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lunes, 27 de marzo de 2023

La zahorra, a la porra


Zahorra, tala y pavimentar son palabras que, aunque no son de uso diario, últimamente están en boca de muchísimos madrileños. Varios cientos de ellos se concentraron el sábado pasado en la plaza de Cibeles, frente al Ayuntamiento de Madrid, para protestar por muchas cosas que no les gustan de la evolución reciente de nuestra ciudad.

Había asociaciones y plataformas de ciudadanos que protestaban por temas diversos, pero dominaba la preocupación y el enfado por las actuaciones del Ayuntamiento en plazas, parques y jardines durante el último año. 

Muchos madrileños de varios barrios de Madrid han aprendido una palabra que, aunque es muy antigua, no conocían: zahorra. La han aprendido cuando han visto que, en los caminos y las zonas de descanso de sus parques, ya no hay tierra sino un material que parece cemento, pero que es piedra muy pequeña triturada y compactada. El uso de este material resulta barato y reduce los trabajos de mantenimiento, porque, por ejemplo, donde hay zahorra no crecen las llamadas malas hierbas (las plantas que crecen espontáneamente). Pero el impacto visual es tremendamente negativo y el contacto con la naturaleza que buscamos en los parques se pierde.

Probablemente otro efecto será el que describen en esta pancarta:


Aprende español callejeando: La zahorra a la porra



La zahorra puede ser de origen natural o de origen artificial. La que están poniendo en los parques de Madrid es artificial. Por eso contribuirá a que los parques no sean ya un refugio para el calor asfixiante ('calor exagerado') del verano madrileño.

Y por eso, uno de los gritos más escuchados en la manifestación fue el que he usado como título: La zahorra, a la porra. Cuando le decimos a alguien ¡Vete a la porra!, expresamos un enfado y un deseo de que esa persona se vaya o deje de hablarnos en ese momento. Es la forma más suave, porque también le decimos a la gente que se vaya a la mierda, o, más fuerte aún, a tomar por culo

Lo que están haciendo en los parques con la zahorra y en otros sitios con cemento o asfalto es pavimentar, que es poner una capa lisa de algún material duro y resistente. Significa lo mismo que el verbo solar, que es 'poner algún tipo de suelo'. Por eso otro vecino le dice esto al alcalde de Madrid, José Luis Rodríguez Almeida:


Aprende español callejeando: La zahorra a la porra



Mansión rima con dimisión. Probablemente el alcalde viva en una casa con cierto lujo (que es lo que significa mansión), pero no lo sabemos con seguridad. Sin embargo, la persona que hizo esta pancarta intuye que el alcalde vive en una casa mejor que la de la mayoría de los que viven cerca de estos parques que se están pavimentando.


Aunque la pavimentación con zahorra tuvo mucho protagonismo, lo tuvo aún más la protesta contra la tala de árboles en la ciudad. Talar significa cortar un árbol por su pie, o sea, no es cortar unas ramas (eso sería podar), sino quitar el árbol completo. Al verbo talar le corresponde el sustantivo femenino tala. Contra ella protestaron muchos madrileños quitándole al símbolo de Madrid, el oso, el árbol que lo acompaña (como puedes ver a la izquierda de la pancarta, donde el árbol, un madroño, aparece cortado desde su base, o sea, talado):


Aprende español callejeando: La zahorra a la porra



En los últimos años hemos visto desaparecer cientos y cientos de árboles en la ciudad: porque molestaban para la construcción de un hotel, porque se reformaba una plaza y había un nuevo diseño, porque el árbol se moría y no ponían otro nuevo, etc.

Pero el punto más alto de este arboricidio ha llegado con el anuncio de que se talarán unos mil árboles (muchos viejos árboles que dan muy buena sombra) para construir una estación de metro en el interior de un parque. 

Muchas de las pancartas hablaban de la relación entre los árboles y la vida, pues son principalmente ellos los que nos permiten seguir viviendo en esta ciudad, bajando los niveles de contaminación, que son cada vez más altos. Te muestro dos pancartas que tienen rima:


Aprende español callejeando: La zahorra a la porra


Aprende español callejeando: La zahorra a la porra




Hacer algo a discreción significa hacerlo a voluntad o capricho de una persona, sin ninguna limitación. Esto quiere decir que en Madrid se están talando árboles sin ningún criterio racional, sin ningún beneficio para los ciudadanos.

