viernes, 25 de diciembre de 2020

Paladibujabras: letras, dibujos y palabras




Me he inventado una nueva palabra para algo que encuentro con bastante frecuencia por las calles. Se trata de palabras que incluyen un dibujo aprovechando la forma de las letras. Ese dibujo suele estar relacionado con el significado de la palabra.            

Lo entenderás mejor con las fotos que voy a poner, todas de nombres de establecimientos (y muchos de ellos bares y restaurantes). 

Empezamos con una mercería (esas tiendas donde venden todo lo necesario para coser):


Aprende español callejeando por Madrid: Paladibujabras
Zaragoza



¿Lo ves? Han aprovechado la forma de la letra l para dibujar una aguja, y dentro de la aguja aparece el hilo que da nombre a la tienda. Así que sería mejor que esta tienda se llamara Hilo y aguja o Aguja e hilo, la verdad.

He encontrado otra "paladibujabra" en una tienda de delicatessen especializada en jamón. La tienda se llama D Bellota. No sé por qué escriben la letra D al revés, pero lo que me interesa ahora es la letra O. Fíjate en ella:


Aprende español callejeando por Madrid: Paladibujabras
Calle Fuencarral



Sí, esa O representa una bellota, el fruto que comen los cerdos ibéricos criados en libertad. Las bellotas pueden venir de diferentes árboles, pero todas tienen una forma parecida al dibujo que vemos en esta palabra.

Como el jamón de bellota (o sea, el jamón hecho con cerdos que comen bellotas) es el de mejor calidad, ¿qué mejor imagen puede haber en el nombre de una jamonería?

El resto de los ejemplos que te voy a mostrar son nombres de bares y restaurantes. En el primero, se usa este recurso del dibujo dos veces. Y aquí también han puesto la segunda B de la palabra al revés. ¿Será una moda esto de escribir letras al revés?


Aprende español callejeando por Madrid: Paladibujabras
Calle Santa Engracia



Aprende español callejeando por Madrid: Paladibujabras
Calle Raimundo Fernández Villaverde



Este segundo restaurante usa este recurso no dos, sino cuatro veces, aunque lo hace de forma un poco diferente. Fíjate, el restaurante se llama El taller, y en la primera L dibujan un cuchillo, en la T un martillo y en la LL un tenedor y una cuchara. El martillo se relaciona con la palabra taller, puesto que un martillo es una herramienta imprescindible en un taller de cualquier tipo, y el resto de los dibujos se relacionan con el restaurante.

Esta idea del restaurante como lugar donde se trabaja manualmente (como ocurre en un taller) me llama mucho la atención. Y es que parece que, cuanto menos se hace esto -porque ya sabemos que en muchísimos restaurantes actuales ni siquiera tienen cocina, y todo se trae preparado de otros lugares-, más hay que destacar lo contrario en la publicidad. 

Quizá por eso, no es el único restaurante que destaca esta idea del trabajo manual, artesanal:


Aprende español callejeando por Madrid: Paladibujabras
Calle Ponzano



Este ya no es un taller cualquiera, sino un taller especializado, de carpintería, en el que encontramos, de nuevo, una T que se ha convertido en un martillo.

Esta idea de convertir las letras en dibujos la llevé a una de mis clases del curso pasado (este curso, desafortunadamente, el trabajo en grupo y la circulación de papeles y rotuladores compartidos están desaconsejados). La idea es que hacer esto nos puede servir para memorizar mejor las palabras. Y estos fueron algunos de los resultados:


Aprende español callejeando por Madrid: Paladibujabras



¿Qué te parecen los trabajos de mis alumnos? ¿Crees que les habrán servido para memorizar estas palabras? Yo estoy convencida de que sí. Globo, chincheta, linterna y sirena son palabras que permanecerán más tiempo en su memoria.

Si quieres ver más ejemplos de estrategias de aprendizaje, puedes entrar en la etiqueta que lleva ese nombre en el blog. 

