sábado, 27 de octubre de 2018

Ponte en mis zapatos

Últimamente he visto bastantes veces esta expresión: ponerse en los zapatos (de alguien) con el significado de 'ponerse mentalmente en el lugar de una persona para intentar entenderla'. Creo que es una traducción literal del inglés y por eso todavía no se encuentra en los diccionarios de español. 

Creo que para ponerse en los zapatos de un español, lo mejor sería que te compraras este tipo de calzado:

Aprende español callejeando por Madrid: Ponte en mis zapatos
Calle Zurbano

Las alpargatas están hechas con materiales naturales y han sido tradicionalmente, un calzado de gente pobre. En esta imagen puedes ver las más tradicionales:

                             

Con el paso del tiempo, se fueron sofisticando, haciéndose más bonitas, y desde hace años se llevan también con tacón, como estas:
                          Zapatos Hombre Alpargatas Fernandez VALENC. CINTAS bleu

Las alpargatas son tan características del calzado español que hay tiendas, como has visto, que están especializadas en ellas (aunque también vendan otro tipo de zapatos):


Aprende español callejeando por Madrid: Ponte en mis zapatos
Calle García Paredes

Aprende español callejeando por Madrid: Ponte en mis zapatos
Gran Vía

¿Y por qué te digo que para ponerte en el lugar de un español deberías pensar en ponerte unas alpargatas? Pues porque ara poder entender la historia y la cultura de España, es necesario tener siempre presente que la mayor parte de su población viene de una pobreza de siglos. Afortunadamente, hemos cambiado mucho y las últimas décadas han sido el periodo más largo de paz y prosperidad (a pesar de la última crisis) que ha habido nunca en este país, pero hay muchos aspectos de nuestra cultura que no pueden entenderse sin esa larga miseria.

Y ningún pueblo tiene que avergonzarse de ser o haber sido pobre. Al contrario: tiene que recordarlo siempre. Eso es lo que quisieron los vecinos del barrio de Tetuán con la iniciativa Ventanas de Tetuán:


Aprende español callejeando por Madrid: Ponte en mis zapatos
Calle Gonzalo Herrero

Aprende español callejeando por Madrid: Ponte en mis zapatos
Calle Tablada

Así que, cuando vayas a decir algo sobre España y sobre los españoles, ¡ponte en nuestras alpargatas!

¡Hasta pronto!



domingo, 21 de octubre de 2018

Yo gentrifico, tú gentrificas

En los últimos tiempos muchas nuevas palabras han entrado en nuestra lengua y muchos nuevos conceptos han entrado en nuestras vidas.              

Uno de ellos, que afecta a los habitantes de algunos barrios de las grandes ciudades, es el que aparece en este cartel:

Aprende español callejeando por Madrid: Yo gentrifico
Calle Bravo Murillo

En la foto, tomada en el barrio de Tetuán, aparecen imágenes de edificios antiguos y comercios tradicionales que han desaparecido y se han sustituido por edificios modernos y por comercios de grandes cadenas, nacionales o multinacionales. Dice el cartel que han desaparecido por gentrificación. En español, hemos adaptado esta palabra del inglés, con el mismo significado: un proceso que consiste en que la gente de un barrio céntrico y popular se va poco a poco marchando porque viene a vivir al barrio gente con más dinero; estos nuevos vecinos crean un nuevo tipo de comercios, más caros, pagan más por sus viviendas y hacen que los precios de las casas suban, y al final los antiguos vecinos ya no pueden pagar su casa ni comprar en su zona.

Este proceso se hace más rápido cuando, al mismo tiempo, se produce un proceso de turistificación, que es lo que está ocurriendo (o ha ocurrido ya) en muchos barrios de Madrid. También el fenómeno y la palabra son nuevos, y se refieren a la influencia del turismo de masas (o sea, la masificación turística) en el comercio y la sociedad: la desaparición de los comercios y su sustitución por bares y restaurantes, la subida de los precios del alquiler de casas, etc. 

Hace unos meses, un artista urbano, Yksuhc, representó en un muro de una calle de Malasaña ambos procesos. Te pongo primero una foto general y luego los detalles:


Aprende español callejeando por Madrid: Yo gentrifico



Aprende español callejeando por Madrid: Yo gentrifico

Aprende español callejeando por Madrid: Yo gentrifico

Aprende español callejeando por Madrid: Yo gentrifico
Calle de la Madera

En la imagen de la izquierda vemos a dos ancianas, antiguas habitantes del barrio, que viven en una corrala. Las corralas son un tipo de edificación que consisten en viviendas pequeñas a las que se entra por puertas que dan a un patio interior amplio. Se construyeron muchas desde el siglo XVII al XIX en algunas zonas populares de Madrid porque permitían hacer más pisos en espacios más pequeños.

