lunes, 19 de diciembre de 2022

Vieja escuela



Aunque, por norma general, en español los adjetivos se usan después del sustantivo al que acompañan, la verdad es que este no es un tema fácil de explicar ni de entender, y por eso tampoco es fácil para los hablantes no nativos colocar los adjetivos adecuadamente.

Hoy voy a dedicarle la entrada al adjetivo antiguo/a, que es uno de los más interesantes en este sentido, ya que, según lo usemos antes o después del sustantivo, podemos entender cosas distintas. Y además, esta palabra está muy cerca del adjetivo viejo/a, que también usamos antes o después del sustantivo con diferentes matices de significado, así que también te hablaré de él.


Empezamos con un cartel de un comercio que seguro que estos días recibe a mucha gente, ya que pronto, el día 22 de diciembre, se celebra el sorteo de la lotería de Navidad


Vieja escuela
Calle Santa Engracia



Esta administración de lotería (así es como llamamos a estas tiendas) existe, al menos, desde 1768, así que es la más antigua de Madrid y probablemente de toda España, aunque no siempre estuvo donde está ahora.

Mirando esta imagen, nos podríamos preguntar: ¿por qué decimos antigua y no vieja? Las dos palabras significan 'que tiene muchos años'. Pero no es lo mismo decir que algo es antiguo que viejo

Cuando, como en este caso, el adjetivo no va con sustantivo, usamos antiguo/a para algo que tiene muchos años pero, además, un valor histórico, mientras que viejo/a solo nos habla de los años (y, muchas veces, de algo estropeado por el paso del tiempo). Igualmente, si hablamos de personas, no es lo mismo decir que una mujer es la más antigua en un centro de trabajo que decir que es la más vieja. Si la mujer es la más antigua en el centro de trabajo y este tiene, por ejemplo, diez años, significa que la mujer lleva diez años trabajando allí y fue la primera en trabajar allí, mientras que si la mujer es la más vieja en el centro de trabajo es porque es la que tiene más edad. Y no es lo mismo: por ejemplo, yo puedo ser la más antigua en mi escuela pero tener menos años que otros compañeros.

Las cosas se complican un poco más cuando el adjetivo acompaña al sustantivo, porque la variación en el orden de palabras añade más diferencias de significado. Veamos algunos ejemplos con el orden habitual del adjetivo, o sea, después del sustantivo:


Vieja escuela
Calle del Prado

Vieja escuela
Calle Santa Juliana


Vieja escuela
Calle Ponzano



Los libros que venden en la librería de la primera imagen no son solamente libros con muchos años sino que tienen valor histórico. Para indicar eso se usa la palabra antiguo detrás del sustantivo. Si se venden libros normales con muchos años, se dice que se venden libros de segunda mano (porque no queda bonito poner en la puerta de una tienda libros viejos, podría dar la idea de que están estropeados).

Las otras dos imágenes nos hablan de un modo tradicional (y, por lo tanto, con valor histórico) de tirar la cerveza, o sea, de servir la cerveza (de barril, no de botella) desde el surtidor (eso que parece un grifo) hasta el vaso. La verdad es que no tengo ni idea de cómo se tiraba antiguamente la cerveza y no estoy segura de que los anuncios de estas tabernas no sean simplemente un reclamo comercial, porque no he encontrado información sobre este tema.


Veamos qué pasa cuando el adjetivo se usa antes del sustantivo:


Vieja escuela
Calle Bretón de los Herreros



Antiguamente, hasta principios de los años 70 del siglo XX, existían en Madrid comercios donde se vendía leche fresca, sin ningún tratamiento; algunos, incluso, tenían las vacas al lado del local o muy cerca. Eran las vaquerías. El comercio de la fotografía anterior es un bar, pero ha querido rescatar del olvido el hecho de que, antiguamente, ese local fue una vaquería. Para marcar eso, usa la palabra antigua antes del sustantivo.