Y si te ha gustado la palabra que me he inventado, paladibujabra, ¡te la regalo por Navidad! ¡Hasta pronto! ¡Pásalo bien!




viernes, 11 de diciembre de 2020

La curiosidad mató al gato

Esta mañana he visto en varias farolas y papeleras de la calle donde trabajo esta pegatina:


Aprende español callejeando por Madrid: La curiosidad mató al gato
Calle Santa Brígida


Qué intrigante, ¿verdad? La verdad es que cuando lo lees te pica la curiosidad y la primera reacción es ver qué hay ahí.

Pero la verdad es que me he resistido y no he entrado todavía a ver qué había. Lo más seguro es que sea publicidad, y de ahí el truco de no escribir el mensaje directamente sino llamar la atención con este anuncio.

Además, ya sabes que...


Aprende español callejeando por Madrid: La curiosidad mató al gato
Calle Fernando VI


Es muy probable que conozcas o entiendas esta expresión, porque viene del inglés. Es una expresión muy antigua que avisa del peligro de ser demasiado curioso, de querer saber demasiado. Ya sabes que los gatos se meten por todas partes y a veces, por eso, tienen accidentes.

Cuando vi esto desde el otro lado de la calle, por supuesto crucé la acera para mirar lo que había dentro. Y lo que había era... ropa, ropa con un estampado de gatos. Esto era el escaparate de una tienda de ropa.


Aprende español callejeando por Madrid: La curiosidad mató al gato


Estoy segura de que casi todo el mundo que pasó por ahí miró por el agujero. Los seres humanos somos curiosos por naturaleza, queremos saber (¡ay del que haya perdido ya la curiosidad!), y eso no es malo. 

Lo malo es cuando somos demasiado curiosos con respecto a la vida de los demás, porque ahí chocamos con otra cosa que es natural en el ser humano: el deseo de privacidad. Y por eso la palabra curioso/a en algunos contextos está demasiado cerca de la palabra cotilla ('persona a la que le gusta saber y hablar sobre las vidas de otras personas').

Así que curioso/a, cuando hablamos de personas, tiene un significado positivo ('persona a la que le gusta aprender cosas nuevas') y otro más negativo ('cotilla').

Y lo mismo pasa con el verbo correspondiente:

Aprende español callejeando por Madrid: La curiosidad mató al gato
Calle Santa Bárbara

En este mensaje, que estaba en la puerta de una tienda, curiosear significa mirar, echar un vistazo para ver qué venden. Así que aquí es positivo: mirar para aprender, para saber algo más. Pero claro, no es lo mismo si, por ejemplo, curioseamos en los bolsos y carteras de nuestros compañeros de trabajo; ahí ya estaríamos cotilleando.

De todas formas, y aunque a veces seamos demasiado curiosos, y aunque esto pueda suponer algún riesgo, no olvidemos este importante mensaje:


Aprende español callejeando por Madrid: La curiosidad mató al gato
Ciudad Universitaria


Sí, verdaderamente, solo somos totalmente libres en nuestra mente, con nuestro saber. Así que quizá ahora, cuando termine de escribir esta entrada, mire qué hay detrás del código QR de la primera foto...

¡Hasta pronto!




sábado, 28 de noviembre de 2020

La historia la escribes tú

El título de la entrada de hoy recoge el lema que un partido político de España usó en las últimas elecciones generales, en 2019:       


Aprende español callejeando por Madrid: La historia la escribes tú
Calle Santa Brígida

 
Se dice habitualmente que la historia la escriben los vencedores. Es una frase del escritor británico George Orwell que quiere decir que, después de un conflicto (por ejemplo, una guerra o un golpe de estado), son los vencedores los que tienen poder para contarla mejor: para dar su versión en los libros de historia, los periódicos y cualquier otro medio de comunicación. De esa manera, la versión de los perdedores no se oye, no se conoce, y no llegamos a saber toda la verdad.

Pero es verdad que parte de la historia la escribimos nosotros, especialmente en las democracias, en las que con nuestro voto conseguimos algunas cosas (aunque no tantas como querríamos). 