Después, a la derecha, se representa un edificio moderno del barrio, con varias plantas y un moderno gimnasio, que simboliza el proceso de gentrificación del barrio. Más a la derecha, encontramos la maleta que simboliza la turistificación, y encima de ella, otro elemento muy presente en la zona: un juego del Monopoly, que simboliza la especulación urbanística. Este otro fenómeno, muy asociado a los anteriores, también resulta perjudicial para los barrios:


Aprende español callejeando por Madrid: Yo gentrifico
Calle San Germán

El hecho de que en un barrio popular empiece a vivir gente con más dinero (gentrificación) y de que vengan muchos turistas (turistificación) hace que se especule con el precio de las viviendas: hay gente que las compra a precios bajos (o ya las tiene, y le costaron baratas) y aprovechan el aumento de la demanda para subir mucho los precios.  Al final, los precios de todas las viviendas (y su alquiler) suben  y los habitantes del barrio se van a vivir a otros barrios más lejanos.


Todos estos procesos hacen que los barrios se parezcan mucho unos a otros y que prácticamente desaparezca la vida de barrio, como nos recuerdan en esta obra del colectivo La rueda invertida, en el barrio de Lavapiés:


Aprende español callejeando por Madrid: Yo gentrifico
Calle del Mesón de Paredes


Aprende español callejeando por Madrid: Yo gentrifico



Aprende español callejeando por Madrid: Yo gentrifico

Aprende español callejeando por Madrid: Yo gentrifico


En las imágenes se puede ver representados a diferentes colectivos del barrio que se van de él, obligados por las circunstancias: los emigrantes, los jóvenes artistas, las personas humildes de cierta edad...

¿Y quién tiene la culpa de todo esto? Pues un poco todos, como nos viene a decir este cartel:


Aprende español callejeando por Madrid: Yo gentrifico
Calle de Fernando VI

Muchos de nosotros queremos ser modernos: vivir en una zona de moda, hacer turismo constantemente, tomar algo en locales de moda, comprar en hipermercados, etc. Al final, todos contribuimos un poco o mucho, y los beneficiados son los que más dinero tienen: los dueños de los pisos, sean personas o empresas.

Hay otra palabra interesante muy relacionada con todos estos procesos:

Aprende español callejeando por Madrid: Yo gentrifico
Calle Nuestra Señora del Carmen

La palabra moderneo, que no encontrarás todavía en los diccionarios, se refiere a una determinada ideología y forma de vida muy asociada a los jóvenes de clase media-alta que se van a vivir a barrios gentrificados. Más o menos se corresponden con los hipsters.

Sobre la formación de sustantivos y verbos con los sufijos -eo y -ear te hablé ya en la entrada El tapeo, ¿te acuerdas? Pues hoy quiero que nos fijemos en otro sufijo, el que aparece en las palabras turistificación, gentrificación y masificación y sus verbos correspondientes: turistificar, gentrificar y masificar.

Este sufijo se usa, sobre todo, para palabras técnicas, pero en los últimos años cada vez se usa más en la lengua de todos los días. Generalmente, tiene el sentido de 'convertir algo en'; por ejemplo, si hablamos de turistificación, hablamos de convertir un lugar en un destino de turistas. Aunque, como verás por los ejemplos que pongo debajo, puede tener otros sentidos.

Aprende español callejeando por Madrid: Yo gentrifico



A propósito del último ejemplo, tengo que decirte que, como existen otros procedimientos de formación de palabras, a veces se crean parejas y hasta tríos de palabras que vienen de la misma palabra. 

Así, del adjetivo dulce se forma dulcificar, pero también endulzar y edulcorar. Y todos significan lo mismo, 'hacer, convertir en más dulce', pero no se usan igual. Te voy a dar ejemplos con títulos o fragmentos de noticias y páginas web.

