lunes, 29 de abril de 2019

Falsos amigos


Aprende español callejeando por Madrid: Falsos amigos
Alberobello (Italia)

En un reciente viaje a Italia fui a ver un bonito pueblo, Alberobello, en el que vi este cartel. Me resultó muy gracioso, porque trullo en español significa, coloquialmente, cárcel. Así que el cartel nos proponía una visita a una cárcel. Muy original. Pero yo ya sabía que se llama así el tipo de construcciones características de ese pueblo, que son muy originales. Esto es un trullo italiano:

     


También me quedé pensando un momento cuando me crucé con esta otra indicación en un parque de San Miguel, una de las islas Azores (Portugal):


Aprende español callejeando por Madrid: Falsos amigos
Pinhal da Paz (San Miguel)

Y es que la palabra corrida, aunque viene del verbo correr, se usa para hablar de las corridas de toros. Como no tenemos una palabra específica para esto, en un cartel así en España se usaría la palabra ruta, supongo.

Estos son dos ejemplos de parejas de palabras de distintas lenguas que son falsos amigos: palabras iguales o muy parecidas pero con significados total o parcialmente diferentes, y que son, por ello, una trampa para los que aprenden español. Hoy vamos a dar un paseo buscando mensajes que tengan falsos amigos en distintas lenguas, por Madrid y otros lugares de España.

Entre las lenguas romances -las que vienen del latín- los falsos amigos son, claro, bastante frecuentes. Por ejemplo, un hablante de francés que no tenga un nivel muy alto de español puede encontrar chocantes las palabras de estas dos imágenes:

Aprende español callejeando por Madrid: Falsos amigos
Calle Campoamor


Aprende español callejeando por Madrid: Falsos amigos
Calle Carlos Arniches

En el primer caso, la cosa puede ser muy divertida, porque un hablante de francés podría entender 'vivir para robar' (el verbo voler francés significa 'robar'), y por lo tanto pensaría que ¡en Madrid hay mucho ladrón suelto!

En la segunda foto, vemos unos azulejos de una antigua lechería. Parece que la leche de cabra (que es lo que vemos en la imagen) era buena para niños y enfermos, pero es que enfermo se parece muchísimo al francés enfermé, que significa 'encerrado/a'.

Con el italiano también tenemos, claro, muchísimas palabras parecidas. Un hablante de italiano tendría dificultades, si no sabe mucho español, con la primera palabra de este cartel:


Aprende español callejeando por Madrid: Falsos amigos
Calle Embajadores


La palabra tasca significa en italiano 'bolsillo'. En español, en cambio, una tasca es una taberna, un local para beber y comer a precios accesibles, o sea, normalitos. ¡Y he oído que esta tasca Barea está muy bien, tengo que ir a probar!

El portugués y el español tienen montones de falsos amigos. Ya hemos visto el ejemplo de corrida, y en el nombre de esta frutería encontramos otro:


Aprende español callejeando por Madrid: Falsos amigos
Mercado de San Fernando (calle Embajadores)

Y es que los berros, que en español son unas verduras que se usan sobre todo en ensaladas, en portugués son una especie de gritos, como los que dan algunos animales (que en español llamamos berridos). ¡Qué peligro tiene esta palabra!

Pero no creas que solo los hablantes de lenguas románicas se enfrentan a estas trampas. Las siguientes fotos muestran palabras que son potencialmente engañosas para hablantes de inglés, polaco y ruso. ¿Sabes cuáles?


Aprende español callejeando por Madrid: Falsos amigos
Calle Isaac Peral

Aprende español callejeando por Madrid: Falsos amigos
Calle Magdalena

Aprende español callejeando por Madrid: Falsos amigos
Plaza del Humilladero

La palabra bombero de la primera foto es casi igual que la palabra bomber del inglés, que significa 'terrorista'. Y tiene mucha lógica, porque los terroristas ponen bombas.

Un hablante de polaco, si no mira el escaparate lleno de zapatos (zapatos especiales para pies con problemas, por eso la llaman sanatorio de los pies), podría confundir la tienda de la segunda foto con una clínica veterinaria, porque pies en polaco significa 'perro'.

Y en la última foto encontramos un falso amigo entre español y ruso, porque banca, que en español usamos para hablar de un sector económico, el que forma el conjunto de los bancos, suena igual que la palabra rusa que significa 'tarro', o sea, un envase de cristal como los que se utilizan, por ejemplo, para las mermeladas.

En fin, como ves, incluso si tu primera lengua es muy diferente del español, es muy probable que existan falsos amigos que pueden confundirte. Te aconsejo buscar publicaciones sobre este tema en Internet para saber cuáles son los más "peligrosos" y evitar situaciones de incomunicación o malos entendidos cuando vayas a un país hispanohablante.

En mis tableros de Pinterest, por ejemplo, encontrarás un montón de imágenes, vídeos y enlaces a información sobre falsos amigos en muchas lenguas. Pincha en la imagen para acceder a ellos:


¿Conoces "falsos amigos" de tu lengua y el español"? ¡Cuéntame cuáles son, porfa!

¡Hasta pronto!



jueves, 11 de abril de 2019

Libros y libreros


Aprende español callejeando por Madrid: Libros y libreros
La Granja de San Ildefonso

Me encontré con este monumento al libro en un precioso pueblo de Segovia, en la comunidad de Castilla-León. El autor de la frase, Ricardo León, fue un banquero y escritor español hoy bastante olvidado, pero que en su tiempo fue muy famoso, porque, fíjate, en 1910 consiguió vender ¡más de un millón de ejemplares de una novela suya! Y eso en una época en la que mucha gente no sabía leer.

