobre mis ideas. Que soy como este otro bar y restaurante:


Estamos bien
Zaragoza


Ser republicano/a, en España, es ser partidario de tener un presidente de la república votado por la gente, frente al sistema monárquico ('de reyes') que tenemos en este momento. Creo que no tiene sentido en el siglo XXI (aunque tampoco es que lo haya tenido en siglos anteriores) que haya una familia real a la que nadie vota.  

Seguro que te has fijado en la cantidad de establecimientos con nombres femeninos que he encontrado. ¡Pues hay muchísimos más! Ya te he hablado de algunos en dos entradas anteriores: Madrid es femenina y El femenino está de moda.


Y aquí te dejo, celebrando el décimo cumpleaños del blog. Pero antes de despedirme quiero comentarte algo: por alguna razón que desconozco, desde que empezó la pandemia, el blog tiene menos lectores y menos participación. Como sabes, para mantener una motivación alta es importante recibir el apoyo y los comentarios de los demás, así que, si te gusta este blog, te animo a que lo difundas en tus redes o entre tus amigos, a que escribas comentarios en él, etc. ¡No permitas que mi motivación baje y escriba cada vez menos!

Ahora sí, me despido con un vídeo donde he reunido algunas de mis imágenes favoritas de entre los cientos de imágenes que he usado en este blog:





¡Por mucho tiempo y hasta pronto!



sábado, 8 de octubre de 2022

Jugar con la lengua

Hoy tenemos un título muy sugerente y ambiguo, ¿no? Porque la palabra lengua tiene dos significados... Pero no, la entrada de hoy no es erótica, hablaremos de jugar con el idioma, de los juegos de palabras que encontramos constantemente en las calles para llamar nuestra atención. Y nos vamos a fijar en los mensajes que juegan con los sonidos de las palabras.

Hoy voy a usar varias fotos regaladas por amigos, colegas, alumnos. ¡Me encanta que la gente que me aprecia de alguna manera vaya por la calle y se acuerde de mí cuando ve algo que le llama la atención! A todos ellos, muchísimas gracias de corazón.


A veces basta con modificar una letra y ¡ya tenemos un gran cambio! Por ejemplo, mi alumna Martha Lyroni, cuando estuvo en Granada, vio el nombre de este restaurante: solo con cambiar la última letra, el último sonido, hanrelacionado lo más famoso de Granada (la Alhambra) con las ganas de comer (el hambre). 


Jugar con la lengua
Granada (foto de Martha Lyroni)


Pasa lo mismo en esta tienda de suelos de madera de Madrid:


Jugar con la lengua
Calle General Álvarez de Castro


El nombre nos llama la atención porque inmediatamente pensamos en el conector de todas maneras, que tanto se parece en el sonido y que sirve para decir que algo que se ha dicho antes o que ya es sabido no impide que sea cierto lo que se dice después. Un sinónimo: de todos modos.

Este nombre quiere decir que tienen todo tipo de maderas para el suelo, pero, si no quisieran hacer el juego de palabras, habrían llamado al establecimiento Todas las maderas o algo parecido.


En nuestro siguiente juego cambian dos letras, dos sonidos:


Jugar con la lengua
Calle Conde Duque


Una juerga es un tiempo de diversión muy, muy animado, con posibles excesos. Pero su combinación con el adjetivo general es un poco raro e inmediatamente nos hace pensar en una combinación de palabras mucho más frecuente: huelga general. Huelga ('acción de no trabajar para pedir mejoras sociales o laborales') y juerga se parecen mucho, ¿no?

De todas maneras (no maderas 😃), creo que el juego de palabras no es invención de la persona que hizo esta pintada, porque hay una canción de una banda de rock española, M Clan, que se titula igual:




Esta canción dice en su estribillo ('la parte de las canciones que se repite'):

Juerga general internacional,
ejerce tu derecho a la juerga.

Aquí vemos claramente que están jugando con las palabras huelga y juerga, porque en ninguna ley ni constitución existe el derecho a la juerga, pero sí el derecho a la huelga (aunque, desgraciadamente, no en todos los países).


Otros juegos con las palabras consisten en quitar una letra:


Jugar con la lengua
León


Aquí el juego consiste en quitarle la vocal final a la palabra sede, porque la Santa Sede es una manera de nombrar el Vaticano, la zona de la ciudad de Roma donde vive el Papa (en realidad, un país independiente aunque muy muy pequeño). Este establecimiento es un bar, y así nos explicamos lo de la sed. Es curioso lo común que es encontrar referencias religiosas en los bares y restaurantes en España, igualando religión con disfrute de la comida y la bebida.


Una broma bastante común en carteles públicos es reducir la palabra servicios, borrándole las tres primeras letras, como en esta foto que es regalo de mi amigo Abel Murcia:


Jugar con la lengua
Entrada de la Quinta del Duque del Arco (El Pardo, Madrid)


Así, los servicios (supongo que pueden entrar a caballo en este lugar los policías u otras personas que vayan a hacer algún trabajo allí) se quedan en vicios ('malos hábitos que nos resulta difícil quitarnos'). Hay vicios autorizados ('permitidos'), como fumar y beber en determinados sitios, y no autorizados, como drogarse o mirar el móvil cuando se conduce.


Por el contrario, otras veces se añade alguna letra:


Jugar con la lengua
El Pardo (Madrid)


Seguro que el dueño de este bar se llama Pepe. Por eso ha añadido la sílaba pe dentro de la palabra penúltima. ¿Y qué significa la penúltima

La frase Vamos a tomar la penúltima es una broma. Cuando se va con amigos a tomar algo, sobre todo por la noche, si alguien quiere seguir la juerga, propone tomar la penúltima (la penúltima ronda, la penúltima consumición, la penúltima cerveza, la penúltima copa, eso da igual) y no la última. O sea, está proponiendo tomar todavía dos cosas más, está proponiendo que el encuentro se alargue.


Y otra modalidad de juego de palabras basado en los sonidos consiste en encontrar una palabra que está dentro de otra. Veamos estas imágenes que me envió mi colega Cristina Fernández desde una estación de autobuses:


Jugar con la lengua

Jugar con la lengua
Siero (Asturias)


Como ves, jugar con la lengua es bastante fácil a veces. Y cuando tienes un nivel de lengua suficiente para crear juegos o para entenderlos, ¡es que ya has llegado bastante alto!

Si te apetece ver más ejemplos, puedes leer esta entrada anterior: Juegos de palabras.

Igual que estos amigos que he nombrado, ¡recuérdame cuando veas algo interesante y envíame una foto! ¡Hasta pronto, seguiremos jugando con la lengua!