En la segunda pancarta aparece el conector según, que tiene varios significados. En este caso, se usa en un sentido temporal, para relacionar dos acciones que progresan al mismo tiempo: talar árboles y matar gente. 

En otras pancartas, lógicamente, aparecen palabras relacionadas con los árboles que quizás quieras conocer. Todas ellas tienen rima, así que se nota que estos vecinos han dedicado su tiempo a pensar en la forma de expresar sus reivindicaciones:


Aprende español callejeando: La zahorra a la porra

Aprende español callejeando: La zahorra a la porra

Aprende español callejeando: La zahorra a la porra




Arbusto y arboleda son de la misma familia que árbol. Un arbusto es un pequeño árbol, pero de menos de cinco metros y sin tronco (la parte central del árbol), o sea, que todas sus ramas nacen del suelo; arboleda es una palabra colectiva para un conjunto de árboles.

Seguramente ya conoces la palabra raíz que aparece en la última foto, y que se refiere a la parte de las plantas que está dentro de la tierra, pero quizá no conozcas la expresión informal tocar las narices a alguien. Quiere decir 'molestar, fastidiar', y precisamente eso es lo que está haciendo este Ayuntamiento con muchos de sus ciudadanos: molestarles, fastidiarles, enfadarles, y a algunos, otras cosas bastante peores de las que hablaré en otra ocasión.

Termino con una pancarta que debería provocar una reflexión en los políticos que están tomando estas decisiones, y en especial al alcalde. Los árboles que tenemos en Madrid son nuestra herencia, muchos se plantaron hace décadas para que disfrutáramos de ellos hoy y nadie tiene derecho a hacerlos desaparecer sin consultar con los vecinos.


Aprende español callejeando: La zahorra a la porra



Más vocabulario y expresiones relacionadas con los árboles en este enlace. ¡Hasta pronto!







domingo, 19 de marzo de 2023

¡Qué chulo!

En toda España se dice de los madrileños que somos bastante chulos, o sea, un poco arrogantes, un poco creídos ('que se creen mejores que los demás'). Ese suele ser el estereotipo de todos los habitantes de las capitales, ¿no?

Cuando no queremos que ese chulo/a resulte ofensivo, sino que simplemente tenga el significado de 'persona un poco presumida que tiene cierta gracia al hablar o al moverse', podemos usar esta otra forma de esa palabra:


Aprende español callejeando: Qué chulo
Costanilla de San Andrés

Si hablamos de un hombre, diríamos es un chuleta, y si hablamos de una mujer, es una chuleta. Cuando decimos: ¡Pero qué chuleta eres!, lo mismo vale para unos que para otras. La palabra no cambia de forma. Claro que en el caso del femenino la forma coincide con la del sustantivo (la) chuleta ('pieza de carne con hueso procedente de diferentes animales que suele comerse frita o asada'), pero el contexto suele ayudar, no suele haber confusión. 

Es curioso que en una carnicería de otro barrio de Madrid, en lugar de elegir el nombre la chuleta, que sería lo más lógico, hayan elegido este otro:


Aprende español callejeando: Qué chulo
Calle Fernández de los Ríos


Chulesco/a significa 'propio de alguien chulo, arrogante, vanidoso'. No se usa para describir a las personas, pero sí para características de las personas. Las personas muy chulas tienen gestos, actitudes, ademanes y formas de hablar chulescas. Yo diría que es un adjetivo bastante despreciativo. Pero bueno, poner este nombre a la tienda es una forma de llamar la atención.


En Madrid es importante otro sentido de la palabra chulo/a, que es el que está un poco escondido en este cartel de la cafetería La especial:


Aprende español callejeando: Qué chulo
Calle Monasterio de Samos


En esta cafetería, la especialidad son los churros, esa masa frita tan típica del desayuno (y también de la merienda) en Madrid. Pero la expresión real que hay detrás de este cartel es ser más chulo/a que un ocho. Los chulos/as o chulapos/as son las personas que, para algunas fiestas (sobre todo el día de San Isidro, el patrón de la ciudad), se visten con el traje de fiesta de las clases populares de finales del siglo XIX y principios del XX. ¿Y qué tiene que ver esto con el número ocho? Pues que en esa época, había un tranvía, el número 8, que llevaba al Parque de la Bombilla, donde se celebraba una de las fiestas al aire libre más populares de la ciudad; por eso, algunos días el tranvía número 8 iba lleno de chulapas y chulapos. De ahí viene la expresión, y hoy en día, para alguien presumido o vanidoso, podemos decir que es más chulo que un ocho.