Desde hace unos años, hay muchos nuevos comercios en Madrid que no cambian el aspecto exterior de los locales ni los rótulos aunque el tipo de comercio sea diferente. Me encanta que lo hagan, porque la memoria de los comercios forma parte de la memoria de la ciudad. Este es un ejemplo:


Al estilo antiguo
Calle Manuel Fernández y González



Ahora es un bar, pero por el rótulo vemos que fue una tienda donde se vendía carbón, en aquellos tiempos en que la gente lo usaba para calentarse en casa. Así que podemos decir de este local: Este bar está en una antigua carbonería. Y como este, encontramos muchos bares y otras tiendas así en Madrid. Así que, sobre todo si vas por el centro de la ciudad, que es donde más ocurre esto, no confíes siempre en lo que dicen los rótulos: en la calle del León, 25, por ejemplo, te encontrarás con un rótulo que dice Confitería, pero se trata de La Integral, una tienda de regalos y ropa vintage; en la calle de Hortaleza, 70, hay una bonita óptica, Toscana, que ha conservado el rótulo que anuncia la venta de simientes, granos, semillas y legumbres que hacía en este local el señor Robustiano Díez Obeso desde 1881. Podemos decir, entonces, que La Integral está en una antigua confitería y Óptica Toscana, en una antigua tienda de semillas, legumbres, etc.


Si, en lugar de usar la palabra antiguo/a usáramos la palabra viejo/a, ya no tendría ese significado de 'algo que fue, pero ya no es', sino el de 'algo que tiene muchos años y un valor sentimental'. Por ejemplo:


Vieja escuela
La Concha (Cantabria)


Vieja escuela
Torrelodones (Madrid)




La primera foto está tomada en una zona rural de Cantabria, en un restaurante que está justo al lado del edificio de una escuela, una escuela con muchos años. Supongo que la escuela ya no está en funcionamiento, pero eso no nos lo dice el nombre del restaurante, que solo habla del valor sentimental de esa escuela para la gente de la zona.

La segunda, en cambio, la tomé en un pueblo de la Comunidad de Madrid, pero en un edificio completamente nuevo. Y es que la palabra escuela, además de significar 'institución educativa', se usa para hablar de un método o manera de hacer que aprendemos de algún maestro (que puede ser un profesor o, si hablamos de arte o de otras disciplinas, un pintor, un filósofo, etc.). La expresión ser de la vieja escuela significa 'hacer algo (o muchas cosas) como se hacía antiguamente', así que supongo que en esta escuela de costura usan métodos tradicionales de enseñanza.



Te resumo en una imagen el uso de estos dos adjetivos cuando hablamos de cosas y lugares. Si hablamos de personas o de animales, la cosa cambia un poco, por eso he añadido una segunda imagen.


Vieja escuela






Vieja escuela



Y aquí se despide alguien que, para algunas cosas, es de la vieja escuela. Por ejemplo, no me gusta comprar por Internet, ni siquiera ir a los grandes centros comerciales, y prefiero comprar en tiendas pequeñas o en el mercado; tampoco me gusta cocinar en microondas ni en Thermomix sino en horno tradicional (pero no de fuego, jejeje, no soy tan de la vieja escuela). Bueno, la realidad es que no me gusta cocinar 😉.

¡Hasta pronto y felices vacaciones, si las tienes en Navidad!




miércoles, 7 de diciembre de 2022

Gamusinos

Hoy, una entrada cortita para contarte una curiosidad. Últimamente he visto en varias tiendas de distintos lugares de España anuncios como estos:


gamusinos
Ávila (Castilla-León)


gamusinos
El Burgo de Osma (Soria, Castilla-León)


Si conoces la palabra criadero que aparece en la segunda foto quizá hayas podido imaginar qué tipo de cosa son los gamusinos. Llamamos criaderos a los lugares donde se crían (se alimentan y se cuidan desde que nacen hasta su desarrollo adulto) animales o plantas, y que tienen muchas veces un fin comercial. 

La palabra gamusino se usa para un animal. Fíjate en lo que dice la segunda foto, abajo a la derecha; son animales que sabíamos que existían pero nunca habíamos visto (hasta ahora, claro, porque en la tienda donde estaba este cartel los venden y los podemos ver).

¿Qué clase de animal puede ser para que nunca nadie lo haya visto hasta ahora? Pues un animal que en realidad no existe. Es un invento que antiguamente se usaba para gastar una broma a cualquier cazador o pescador novato ('que hace algo por primera vez'), al que se mandaba a cazar o pescar gamusinos de noche. Ahora se organizan actividades divertidas con niños en relación con los gamusinos. 

