Después de hablar de peces, pescados y playa en Madrid y de hablar también de la Calle del Pez, hoy nos vamos a ver qué hay de interesante en la calle de los Tres Peces, que está en el barrio de Lavapiés.
El origen del nombre de esta calle está bastante claro y documentado: en el siglo XVII vivió aquí un hombre que tenía la costumbre de regalar, una vez al año, tres peces grandes a diferentes instituciones (hospitales y conventos), y no lo hacía a todas el mismo día, sino en diferentes fechas del año a cada institución.
Esta costumbre dio nombre a la calle porque para recordarla se pusieron tres peces de piedra, como vemos en esta imagen:
A la derecha de estos tres peces alguien ha puesto también una lagartija; no sé si dentro de unos siglos la calle se llamará "calle de la lagartija y los tres peces":
Los tres peces están muy presentes a lo largo de la calle, desde que entramos y vemos la placa:
En dos portales de esta calle, para señalar el número, han puesto azulejos con imágenes de peces:
Como en la calle del Pez, aquí también encontramos nombres de establecimientos que juegan con el nombre de la calle:
Este es un lugar para el trabajo colaborativo (también se usa mucho la palabra inglesa coworking). La palabra pecera significa 'pequeño objeto, generalmente de cristal, acondicionado para que vivan en él peces'; así que es un nombre apropiado para un lugar donde trabajan varias personas a la vez. Eso sí, han decidido mantener la -z de la palabra pez en lugar de escribir pecera, que es lo correcto, para llamar la atención.
Nuestra calle de hoy es un lugar bastante tranquilo y no tiene demasiado comercio, quizá porque, como muchas calles del barrio, es una calle con bastante cuesta (o sea, inclinada, que hay que subir y bajar). Pero, dentro de su pequeño mundo, tiene aires tanto del norte como del sur de España, como vamos a ver.
En el tramo más alto de la calle, en la esquina, encontramos este bar cuyo nombre, El Hórreo, se refiere a un tipo de construcción típico de Galicia y Asturias (de él te hablé en Asturias, patria querida, donde tienes una imagen):
También nos lleva al norte de España, en concreto al País Vasco, el nombre de este café-restaurante que cerró el año pasado:
Nire etxea significa en euskera (la lengua autóctona del País Vasco) 'mi casa'.
En cambio, otros locales de la calle señalan al sur de España:
Este restaurante se llama a sí mismo ventorrillo murciano; ventorrillo viene de venta, que además de significar 'acción de vender algo', significa 'lugar que en los caminos o carreteras ofrece comida y habitación para los viajeros'. Las ventas eran los antiguos hoteles de carretera, y todavía hoy muchos hoteles y restaurantes llevan esta palabra en su nombre: hotel Venta del Pobre (Almería), hotel Venta Juanilla (Segovia), restaurante Venta La Esperanza (Villaviciosa, Asturias) y un montón más.
Un ventorrillo, diminutivo de venta, es algo también que suena a antiguo, a restaurantes modestos y baratos en las carreteras. Y murciano significa, claro, de Murcia.
Una caleta es una pequeña cala; cala, a su vez, significa 'pequeña playa en el fondo de una entrada pequeña del mar, más pequeña que una bahía'. Precisamente, la playa de la ciudad de Cádiz se llama playa de la Caleta. Y esta taberna es gaditana, o sea, de Cádiz.
Como puedes ver, esta tienda vende trajes típicos flamencos para mujer, así que nos hace pensar en Andalucía, la tierra del flamenco. Pero es una tienda creativa, o sea, que puedes encontrar trajes más originales, no son los más típicos.
En cuanto al nombre, en realidad debería escribirse ¡Qué flamenca! Con esta forma de escribirlo, mantienen los sonidos y llaman la atención (como hacen en La Pezera y en otros muchos sitios, como vimos en La ortografía también es un arma cargada de futuro).
Así que pasear por Tres Peces es un recorrido desde el norte al sur de España.
Así que pasear por Tres Peces es un recorrido desde el norte al sur de España.
Pero no todo es tradición en esta calle. También encontramos, como es habitual tratándose del barrio de Lavapiés, muestras de arte urbano. Por ejemplo, esta señal de tráfico decorada:
Y, ¡oh sorpresa!, en una esquina bastante escondida nos encontramos con una obra de Yipi Yipi Yeah:
Pues sí, es lo que parece: una mierda en un marco, como si fuera un cuadro. O, como ponía en otro lugar de la calle, una...
En esta calle no vivieron personas importantes ni pasaron grandes sucesos, pero existe al menos desde el siglo XVII, así que es una calle con muchas vidas.
Y, para volver a los peces, cuyo medio natural es el agua, esta foto de una esquina del café de jazz El Despertar, donde podemos leer los nombres de los océanos y arriba una bonita y verdadera frase: La verdad está en el camino.
¡Hasta pronto!
¡Que entrada más interesante y divertida! He aprendido mucho de ella. ¡Gracias,Marisa!
ResponderEliminar¡Gracias a ti, Sylvia, por tu comentario! Hasta otra ocasión
Eliminar