¿Quieres saber cómo van vestidos los chulapos y las chulapas en las fiestas? Como los muñecos de este escaparate:


Aprende español callejeando: Qué chulo
Calle Santa Feliciana



El adjetivo chulo/a también se usa para hablar de cosas, y en este caso el significado es muy diferente. Mira este escaparate de una tienda de objetos para la casa:
 

Aprende español callejeando: Qué chulo
Calle Raimundo Fernández Villaverde


Evidentemente, no puede significar lo mismo que en personas. Una cosa que es chula es bonita, es graciosa, y este uso de esta palabra es informal.


¿A que la entrada de hoy me ha quedado chula?

¡Hasta pronto!







martes, 7 de marzo de 2023

Me lo merezco

Llevo un tiempo observando que en la publicidad se usa mucho el verbo merecer. Su significado es 'tener alguna cualidad o defecto, o haber hecho algo bueno o malo, que te hacen digno de recibir algo bueno (un premio, un regalo, etc.) o algo malo (un castigo, una mala respuesta, etc.)'. 

Merecer tiene una familia de palabras pequeña pero curiosa. En ella hay dos sustantivos: mérito y merecido. El sustantivo mérito ('cualidad o buena acción que te hacen digno de recibir algo bueno') tiene siempre un sentido positivo, mientras que el sustantivo merecido siempre es negativo. Por ejemplo:

- Paula tiene suficientes méritos para ser directora general de la empresa ('merece ser directora')

- Juanito se portó fatal en casa de sus tíos, y cuando volvió con sus padres a casa recibió su merecido ('recibió lo que se merecía, probablemente un castigo')


Pero vamos con esos usos callejeros del verbo. Una frase muy utilizada en los comercios o en la publicidad para convencernos de comprar algo es esta:


Aprende español callejeando: Me lo merezco
Calle San Onofre

El posible cliente habla consigo mismo, en primera persona (yo), y claro que va a encontrar algo bueno en sí mismo para justificar su compra en esta tienda, o sea, claro que va a pensar que se merece las cosas que compre. Porque, por lo general, no somos muy exigentes con nosotros mismos. Pero ¿realmente nos merecemos tener tantas cosas como compramos? Creo que no, sinceramente.


En esta primera foto puedes ver también que merecer, como los demás verbos que terminan en -ecer, tiene la primera persona del singular (yo) irregular en el presente, con -zc-. Pero solo la primera persona del singular. Sin embargo, como el presente del subjuntivo se forma sobre el modelo de esta primera persona del singular, todas las personas tienen -zc-. Mejor verlo:


Aprende español callejeando: Me lo merezco


Ofrecer, crecer, pertenecer, parecer, aparecer, envejecer... Hay muchísimos verbos que hacen sus presentes de esta manera.


Vamos con más ejemplos callejeros de merecer. En el escaparate de un estanco de Madrid dicen esto de sí mismos:


Aprende español callejeando: Me lo merezco
Calle Francisco de Rojas


La verdad es que no sé por qué el estanco se merece un aplauso. He mirado las opiniones sobre él en Google y las hay muy buenas pero también las hay muy malas. Pero bueno, es esa tendencia que tenemos a la falta de autocrítica, supongo. Y el cartel es gracioso.

En esta otra tienda pintan retratos y supongo que lo hacen a partir de una foto, porque si no...


Aprende español callejeando: Me lo merezco
Costanilla de Santiago


Tu perro o tu gato, ¿se merecen un retrato? Yo diría que sí, aunque solamente sea porque tienen la paciencia de aguantar a sus dueños (sus humanos, como dicen muchos), o no tienen paciencia pero no les queda más remedio que aguantarlos.


Me lo merezco, este estanco se merece un aplauso, tu amigo se merece un retrato. Fíjate, en todas las fotos que he puesto aparece un pronombre reflexivo. En España solemos usar este verbo de forma reflexiva cuando el sujeto es una persona; es correcto también no usarlo, pero resulta más formal. Cuando el sujeto no es una persona, solemos usarlo sin pronombre reflexivo. Por ejemplo:

La ocasión merece una celebración

Aquel viaje no mereció la pena


¿Te ha merecido la pena perder unos minutos de tu vida leyendo esta entrada? ¿Crees que me merezco un aplauso por ella? ¿O más bien me merezco un castigo? 

¡Hasta pronto!