Sin embargo, en la provincia de Soria (y no sé si en otras), han usado esta palabra para llamar a unos dulces, unas galletas de mantequilla y dulce de leche. Por eso en el anuncio dicen nunca habías visto en pasado, porque ahora puedes ver los gamusinos (las galletas) en la tienda.


Y otra cosa que venden ahora en muchas tiendas de recuerdos es algo que también parece una broma:


gamusinos
Cuenca (Castilla-La Mancha)


Pero no es una broma: se trata de un huevo de juguete que, unas horas después de meterlo en agua, se abre y de él sale un dinosaurio que después crece.

Dinosaurios, gamusinos... ¿Qué será lo próximo para llamar nuestra atención?

¡Hasta pronto!




viernes, 18 de noviembre de 2022

Ayusear


Hace un par de años, en una de mis clases estábamos hablando de la formación de verbos con el sufijo -ear, como lloriquear, pintarrajear, manosear, etc. y mostré a los estudiantes ejemplos de los que puse aquí cuando hablé de este sufijo en la entrada El tapeo. Así, vieron cómo esta manera de formar verbos es muy productiva y los hablantes pueden y suelen inventar nuevos verbos a partir de sustantivos o de otros verbos, como jamonear o cafetear.

Les conté que la gente inventa nuevos verbos incluso a partir de algunos nombres de personas que lo permitan fácilmente por su fonética, para hablar de una manera de hacer las cosas propia, característica de esa persona. Por ejemplo, hace muchos años un compañero de trabajo inventó el verbo pichuquear para hablar de 'hacer las cosas a la manera de Pichuca', que era otra compañera de la escuela.

Entonces les sugerí que inventaran ellos un nuevo verbo terminado en -ear. Casi sin pensar, una estudiante dijo: ayusear. Y todos entendimos a quién se refería: hacía poco tiempo que teníamos una nueva presidenta de la Comunidad de Madrid llamada Isabel Díaz Ayuso, a quien casi todo el mundo nombra como Ayuso, y que se caracteriza, entre otras cosas, por sorprender a los madrileños tanto con sus palabras como con sus acciones.  

Ayusear significa 'hacer cosas o hablar a la manera de Isabel Díaz Ayuso'; esto, claro, para unos es positivo y para otros negativo. Parece que el invento de mis alumnos tuvo éxito (😀😀😀), porque hoy podemos encontrar muchos ejemplos de este verbo en las redes sociales en España, y si hacéis alguna búsqueda en ellas veréis esa diferencia de significado.

Para los que fueron a la manifestación del domingo pasado en Madrid en defensa de la sanidad pública, ayusear es perjudicial para la salud de los madrileños. Y así lo expresaron yendo en masa a la manifestación y mostrando pancartas en las que, como suele pasar, había muchas rimas y muchos juegos de palabras que te voy a mostrar y explicar.

Empezamos por juegos y rimas con el propio nombre de la presidenta de la Comunidad:


Ayusear
Calle Raimundo Fernández Villaverde


Ya puedes imaginar en qué consiste la ayusofobia, ¿no? Se refiere, eso sí, a la sanidad pública, no a la privada, que está encantadísima con el aumento del negocio en los últimos años. Seguramente ya sabes que en España existe desde hace muchos años un sistema sanitario universal y gratuito que se financia con lo que pagamos entre todos. Pero en la última década ha bajado la inversión en sanidad pública y los servicios cada vez son más lentos y peores.

Otra creación graciosa:

Ayusear
Paseo de la Castellana



Desde hace tiempo se viene también aplicando la palabra ayusada a las ideas y ocurrencias completamente ilógicas que expresa la presidenta. En esta pancarta hacen algo más: directamente dicen que las ideas y ocurrencias de Ayuso son payasadas (palabra que viene de payaso y significa 'acción o palabras propias de un payaso, ridículas o que hacen reír'). Claro que han cambiado una vocal para que nos recuerde más a Ayuso.

Otros hacen rimas con su nombre (bueno, su segundo apellido, como he dicho al principio):


Ayusear
Plaza de Colón



Ayusear
Paseo de la Castellana



Y otros las hacen con su segundo apellido y el de su consejero de sanidad, Enrique Ruiz Escudero.