Si hablamos del sentido más original, o sea, de hacer dulce o más dulce una bebida o una comida, usaremos endulzar

20 formas de endulzar café que no son azúcar

www.msn.com


También usamos endulzar como metáfora:

Un plan para endulzar la aritmética­

www.laprensa.com.ar


Edulcorar tiene el mismo significado, pero se usa más cuando se habla de nutrición y también cuando se endulza algo con productos como la sacarina y otros edulcorantes ('productos que dan sabor dulce y que no son el azúcar')

La leche -que no las bebidas vegetales- y los yogures -naturales o sin edulcorar- se deben tomar todos los días.

www.cope.es

Cuando edulcorar se usa metafóricamente, suele tener un sentido negativo, el de 'endulzar demasiado, esconder la realidad o presentarla de una manera fantasiosa':

Edulcorar los cuentos infantiles no es recomendable. Priva a los niños de la estimulación de la fantasía, de la comprensión de ciertas emociones e, incluso, de la inspiración para descubrir soluciones

www.elpais.com

Dulcificar se usa, sobre todo, con sentido metafórico, el de 'suavizar'. Te pongo varios ejemplos:

La Plataforma de Afectados de Madrid Central quiere "dulcificar" las restricciones al tráfico en el centro

www.lavanguardia.com

Cómo depilar las cejas en función de la cara

Si tiene la cara cuadrada o rectangular, la ceja debe de ser más redonda para dulcificar la mirada.

                                                                                                                             www.lavanguardia.com

La recién anunciada salida de Francisco González de la presidencia de BBVA puede dulcificar las relaciones con el nuevo gobierno

                                                                                                                  www.lapoliticaonline.com.mx


¡Uf, pero qué entrada más larga he hecho, si parece un libro! Pero espero haberte endulzado la vida un poco, o al menos haberte entretenido un rato.

Ya sabes, si te ha gustado la entrada, ¡escríbeme un comentario para que lo sepa! ¡Hasta pronto!


domingo, 14 de octubre de 2018

La alegría de la huerta


Aprende español callejeando por Madrid: La alegría de la huerta
Calle Dos Hermanas



Da gusto encontrar locales con nombres así. Porque la expresión ser la alegría de la huerta significa 'estar siempre alegre, ser optimista, transmitir alegría a los demás'.

Claro que muchas veces la usamos irónicamente y queremos decir todo lo contrario, que la persona de la que hablamos siempre ve las cosas de forma negativa, es pesimista, o simplemente es una persona que no habla mucho o se ríe poco.

Hace poco encontré otro local, igualmente adornado con plantas, que en su nombre juega con esta expresión:


Aprende español callejeando por Madrid: La alegría de la huerta


Aprende español callejeando por Madrid: La alegría de la huerta
Calle Infanta Mercedes



Fíjate en la diferencia: la alegría de la huerta y la alegría de los Huerta. Una huerta es un trozo de tierra que se usa para cultivar alimentos (verduras, legumbres y árboles frutales). Pero Huerta es también un apellido bastante común en España. Seguramente, los dueños de este bar se apellidan Huerta y, para llamar la atención, han jugado con el significado de la expresión. 

¿Y por qué la huerta se relaciona con la alegría? La expresión proviene de una zarzuela. No sé si conoces este género musical, que es típicamente español. Es una composición musical y teatral, con partes cantadas y partes habladas, generalmente con un tono de comedia. 

Las zarzuelas fueron tan populares durante tanto tiempo que incluso dieron lugar a expresiones como esta, que proviene de la obra La alegría de la huerta, estrenada en 1900. Estaba ambientada en la zona de huertas de Murcia, una de las más importantes de España, y el protagonista se llamaba Alegrías.

Aunque actualmente no son tan populares como antes, todavía existe en Madrid un teatro muy bonito dedicado a la representación de estas obras, que se llama, claro, el Teatro de la Zarzuela.

Aquí puedes ver completa la zarzuela La alegría de la huerta. Eso sí, ¡ten en cuenta que dura más de una hora!








Actualmente, las huertas están un poco más presentes en las vidas de los habitantes de las ciudades a través, por ejemplo, de los grupos de consumo (grupos de ciudadanos que se organizan para recibir directamente los productos desde las huertas, sin intermediarios) y de las tiendas que comercializan productos ecológicos. 

En el escaparate de una de estas tiendas vi esta camiseta, en la que, en lugar del típico corazón, han usado un tomate para expresar amor:


Aprende español callejeando por Madrid: La alegría de la huerta
Calle Tribulete



Además, la realidad de la huerta está ahora presente en las ciudades gracias a los llamados huertos urbanos,  trozos de terreno no muy grandes que se dedican a lo mismo que las huertas y que generalmente son gestionados por grupos de vecinos. 

Fíjate, hablamos de huertos y no de huertas. La diferencia entre estas dos palabras es poca: hablamos de huertas cuando son extensiones de tierra más grandes y dedicadas a producir para la venta, mientras que hablamos de huertos cuando son extensiones más pequeñas, para el consumo privado. 