Y también escribimos la historia cuando la mostramos públicamente. En este sentido, es curioso ver cómo los carteles de las calles (sobre todo los nombres de los establecimientos) seleccionan episodios o personajes históricos.

Uno de los personajes favoritos en España es la reina Juana I de Castilla (1479-1555), más conocida por el apodo ('nombre que se da a una persona en lugar del nombre real') de Juana la Loca.


Aprende español callejeando por Madrid: La historia la escribes tú
Calle Tabernillas


Aprende español callejeando por Madrid: La historia la escribes tú
Calle Laurel (Logroño)


Si te apetece saber más sobre esta reina, puedes leer este artículo del National Geographic y así verás cómo esta reina no estaba tan loca como decían.

Creo que una de las causas de que el nombre de esta reina sea tan popular es esta canción de Joaquín Sabina, que trata de un hombre que, ya en una edad avanzada, se libera y se muestra como lo que es: un homosexual al que le gusta travestirse ('vestirse con ropa que tradicionalmente se considera característica de otro sexo').





De la misma época que Juana la Loca son los dos personajes históricos a los que se menciona en esta tienda:


Aprende español callejeando por Madrid: La historia la escribes tú
Calle Hortaleza


Francisco Pizarro y Hernán Cortés fueron dos conquistadores (así se llama a los que, después de la llegada de Colón a América, fueron conquistando las tierras de América para ponerlas bajo el dominio de los reyes de España). Los dos eran extremeños, de Extremadura. Una tierra en la que los productos ibéricos (básicamente, los embutidos que se hacen a partir de la carne del cerdo ibérico, la raza de cerdos predominante en la Península Ibérica, o sea, en España y Portugal). 

¿Y por qué habla de los secretos de estos conquistadores? Pues quizá juega con un sentido de la palabra secreto, que, aparte del significado que seguro conoces, también es una parte del cerdo cercana a la pata. Antes esta parte del animal se usaba sobre todo para fabricar embutidos, pero en los últimos años es una carne muy apreciada que se encuentra en las cartas de muchos restaurantes con este nombre: secreto ibérico.

El mismo nombre que aparece en esta obra del artista urbano El Rey de la Ruina, no sé muy bien con qué intención:

Aprende español callejeando por Madrid: La historia la escribes tú
Calle San Joaquín


Siguiendo con nuestro paseo por la historia reflejada en las calles, damos un salto de dos siglos:


Aprende español callejeando por Madrid: La historia la escribes tú
Calle General Ricardos


El nombre de esta biblioteca pública es un homenaje a una princesa, Isabel de Borbón y Borbón (1851-1831), que fue muy popular entre los madrileños. Parece que le gustaba mucho ir a los toros, a las procesiones y a las fiestas populares, lo que la acercaba más al pueblo, y por eso le pusieron el apodo cariñoso de la Chata. Aunque la palabra chato/a significa 'que tiene la nariz pequeña y un poco plana, aplastada' y ella no tenía la nariz así, en Madrid se usa mucho también esa palabra como forma para dirigirse cariñosamente a alguien (un secreto 'no ibérico' (jejeje): mi marido a veces también me llama chata).

La siguiente mención histórica callejera se refiere a algo que pasó cuando la Chata tenía cerca de cuarenta años:


Aprende español callejeando por Madrid: La historia la escribes tú
Calle Covarrubias


Aunque parece también el nombre de una mujer, la Pepa es aquí el apodo popular que recibió la primera constitución que existió en España: la Constitución de 1812 o Constitución de Cádiz. En una entrada anterior, Palabras enigmáticas, puedes ver otro recuerdo de esta constitución en una plaza de Burgos y encontrarás la explicación del apodo.

Y nuestro paseo termina con un recuerdo a alguien que era un poco más joven que la Chata y bastante más joven que la Pepa:


Aprende español callejeando por Madrid: La historia la escribes tú
Calle del Ave María


Las chapatas (bocadillos hechos con un pan largo, grande y bastante plano) son la especialidad de este bar-restaurante, que ahora se ha convertido en un restaurante totalmente vegano.