A la expresión se (me/te/le/nos/os/les) ve el plumero le dediqué una de las primeras entradas de este blog. Con el significado de 'ver las intenciones ocultas', aquí quiere decir que sabemos cuáles son las intenciones de la presidenta y su gobierno: dejar que la sanidad pública funcione cada vez peor y así empujar a muchas personas (las que pueden hacerlo) a pagar un seguro privado. Hay problemas también en la sanidad pública en otras partes de España, pero Madrid, la comunidad más rica de España, es la que menos dinero dedica a la sanidad pública.


Me encontré también otras rimas. Las dos primeras están relacionadas con uno de los últimos problemas de la sanidad madrileña. Te explico: antes de la pandemia del coronavirus, existían en Madrid unos puntos de urgencia (SUAP: servicios de urgencia de atención primaria) abiertos durante 24 horas en los diferentes pueblos y barrios de la ciudad que eran algo intermedio entre los centros de salud (el lugar para las consultas no urgentes) y las urgencias de los hospitales (que son para casos graves). En esos SUAP se podían resolver problemas urgentes que no fueran de gravedad. Después de más de dos años cerrados, se han abierto de nuevo hace unas dos semanas; sin embargo, la mayoría de ellos no tiene médicos.

Estas dos pancartas están relacionadas con este tema:


Ayusear
Paseo de la Castellana


Ayusear
Paseo de la Castellana



En las pancartas aparecen los nombres populares de dos grandes hospitales públicos de Madrid: la Paz (Hospital Universitario La Paz) y el Marañón (Hospital Gregorio Marañón). Las dos pancartas hablan de una situación absurda que lleva tiempo ocurriendo en Madrid: como no funcionan las urgencias de atención primaria, mucha gente termina en las urgencias de los hospitales por cosas no graves, como un flemón (una inflamación en la boca causada por infección en las encías, o sea, en la carne donde se meten los dientes) o una diarrea (supongo que a eso se refiere la segunda pancarta, que nombra un váter y además lo dibuja debajo de la palabra). Debido a eso, las urgencias de los hospitales se colapsan y no pueden atender a todos los pacientes como deberían.

Y una última rima en una camiseta de un sanitario (la palabra común con la que designamos a todo el personal de sanidad: médicos y médicas, enfermeros y enfermeras, etc.):

 
Ayusear
Paseo de la Castellana


Elegir una profesión relacionada con la sanidad normalmente es una vocación, es decir, un interés, una tendencia de una persona a hacer una actividad por gusto. Son profesiones muy duras, en las que estás todos los días enfrentándote a enfermedades y muertes, el aspecto más cruel de la vida. Pocos son los que las tienen solamente para ganarse la vida. Pero tener vocación, trabajar en lo que te gusta, no implica que puedan explotarte con jornadas interminables de trabajo, malos sueldos y trabajos inestables. Y eso es lo que les está pasando a muchos sanitarios en este momento en Madrid.



En fin, esperemos que no tenga razón el que llevaba esta otra pancarta:


Ayusear
Paseo de la Castellana



Seguro que ya sabes que enterrar significa 'meter bajo la tierra'. Pero la frase de la pancarta resulta ambigua: por un lado, puede querer decir que, a causa del mal estado de la sanidad, muchas personas van a morir antes de tiempo; por otro, cuando decimos esta frase de alguien, significa que esa persona nos va a sobrevivir a todos, que tiene una salud de hierro. En la segunda interpretación, yo lo entendería como una metáfora, es decir, que vamos a tener a esta presidenta durante mucho, mucho tiempo. Por una cosa y por la otra, repito, ojalá no tenga razón.

Y esta es mi crónica de la manifestación, ya termino de marisear. Espero que te haya resultado interesante y que hayas aprendido algo útil.

¡Hasta pronto!




jueves, 10 de noviembre de 2022

A por ti



Hay una leyenda bastante extendida sobre el uso de las preposiciones en español que dice que no se pueden usar dos preposiciones juntas. Como casi todas las leyendas, tiene algo de verdad (no es frecuente usar dos preposiciones juntas en español), pero una mayor parte de mentira: sí se pueden usar, y se usan en algunos casos. Y lo vamos a ver con fotos que en este caso no son de Madrid, sino de lugares más al norte.

