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domingo, 12 de junio de 2016

La moto y la mano

Muy cerca de mi escuela, hace un tiempo abrieron este local:


Calle Hortaleza
Vespa es una famosa marca italiana de vehículos como el que aparece en la imagen, justo encima del nombre del bar. Fue muy, muy popular en los años 50 y 60 del siglo XX, quizá por eso hablan de la Vespa "de papá", pero todavía se sigue fabricando. 

Un tiempo después le cambiaron el nombre al local, y ahora se llama así:


femeninos acabados en o
Calle Hortaleza

Aunque la palabra Vespa no está ya en el nombre, en la foto puedes ver que delante de la puerta hay una Vespa. Quizá el cambio es porque no se pueden usar nombres de marcas comerciales para otros negocios.

El caso es que ahora tiene un nombre mucho más interesante para ti y para mí, porque, seguro que te has fijado, en el nombre pone la moto, con artículo femenino para un nombre que acaba en -o. ¿Y por qué? En este caso, la palabra moto es una forma corta de la palabra motocicleta. Pasa lo mismo con otras formas cortas: decimos hacer una foto (fotografía) y hacerse una eco (ecografía). La palabra sigue siendo femenina aunque la digamos con su forma corta: una moto preciosa, una foto bonita. (Por cierto, si quieres conocer más formas cortas habituales en español, no dejes de entrar en La pelu y el cumple)

Hay una palabra que no es una forma corta pero es femenina y termina en -o. Aparece en esta imagen que tomé en el pueblo de Urueña, la Villa del Libro, de la que te hablé en la entrada Callejeando por Urueña:

femeninos acabados en o
Urueña (Valladolid)
Fernando Vizcaíno Casas fue un periodista y escritor español del siglo XX defensor del franquismo. ¡No me extraña que sus libros estén tan baratos! Dice el librero en este cartel que le "quitan el libro de las manos", lo que quiere decir que lo compra mucha gente. Esta es una frase que dicen a menudo los vendedores de los mercadillos: "Que me lo/la/los/las quitan de las manos, oiga".

¿Y qué pasa con estas palabras femeninas terminadas en -o cuando formamos sus diminutivos? Pues depende de la palabra y de la zona. Mira estos vídeos; en ellos aparece la misma canción infantil, pero hay una pequeña diferencia relacionada con la palabra mano:







En España usamos la forma manita; en otras zonas, por ejemplo en Argentina, dicen, con toda lógica, la manito. Con la palabra moto, en cambio, todos estamos de acuerdo: en España se dice la motito, y en Argentina también. Mira el vídeo de esta divertida canción del grupo argentino Mala Fama:





Le robaron la motito al boludo de Carlitos, pobrecito. En España diríamos lo mismo, pero en lugar de boludo diríamos tonto o bobo.


Como curiosidad, te diré que de la palabra mano viene otro diminutivo, manecilla, que tiene este significado:




¡Ojo! Hay otra palabra que viene de mano y parece un diminutivo pero no lo es:


femeninos acabados en o
Calle Embajadores

Ser un manitas o una manitas es, como habrás imaginado, ser una persona hábil, que sabe hacer muchas cosas con sus manos. La palabra tiene siempre la misma forma, manitas, igual cuando hablamos de hombres o de mujeres, en singular o en plural. ¿Y qué es lo contrario de ser manitas? Pues ser manazas. Otra palabra que parece femenino plural pero que es invariable: es un manazas, es una manazas, son unos manazas, son unas manazas.

¿Y tú qué eres? ¿Más manitas que manazas o más manazas que manitas? Yo reconozco que soy un poco manazas.

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