Y, por cierto, aprovecho para enseñarte otra expresión: llevarse a alguien al huerto. Se usa con el significado general de 'convencer a alguien para hacer algo', pero también, con mucha frecuencia, se relaciona con un significado más sexual, el de 'conseguir acostarse con alguien'. Sobre el origen de esta expresión hay muchas teorías, ninguna segura. En todo caso, un huerto privado es un buen lugar para convencer a alguien de algo o para tener una relación íntima, ¿no? Eso sí, que no sea un huerto urbano, porque podría entrar mucha gente.

¿Te ha gustado la entrada de hoy? ¡Pues escribe un comentario, siempre me alegra saber de mis lectores!

¡Hasta pronto!


domingo, 7 de octubre de 2018

Bésame mucho

Últimamente he visto varios carteles en los que se habla de besos o se piden besos. Ya sabéis, seguro, que la mayoría de los españoles somos bastante besucones ('personas que tienen la costumbre de dar muchos besos') y que, por ejemplo, en las presentaciones o en los encuentros es normal darse dos besos. 

Hay excepciones, sin embargo: no es habitual que un estudiante dé besos a su profesor los primeros días de clase (como me ha pasado a mí dos veces en el mes de septiembre). En general, en las situaciones de trabajo los besos no son tan frecuentes.
            
Pero en el amor, besarse en privado y en público es algo muy normal. Tanto, que nos lo piden en algunos locales:

Aprende español callejeando por Madrid: Bésame mucho
Calle Fernández de los Ríos

Aprende español callejeando por Madrid: Bésame mucho
Calle de las Huertas

Fijaos en el nombre de esta casa de un pueblo de la costa de Asturias. ¿Tocaríais el timbre de esta puerta? ¡Quizá, al pasar por aquí, pensaríais que es un lugar poco recomendable! 

Pero no: la explicación del nombre de esta casa, que se alquila para turistas, es que está muy cerca de un puente llamado puente del Beso. Se llama así por una antigua leyenda: la hija de un noble se enamoró de un pirata y quiso escapar con él; el padre los descubrió y les cortó la cabeza. Sus cabezas cayeron juntas, mientras ellos se besaban, al agua, justo en el lugar donde años después se construyó el puente. Bonita y triste historia, ¿verdad?


Aprende español callejeando por Madrid: Bésame mucho
Luarca (Asturias)

He encontrado también recientemente un micropoema que habla de besos en un escaparate del barrio de Malasaña. Es del cantante y poeta español Marwan. La frase se hace viernes está copiando la estructura de las frases se hace de día o se hace de noche, que nos hablan de un cambio: es de noche, y muy temprano por la mañana se hace de día (ahora, por ejemplo, en Madrid se hace de día más o menos a las 8 de la mañana), o el contrario, es de día, y por la tarde se hace de noche (en Madrid ahora mismo hacia las 8 de la tarde).

Normalmente no decimos que *se hace lunes, ni martes, ni viernes. Este es un pequeño poema, y como todo buen poeta, Marwan juega con las palabras y crea nuevas formas de decir las cosas. Quiere decirnos que, cuando besa a esa persona, se siente tan feliz como un trabajador cuando llega el viernes. 


Aprende español callejeando por Madrid: Bésame mucho
Calle del Espíritu Santo

El título que le he puesto a la entrada de hoy es el nombre de una canción muy, muy antigua (de los años 40 del siglo XX) de la que se han hecho muchísimas versiones. ¿Quizá porque necesitamos tanto los besos para vivir?

Una de las versiones más populares es esta:






Y el título de esta canción creo que es la base con la que juegan los que le pusieron el nombre a esta zapatería:

Aprende español callejeando por Madrid: Bésame mucho
Logroño

Seguramente los dueños de la tienda no lo saben, pero la diferencia entre bésame y písame es difícil para muchos estudiantes de español. Por ejemplo, para los estudiantes de lengua árabe la diferencia entre /b,v/ y /p/ es muy difícil, y lo mismo pasa con la diferencia entre la /i/ y la /e/. Y es muy importante aquí la diferencia, porque no es lo mismo pedirle a alguien que te bese que pedirle que te pise, ¡noooo!

Un poco de ayuda para los que tenéis alguna dificultad con la comprensión y la pronunciación de estos sonidos. Para la diferencia entre esas dos vocales, dos vídeos muy detallados, con muchas explicaciones:










Y para la diferencia entre /b-v/ y /p/, una entrada de blog que se titula, precisamente, El peso de un beso. Porque, claro, menos diferencia hay todavía entre peso y beso.

Peso, beso, piso... ¡yo me quedo con el beso! ¿Y tú?