Hoy te voy a hablar de un caso, el más frecuente, que es el que aparece en este cartel:


A por ti
Santoña (Cantabria)



Con verbos de movimiento (ir/venir, salir/entrar, etc.), en España (y no en Latinoamérica) usamos frecuentemente la combinación de preposiciones a por para expresar la idea de 'ir a buscar (o conseguir o comprar) algo'. Decimos, por ejemplo:

- ¿A dónde vas?
- A por el pan.

Este uso puede ser a veces favorable para la comunicación, porque evita posibles ambigüedades:

- Voy por la tarta (puede significar que la razón para ir a un sitio es que van a dar una tarta muy buena)
- Voy a por la tarta (voy a recoger / comprar la tarta)

Si nos referimos a personas, como en el caso de la fotografía, puede tener el mismo sentido. Aquí alguien habla con una persona a la que llama huesitos (eso nos da una idea de que se trata de una persona delgada, porque solemos decir de alguien muy delgado que está en los  huesos), y le declara su intención de conseguirla. Yo lo interpreto positivamente, en el sentido de que esta persona va a luchar, a hacer todo lo necesario para que Huesitos sea su pareja. Pero no puedo estar segura, claro.

Muchas veces lo empleamos, hablando de personas, en el sentido de 'ir a buscar / recoger a alguien':

- Voy a por mi hijo, que está en un cumpleaños (voy a buscar a mi hijo)


Pero esta misma forma, ir a por alguien, puede contener una amenaza:


A por ti
Ávila (Castilla-León)



La cámara de vigilancia y la palabra putero (que se usa despectivamente para hablar de los clientes de las prostitutas) ya nos indican que el mensaje va a ser crítico o amenazante. En este caso, entendemos la acción de ir a por como la de controlarlo, ir en su contra, ir a buscarlo para denunciarlo, hacer todo lo que se pueda contra él. 

Es frecuente que en los campos de fútbol los aficionados de un equipo canten la frase A por ellos, y en este caso ellos son los del otro equipo, claro, a los que hay que combatir. Igualmente, las personas que están en contra de la prostitución van a por los clientes de las prostitutas, para acabar con la prostitución.

Como te he dicho antes, este uso es exclusivamente de España y suena raro en el resto del mundo hispanohablante, pero en España, si decimos ir por algo/alguien, sin usar la preposición a, se entiende que vamos a causa de algo o de alguien, o en lugar de alguien, pero no que vamos a buscarlo.


Esto es todo por hoy. ¡Hasta pronto!




martes, 1 de noviembre de 2022

De miedo



De miedo
Osma (Burgos)


De miedo
Nerja (Málaga)



Cuando se acerca el 1 de noviembre, los escaparates de los establecimientos se llenan de brujas, telarañas y esqueletos. Y también de carteles como los de las fotos anteriores.

La palabra miedo está usada aquí en un doble sentido: por un lado se refiere al miedo que nos provoca todo lo relacionado con la muerte y lo sobrenatural; por otro, se usa la expresión informal de miedo, que, aplicada a un sustantivo (en este caso, ofertas y pelazo), se usa para expresar gran intensidad o gran cantidad. Esta forma es equivalente a un adjetivo; por ejemplo, en la primera foto podrían decir ofertas estupendas, magníficas ofertas, grandísimas ofertas; en la segunda, pelo magnífico, abundantísimo, precioso. Además, en esta segunda foto usan la forma pelazo, aumentativo de pelo, y con eso ya la intensidad es muy alta: esta es una tienda que vende, entre otras cosas, productos para cuidar el pelo, y claro, te quieren convencer de que usándolos tendrás un pelo abundante y bonito.

De esta manera, lo que suena a malo (el miedo, que es un sentimiento muy negativo) se convierte en esta expresión en algo estupendo.

Otra expresión que puede confundir mucho es la que aparece en este cartel:


De miedo
Plaza de Jacinto Benavente



La forma la nostra patata no es español sino italiano; en español diríamos nuestra patata. Pero en este establecimiento de comida italiana quieren hacer varios juegos de palabras, en mi opinión, bastante desafortunados. Por un lado, con la forma la nostra, recuerdan a la cosa nostra, el nombre de la mafia siciliana (y sus extensiones por gran parte del mundo), idea reforzada por la cara del hombre de la izquierda; por otro, al decir que sus patatas están de muerte, nos recuerdan también las muchísimas muertes provocadas por la mafia, pero al mismo tiempo están diciendo que sus patatas están buenísimas, riquísimas. Porque eso significa esta expresión cuando se aplica a un sustantivo que habla de comida. 

