Llevo un tiempo observando que en la publicidad se usa mucho el verbo merecer. Su significado es 'tener alguna cualidad o defecto, o haber hecho algo bueno o malo, que te hacen digno de recibir algo bueno (un premio, un regalo, etc.) o algo malo (un castigo, una mala respuesta, etc.)'.
Merecer tiene una familia de palabras pequeña pero curiosa. En ella hay dos sustantivos: mérito y merecido. El sustantivo mérito ('cualidad o buena acción que te hacen digno de recibir algo bueno') tiene siempre un sentido positivo, mientras que el sustantivo merecido siempre es negativo. Por ejemplo:
- Paula tiene suficientes méritos para ser directora general de la empresa ('merece ser directora')
- Juanito se portó fatal en casa de sus tíos, y cuando volvió con sus padres a casa recibió su merecido ('recibió lo que se merecía, probablemente un castigo')
Pero vamos con esos usos callejeros del verbo. Una frase muy utilizada en los comercios o en la publicidad para convencernos de comprar algo es esta:
Calle San Onofre |
El posible cliente habla consigo mismo, en primera persona (yo), y claro que va a encontrar algo bueno en sí mismo para justificar su compra en esta tienda, o sea, claro que va a pensar que se merece las cosas que compre. Porque, por lo general, no somos muy exigentes con nosotros mismos. Pero ¿realmente nos merecemos tener tantas cosas como compramos? Creo que no, sinceramente.
En esta primera foto puedes ver también que merecer, como los demás verbos que terminan en -ecer, tiene la primera persona del singular (yo) irregular en el presente, con -zc-. Pero solo la primera persona del singular. Sin embargo, como el presente del subjuntivo se forma sobre el modelo de esta primera persona del singular, todas las personas tienen -zc-. Mejor verlo:
Ofrecer, crecer, pertenecer, parecer, aparecer, envejecer... Hay muchísimos verbos que hacen sus presentes de esta manera.
Vamos con más ejemplos callejeros de merecer. En el escaparate de un estanco de Madrid dicen esto de sí mismos:
Calle Francisco de Rojas |
La verdad es que no sé por qué el estanco se merece un aplauso. He mirado las opiniones sobre él en Google y las hay muy buenas pero también las hay muy malas. Pero bueno, es esa tendencia que tenemos a la falta de autocrítica, supongo. Y el cartel es gracioso.
En esta otra tienda pintan retratos y supongo que lo hacen a partir de una foto, porque si no...
Costanilla de Santiago |
Tu perro o tu gato, ¿se merecen un retrato? Yo diría que sí, aunque solamente sea porque tienen la paciencia de aguantar a sus dueños (sus humanos, como dicen muchos), o no tienen paciencia pero no les queda más remedio que aguantarlos.
Me lo merezco, este estanco se merece un aplauso, tu amigo se merece un retrato. Fíjate, en todas las fotos que he puesto aparece un pronombre reflexivo. En España solemos usar este verbo de forma reflexiva cuando el sujeto es una persona; es correcto también no usarlo, pero resulta más formal. Cuando el sujeto no es una persona, solemos usarlo sin pronombre reflexivo. Por ejemplo:
La ocasión merece una celebración
Aquel viaje no mereció la pena
¿Te ha merecido la pena perder unos minutos de tu vida leyendo esta entrada? ¿Crees que me merezco un aplauso por ella? ¿O más bien me merezco un castigo?
¡Hasta pronto!
Yo creo que tu mereces un aplauso todos los días.👏🏻
ResponderEliminarCaramba, un elogio como este no se recibe todos los días. ¡Muchísimas gracias!
EliminarHola, Marisa,
ResponderEliminarcon tu entrada inspiradora me has hecho pensar:
Después de un día de aprendizaje intensivo de español me merezco un aplauso y un dulce. Y después de muchos años de trabajo me merezco la jubilación. En mi caso especial tal vez me merezco incluso la beatificación, pero aún me falta un milagro. Necesitaría que una monja polaca pidiera mi ayuda desde Brasil y así se quitara de encima sus varices de la noche a la mañana. Al menos nuestro imperador Carlo I de la casa de Habsburgo logró su beatificación de esta manera. Y –¿quién sabe?– quizás el curandero beato aun va a hacerse merecedor de la canonización.
Pero ser beato o santo tiene sus desventajas, porque tienes que donar reliquias, para que los fieles tengan algo que adorar, así como Carlo tuvo que ceder algo “ex ossibus suis” a varias iglesias, entre ellas la Basílica Parroquial de Nª. Sª. de la Merced y S. Miguel Arcángel de Barcelona.
Considerándolo bien... voy a desistir de mi beatificación. ¡No me merezco que me despedacen!
Hasta pronto
Resi
Jajajaja, en los diez años que llevo escribiendo este blog no había recibido un comentario más divertido que este. ¡Gracias por hacerme reír, que es algo sanísimo! Y por cierto, te mereces un 10 en expresión escrita en español. ¡Hasta pronto!
EliminarMarisa
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Eliminar👏👏👏👏👏👏
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