En los últimos tiempos muchas nuevas palabras han entrado en nuestra lengua y muchos nuevos conceptos han entrado en nuestras vidas.
Uno de ellos, que afecta a los habitantes de algunos barrios de las grandes ciudades, es el que aparece en este cartel:
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Calle Bravo Murillo |
En la foto, tomada en el barrio de Tetuán, aparecen imágenes de edificios antiguos y comercios tradicionales que han desaparecido y se han sustituido por edificios modernos y por comercios de grandes cadenas, nacionales o multinacionales. Dice el cartel que han desaparecido por gentrificación. En español, hemos adaptado esta palabra del inglés, con el mismo significado: un proceso que consiste en que la gente de un barrio céntrico y popular se va poco a poco marchando porque viene a vivir al barrio gente con más dinero; estos nuevos vecinos crean un nuevo tipo de comercios, más caros, pagan más por sus viviendas y hacen que los precios de las casas suban, y al final los antiguos vecinos ya no pueden pagar su casa ni comprar en su zona.
Este proceso se hace más rápido cuando, al mismo tiempo, se produce un proceso de turistificación, que es lo que está ocurriendo (o ha ocurrido ya) en muchos barrios de Madrid. También el fenómeno y la palabra son nuevos, y se refieren a la influencia del turismo de masas (o sea, la masificación turística) en el comercio y la sociedad: la desaparición de los comercios y su sustitución por bares y restaurantes, la subida de los precios del alquiler de casas, etc.
Hace unos meses, un artista urbano, Yksuhc, representó en un muro de una calle de Malasaña ambos procesos. Te pongo primero una foto general y luego los detalles:
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Calle de la Madera |
En la imagen de la izquierda vemos a dos ancianas, antiguas habitantes del barrio, que viven en una
corrala. Las corralas son un tipo de edificación que consisten en viviendas pequeñas a las que se entra por puertas que dan a un patio interior amplio. Se construyeron muchas desde el siglo XVII al XIX en algunas zonas populares de Madrid porque permitían hacer más pisos en espacios más pequeños.
Después, a la derecha, se representa un edificio moderno del barrio, con varias plantas y un moderno gimnasio, que simboliza el proceso de gentrificación del barrio. Más a la derecha, encontramos la maleta que simboliza la turistificación, y encima de ella, otro elemento muy presente en la zona: un juego del Monopoly, que simboliza la
especulación urbanística. Este otro fenómeno, muy asociado a los anteriores, también resulta perjudicial para los barrios:
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Calle San Germán |
El hecho de que en un barrio popular empiece a vivir gente con más dinero (gentrificación) y de que vengan muchos turistas (turistificación) hace que se especule con el precio de las viviendas: hay gente que las compra a precios bajos (o ya las tiene, y le costaron baratas) y aprovechan el aumento de la demanda para subir mucho los precios. Al final, los precios de todas las viviendas (y su alquiler) suben y los habitantes del barrio se van a vivir a otros barrios más lejanos.
Todos estos procesos hacen que los barrios se parezcan mucho unos a otros y que prácticamente desaparezca la vida de barrio, como nos recuerdan en esta obra del colectivo La rueda invertida, en el barrio de Lavapiés:
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Calle del Mesón de Paredes |
En las imágenes se puede ver representados a diferentes colectivos del barrio que se van de él, obligados por las circunstancias: los emigrantes, los jóvenes artistas, las personas humildes de cierta edad...
¿Y quién tiene la culpa de todo esto? Pues un poco todos, como nos viene a decir este cartel:
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Calle de Fernando VI |
Muchos de nosotros queremos ser modernos: vivir en una zona de moda, hacer turismo constantemente, tomar algo en locales de moda, comprar en hipermercados, etc. Al final, todos contribuimos un poco o mucho, y los beneficiados son los que más dinero tienen: los dueños de los pisos, sean personas o empresas.
Hay otra palabra interesante muy relacionada con todos estos procesos:
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Calle Nuestra Señora del Carmen |
La palabra moderneo, que no encontrarás todavía en los diccionarios, se refiere a una determinada ideología y forma de vida muy asociada a los jóvenes de clase media-alta que se van a vivir a barrios gentrificados. Más o menos se corresponden con los hipsters.
Sobre la formación de sustantivos y verbos con los sufijos
-eo y
-ear te hablé ya en la entrada
El tapeo, ¿te acuerdas? Pues hoy quiero que nos fijemos en otro sufijo, el que aparece en las palabras
turistificación,
gentrificación y
masificación y sus verbos correspondientes:
turistificar,
gentrificar y
masificar.
Este sufijo se usa, sobre todo, para palabras técnicas, pero en los últimos años cada vez se usa más en la lengua de todos los días. Generalmente, tiene el sentido de 'convertir algo en'; por ejemplo, si hablamos de
turistificación, hablamos de convertir un lugar en un destino de turistas. Aunque, como verás por los ejemplos que pongo debajo, puede tener otros sentidos.
A propósito del último ejemplo, tengo que decirte que, como existen otros procedimientos de formación de palabras, a veces se crean parejas y hasta tríos de palabras que vienen de la misma palabra.
Así, del adjetivo dulce se forma dulcificar, pero también endulzar y edulcorar. Y todos significan lo mismo, 'hacer, convertir en más dulce', pero no se usan igual. Te voy a dar ejemplos con títulos o fragmentos de noticias y páginas web.
Si hablamos del sentido más original, o sea, de hacer dulce o más dulce una bebida o una comida, usaremos endulzar:
20 formas de endulzar café que no son azúcar
www.msn.com
También usamos endulzar como metáfora:
Un plan para endulzar la aritmética
www.laprensa.com.ar
Edulcorar tiene el mismo significado, pero se usa más cuando se habla de nutrición y también cuando se endulza algo con productos como la sacarina y otros edulcorantes ('productos que dan sabor dulce y que no son el azúcar')
La leche -que no las bebidas vegetales- y los yogures -naturales o sin edulcorar- se deben tomar todos los días.
www.cope.es
Cuando edulcorar se usa metafóricamente, suele tener un sentido negativo, el de 'endulzar demasiado, esconder la realidad o presentarla de una manera fantasiosa':
Edulcorar los cuentos infantiles no es recomendable. Priva a los niños de la estimulación de la fantasía, de la comprensión de ciertas emociones e, incluso, de la inspiración para descubrir soluciones
www.elpais.com
Dulcificar se usa, sobre todo, con sentido metafórico, el de 'suavizar'. Te pongo varios ejemplos:
La Plataforma de Afectados de Madrid Central quiere "dulcificar" las restricciones al tráfico en el centro
www.lavanguardia.com
Cómo depilar las cejas en función de la cara
Si tiene la cara cuadrada o rectangular, la ceja debe de ser más redonda para dulcificar la mirada.
www.lavanguardia.com
La recién anunciada salida de Francisco González de la presidencia de BBVA puede dulcificar las relaciones con el nuevo gobierno
www.lapoliticaonline.com.mx
¡Uf, pero qué entrada más larga he hecho, si parece un libro! Pero espero haberte endulzado la vida un poco, o al menos haberte entretenido un rato.
Ya sabes, si te ha gustado la entrada, ¡escríbeme un comentario para que lo sepa! ¡Hasta pronto!