¿Por qué me parece este anuncio bastante desafortunado? Y también de mal gusto. Usar a la mafia para vender, haciéndola parecer algo gracioso, me parece repugnante. Y si yo fuera italiana, todavía me lo parecería más, con lo que ha sufrido el pueblo italiano por su culpa.


Pero volvamos a las expresiones. Por alguna razón que desconozco, para hablar de una comida muy rica, muy sabrosa, se pueden usar muchas de estas formas, y casi todas parecen, en principio, algo muy negativo. Si queremos hablar bien del sabor de una comida (o bebida), podemos decir que está de miedo, que está de muerte, pero también otras que aparentemente no son buenas, como está de escándalo o está de vicio. Esto solo si hablamos de comida; si hablamos de ofertas, precios u otros temas, podemos usar de miedo y de escándalo, pero no de vicio y de muerte.


Y, por supuesto, podemos elogiar la comida con adjetivos, como lo hacen en esta pizzería:


De miedo
Plaza del Dos de Mayo



Estar rico/a y estar sabroso/a son otras maneras de alabar el sabor de la comida, aunque sabroso/a se usa menos en España. Y algunas veces usamos sabroso/a en un sentido negativo, expresando que la comida está más salada de lo que debería; esto lo hacemos añadiendo al adjetivo palabras como un poco o demasiado. Si algo está un poco sabroso, quiere decir que tiene un poco más de sal de lo necesario; si decimos está demasiado sabroso, pues es que está saladísimo.


Además de estas expresiones, hay otras formas de expresar nuestra satisfacción por la comida, por supuesto. Te pongo las más utilizadas en esta imagen:


De miedo




Pues aquí te dejo. Espero que te lo hayas pasado de miedo (sí, aquí también significa algo positivo: 'genial, muy bien') leyendo esta entrada. ¡Hasta pronto!



viernes, 28 de octubre de 2022

Estamos bien

Hace diez años, el 28 de octubre justamente, publiqué mi primera entrada de este blog. Hoy va a ser una entrada un poco diferente porque te voy a contar sobre todo cosas sobre mí (algo que no suelo hacer).    

Desde que supe leer, muy pronto, con menos de cuatro años, acompañaba a mi madre en la lectura de letreros y rótulos que veíamos por las calles. Una manía de mi madre: ir leyendo en alto todo el paisaje lingüístico de los lugares por los que pasaba. Yo no los leo en voz alta, pero seguramente de ahí me viene la costumbre de fijarme tanto en todo lo que veo escrito en las calles.

En enero de 2012 mi madre, repentinamente, murió. Un vacío enorme, imposible de llenar, que sigue dentro de mí. Y unos meses después convertí nuestra afición a leer todos los mensajes escritos en la calle en un blog que, al mismo tiempo, pudiera servir a los estudiantes de español de todo el mundo. Especialmente a aquellos que habían vivido en Madrid y lo echaban de menos o deseaban mantener el contacto con la ciudad.

Diez años después, como el nombre de esta cafetería, mi blog y yo...


Estamos bien
Calle Francos Rodríguez


La vida sigue, hay otras personas en mi vida a las que quiero y que me quieren (especialmente una) y he tenido mucha suerte en mi vida en todos los aspectos. El blog también me ha traído muchas cosas buenas: mayor contacto con otros colegas, reconocimiento profesional y conocer a muchas personas -muchas virtualmente, pero otras personalmente-.

A día de hoy, puedo decir que soy como los nombres de esta tienda y el bar que está después:


Calle Bravo Murillo

No puedo decir de mí que sea una persona muy optimista (más bien soy realista), pero creo que sí soy positiva, o sea, que no pienso todo el tiempo en las cosas que no tengo, al contrario, agradezco las que tengo, tengo confianza en mí misma y sé lo que hago bien y lo que no, y soy firme en mis objetivos. 