Hoy, en cambio, los libros en papel han perdido mucho valor. Los de segunda mano se regalan o se venden por un euro. Incluso mucha gente los tira a la basura. Es comprensible que esto pase, porque los libros ocupan mucho espacio en casa y además dan trabajo (porque hay que limpiarlos de vez en cuando), pero ¡qué pena ver libros en la basura! Antes de tirarlos ahí, hay otras posibilidades: dejarlos en un lugar público para que los coja alguien interesado o buscar tiendas o personas como esta, que pueden darles una nueva vida. 

Aprende español callejeando por Madrid: Libros y libreros
Calle Caracas

Donar se diferencia de dar en que donamos cosas de valor sin esperar nada a cambio: donamos sangre en un hospital, donamos un cuadro a un museo, donamos nuestros bienes a una ONG, etc. Así que en el anuncio de arriba está muy bien usado el verbo donar, porque los libros son objetos de valor.

Si la gente dona sus libros o los tira a la basura, está claro que las librerías cada vez están vendiendo menos. Y es una pena, porque están cerrando en todas las ciudades españolas librerías muy especiales, con libreros que aconsejan a sus clientes de manera personalizada. Por eso, hoy quiero hablarte de dos librerías de Madrid que me gustan mucho.

Una está en el barrio de Lavapiés: se llama Sin tarima, y es hermana menor -más joven- de otra librería especializada en arte, Con tarima. La tarima es una plataforma un poco levantada sobre el suelo; antiguamente, se usaba mucho en las clases, y el espacio del profesor era la tarima. Quizá la llamaron así porque encima de una tarima se puede actuar, y en la librería Con tarima hay libros sobre teatro.

Sin tarima tiene sobre todo libros de ficción y organiza muchas actividades culturales. Me encanta el chiste de Forges (un humorista gráfico español muy famoso que murió hace poco tiempo) que tienen en uno de sus escaparates:


Aprende español callejeando por Madrid: Libros y libreros
Calle del Ave María


Este chiste es una mirada irónica sobre lo poderosa que es la lectura y lo amenazante que resulta para muchos. No es ninguna casualidad que en todas las dictaduras se hayan prohibido y quemado libros, porque resultan una amenaza precisamente por lo que nos decía la primera foto de esta entrada: los libros enseñan a pensar.

Otro detalle bonito que encontramos en un escaparate de Sin tarima es una placa que un grupo de vecinos ha dedicado al librero principal, Santiago, que es un hombre que lleva muchos años en el negocio de los libros y aconseja personalmente a sus clientes:


Aprende español callejeando por Madrid: Libros y libreros
Calle del Ave María

Un bonito homenaje de los vecinos y un bonito mensaje, porque las personas necesitamos historias para vivir, ¿y quién mejor que un librero para recomendarnos buenas historias para leer?

La otra librería de la que te quiero hablar hoy está en el barrio de Malasaña y también está especializada en obras de ficción, o sea, en novelas y relatos. Su peculiar nombre viene de un grupo de poetas franceses, entre los que estaban Rimbaud y Verlaine, que solían reunirse a cenar y se llamaban a sí mismos Vilains Bonhommes. Tipos infames significa 'personas malvadas'; además, tipo, cuando se usa con el significado de persona, tiene un uso despectivo. Curioso, ¿no? Son chicos malos estos libreros...


Aprende español callejeando por Madrid: Libros y libreros
Calle San Joaquín

Como puedes ver en la foto, en esta librería, además de ver y comprar libros, puedes tomarte un vino mientras decides cuál comprar (también hay otras bebidas, si no te gusta el vino).

Me gusta mucho Tipos infames por la buena selección de libros que tienen pero también por sus recomendaciones y por la forma en que las hacen. Por ejemplo, en la puerta te puedes encontrar carteles como este, donde te hacen una recomendación combinada, de un libro más un vino para acompañarlo:

Aprende español callejeando por Madrid: Libros y libreros
Calle San Joaquín

Pero es que dentro encuentras también libros especialmente recomendados, y son los que tienen en su portada esta etiqueta, donde aparece una expresión que te expliqué ya al final de la entrada ¡Qué fisno!:

Aprende español callejeando por Madrid: Libros y libreros


Si vas a Tipos infames y compras un libro, mira el tique de compra, porque verás otro detalle especial. En algunas tiendas aparece el nombre de la persona que te ha atendido durante tu compra, pero aquí te encuentras una sorpresa:


Aprende español callejeando por Madrid: Libros y libreros


La expresión su devoto servidor, junto con su seguro servidor, son fórmulas muy antiguas, que se usaban sobre todo en las despedidas de las cartas, para expresar la disposición total de la persona que escribía la carta hacia la persona que la iba a recibir. O sea, indicaba que esa persona estaba dispuesta a hacer todo lo que la otra persona le pidiera, por eso usaban la palabra servidor, que significa 'persona que está al servicio de alguien o de alguna institución o causa'; por ejemplo, los políticos suelen decir que son "servidores del Estado", y se considera que los que trabajan en la Administración pública son "servidores públicos". Claro que, actualmente, se usa más la palabra servidor en el sentido que le dan en informática, el de un ordenador principal al que están conectados muchos otros ordenadores creando una red.

Pues me encanta que los libreros de Tipos infames estén a mi servicio y sean tan serviciales (servicial 'que está siempre dispuesto a complacer y servir a otras personas').

Pronto, el 23 de abril, se celebrará el Día Mundial del Libro y los Derechos de Autor. En Madrid se celebra también en noviembre el Día de las Librerías. Pero ¿para cuándo un Día de los Libreros, de los buenos libreros en los que podemos confiar porque conocen nuestros gustos?

Al menos, en Madrid tienen una calle. ¿Y en tu ciudad?


Aprende español callejeando por Madrid: Libros y libreros