Calle Bernardo López García


Dichoso/a es un sinónimo más formal o culto de feliz. Por lo tanto, no solemos usarlo en las conversaciones informales. Sin embargo, sí lo usamos en esas situaciones delante del sustantivo al que acompaña con un sentido irónico, o sea, todo lo contrario: 'maldito, molesto, enfadoso', etc. Por ejemplo, una persona que vaya andando por Madrid podría decir esto en la actualidad:

¡Dichosas motos! ¡Están aparcadas por todas partes y no se puede ni andar por la acera!

Sobre este adjetivo y otros que usamos también así, en sentido irónico delante del sustantivo, puedes leer una entrada anterior: Menudo nombre.

También usamos este adjetivo en la expresión ¡Dichosos los ojos! que se puede usar cuando se ve a una persona a la que hace mucho tiempo que no se ha visto. ¿Has visto qué expresión tan bonita? Lo que dice es 'mis ojos están felices de volver a verte'. Espero que tú, cuando recibas esta entrada, tengas una sensación parecida, o sea, que te alegres de volver a leer lo que escribo.


Y ya que hoy te estoy contando cosas de mi vida personal, voy a poner el nombre de otro bar...


Calle del Humilladero


Patoso/a se usa sobre todo para las personas que son poco hábiles en ciertas cosas o en todas. No siempre, pero a menudo se identifica con la falta de habilidades físicas; por ejemplo, alguien a quien se le caen las cosas a menudo, que no es bueno haciendo deporte, etc. Y algunas de esas cosas me pasan a mí; fíjate, el único suspenso que tuve en toda mi carrera académica, desde el colegio hasta el doctorado, fue en Educación Física por no saber hacer el pino, que es este ejercicio (con una mano, como en la foto, o con dos):



Pues sí, de niña era un poco patosa y sigo siéndolo. ¡No se puede ser perfecta, jajaja!

También te contaré algo más, en este caso sobre mis ideas. Que soy como este otro bar y restaurante:


Estamos bien
Zaragoza


Ser republicano/a, en España, es ser partidario de tener un presidente de la república votado por la gente, frente al sistema monárquico ('de reyes') que tenemos en este momento. Creo que no tiene sentido en el siglo XXI (aunque tampoco es que lo haya tenido en siglos anteriores) que haya una familia real a la que nadie vota.  

Seguro que te has fijado en la cantidad de establecimientos con nombres femeninos que he encontrado. ¡Pues hay muchísimos más! Ya te he hablado de algunos en dos entradas anteriores: Madrid es femenina y El femenino está de moda.


Y aquí te dejo, celebrando el décimo cumpleaños del blog. Pero antes de despedirme quiero comentarte algo: por alguna razón que desconozco, desde que empezó la pandemia, el blog tiene menos lectores y menos participación. Como sabes, para mantener una motivación alta es importante recibir el apoyo y los comentarios de los demás, así que, si te gusta este blog, te animo a que lo difundas en tus redes o entre tus amigos, a que escribas comentarios en él, etc. ¡No permitas que mi motivación baje y escriba cada vez menos!

Ahora sí, me despido con un vídeo donde he reunido algunas de mis imágenes favoritas de entre los cientos de imágenes que he usado en este blog:





¡Por mucho tiempo y hasta pronto!



sábado, 8 de octubre de 2022

Jugar con la lengua

Hoy tenemos un título muy sugerente y ambiguo, ¿no? Porque la palabra lengua tiene dos significados... Pero no, la entrada de hoy no es erótica, hablaremos de jugar con el idioma, de los juegos de palabras que encontramos constantemente en las calles para llamar nuestra atención. Y nos vamos a fijar en los mensajes que juegan con los sonidos de las palabras.

Hoy voy a usar varias fotos regaladas por amigos, colegas, alumnos. ¡Me encanta que la gente que me aprecia de alguna manera vaya por la calle y se acuerde de mí cuando ve algo que le llama la atención! A todos ellos, muchísimas gracias de corazón.


A veces basta con modificar una letra y ¡ya tenemos un gran cambio! Por ejemplo, mi alumna Martha Lyroni, cuando estuvo en Granada, vio el nombre de este restaurante: solo con cambiar la última letra, el último sonido, hanrelacionado lo más famoso de Granada (la Alhambra) con las ganas de comer (el hambre). 


Jugar con la lengua
Granada (foto de Martha Lyroni)


Pasa lo mismo en esta tienda de suelos de madera de Madrid:


Jugar con la lengua
Calle General Álvarez de Castro


El nombre nos llama la atención porque inmediatamente pensamos en el conector de todas maneras, que tanto se parece en el sonido y que sirve para decir que algo que se ha dicho antes o que ya es sabido no impide que sea cierto lo que se dice después. Un sinónimo: de todos modos.

Este nombre quiere decir que tienen todo tipo de maderas para el suelo, pero, si no quisieran hacer el juego de palabras, habrían llamado al establecimiento Todas las maderas o algo parecido.


En nuestro siguiente juego cambian dos letras, dos sonidos:


Jugar con la lengua
Calle Conde Duque


Una juerga es un tiempo de diversión muy, muy animado, con posibles excesos. Pero su combinación con el adjetivo general es un poco raro e inmediatamente nos hace pensar en una combinación de palabras mucho más frecuente: huelga general. Huelga ('acción de no trabajar para pedir mejoras sociales o laborales') y juerga se parecen mucho, ¿no?

De todas maneras (no maderas 😃), creo que el juego de palabras no es invención de la persona que hizo esta pintada, porque hay una canción de una banda de rock española, M Clan, que se titula igual:




Esta canción dice en su estribillo ('la parte de las canciones que se repite'):

Juerga general internacional,
ejerce tu derecho a la juerga.

Aquí vemos claramente que están jugando con las palabras huelga y juerga, porque en ninguna ley ni constitución existe el derecho a la juerga, pero sí el derecho a la huelga (aunque, desgraciadamente, no en todos los países).


Otros juegos con las palabras consisten en quitar una letra:


Jugar con la lengua
León


Aquí el juego consiste en quitarle la vocal final a la palabra sede, porque la Santa Sede es una manera de nombrar el Vaticano, la zona de la ciudad de Roma donde vive el Papa (en realidad, un país independiente aunque muy muy pequeño). Este establecimiento es un bar, y así nos explicamos lo de la sed. Es curioso lo común que es encontrar referencias religiosas en los bares y restaurantes en España, igualando religión con disfrute de la comida y la bebida.


Una broma bastante común en carteles públicos es reducir la palabra servicios, borrándole las tres primeras letras, como en esta foto que es regalo de mi amigo Abel Murcia:


Jugar con la lengua
Entrada de la Quinta del Duque del Arco (El Pardo, Madrid)


Así, los servicios (supongo que pueden entrar a caballo en este lugar los policías u otras personas que vayan a hacer algún trabajo allí) se quedan en vicios ('malos hábitos que nos resulta difícil quitarnos'). Hay vicios autorizados ('permitidos'), como fumar y beber en determinados sitios, y no autorizados, como drogarse o mirar el móvil cuando se conduce.


Por el contrario, otras veces se añade alguna letra:


Jugar con la lengua
El Pardo (Madrid)


Seguro que el dueño de este bar se llama Pepe. Por eso ha añadido la sílaba pe dentro de la palabra penúltima. ¿Y qué significa la penúltima

La frase Vamos a tomar la penúltima es una broma. Cuando se va con amigos a tomar algo, sobre todo por la noche, si alguien quiere seguir la juerga, propone tomar la penúltima (la penúltima ronda, la penúltima consumición, la penúltima cerveza, la penúltima copa, eso da igual) y no la última. O sea, está proponiendo tomar todavía dos cosas más, está proponiendo que el encuentro se alargue.


Y otra modalidad de juego de palabras basado en los sonidos consiste en encontrar una palabra que está dentro de otra. Veamos estas imágenes que me envió mi colega Cristina Fernández desde una estación de autobuses:


Jugar con la lengua

Jugar con la lengua
Siero (Asturias)


Como ves, jugar con la lengua es bastante fácil a veces. Y cuando tienes un nivel de lengua suficiente para crear juegos o para entenderlos, ¡es que ya has llegado bastante alto!

Si te apetece ver más ejemplos, puedes leer esta entrada anterior: Juegos de palabras.

Igual que estos amigos que he nombrado, ¡recuérdame cuando veas algo interesante y envíame una foto! ¡Hasta pronto, seguiremos jugando con la lengua!