Pero ¿por qué se llama Viva Chapata y no Viva la chapata o Vivan las chapatas, que serían opciones más gramaticales? Para mí es evidente que es un homenaje al mexicano Emiliano Zapata (1879-1919), líder de la Revolución Mexicana (1910-1915), defensor de la justicia social y cuyo lema fue: Tierra y libertad. Con la frase ¡Viva Zapata! o ¡Que viva Zapata! lo aplaudían sus seguidores.

Y recordemos que, aunque a Zapata lo mataron, hoy existen en su honor, cientos de monumentos, calles, escuelas y pueblos que llevan su nombre. Se han hecho decenas de películas sobre su vida y se han escrito libros y ensayos. Otro movimiento revolucionario mexicano mucho más reciente, el movimiento zapatista, se inspiró en él.

Todos podemos escribir la historia. Sí, la historia también la escribes tú.

¡Hasta pronto!




domingo, 1 de noviembre de 2020

Típicos tópicos

Hay en Madrid una tienda de regalos y recuerdos que me gusta porque es diferente. Está bastante cerca de la Puerta del Sol y es esta:


Aprende español callejeando por Madrid: Resacas
Calle de la Cruz


Al cubo, en matemáticas, significa 'multiplicado por sí mismo tres veces'. O sea, que esta tienda te vende cosas de Madrid que son triplemente madrileñas.

La verdad es que siempre tienen cosas graciosas para hacer regalos. Por ejemplo, esta almohadilla para el ratón del ordenador:


Aprende español callejeando por Madrid: Resacas



Pues no es el toro de regalo típico, esos toros tan horrorosos que venden en otras tiendas, ¿no?


En la puerta de la tienda hay un pequeño cartel con los horarios, y aquí sí que se muestran más típicos, yo diría estereotípicos:


Aprende español callejeando por Madrid: Resacas


Como puedes ver, cada día, de 14'00 a 17'00, toca siesta. Bueno, me imagino que antes comen. Y después duermen la siesta o se echan la siesta (estos son los verbos que usamos habitualmente).

Pues qué suerte, esto de dormir la siesta cada día es algo poco habitual ya en Madrid. La gente suele trabajar lejos de su casa y no tiene tiempo para ir a su casa, comer, dormir la siesta y volver al trabajo. La imagen típica que los extranjeros tienen de los españoles es que todos los días se echan la siesta, pero eso hace muchísimo tiempo que no es así en muchas partes del país.

Si miras el cartel hasta el final, verás que los domingos no abren. ¿Y qué hacen todo el día? Los domingos tienen resaca.

Resaca es el malestar que se siente cuando el día anterior se ha bebido demasiado alcohol la noche anterior. Cuando bebemos mucho, al día siguiente tenemos resaca (tener es el verbo que usamos con esta palabra). En esto también presentan una imagen estereotípica, yo diría que en este caso de los madrileños: esa gente que se pasa el día y la noche en los bares bebiendo sin descanso. 

Pues claro que hay gente así, pero otros muchos dedicamos las noches de los fines de semana a actividades más interesantes o a dormir (en esta época de pandemia, más a dormir que a otra cosa, la verdad) para disfrutar del día siguiente.

Y es que, como nos dice en este mural el artista Pablo Hablo...


Aprende español callejeando por Madrid: Resacas
Calle Santa Brígida


¡Hasta pronto!






miércoles, 21 de octubre de 2020

¡El afiladoooooor!

Ahora que, por diferentes razones, tanto usa la gente los servicios a domicilio (compras a domicilio, comida a domicilio), voy a dedicar esta entrada a una profesión que lleva décadas (o a lo mejor más tiempo) trayéndonos un servicio a la puerta de nuestra casa (sin crear más basura, como sí pasa con los servicios actuales).

Me refiero a este antiguo oficio:


Aprende español callejeando por Madrid: El afilado
Ávila


Este afilador va a las casas en un medio de transporte moderno, pero hasta hace un tiempo, los afiladores solían ir en bicicleta. 

Yo creía que ya no iba a volver a ver a ningún afilador en bicicleta, pero hace poco iba yo un día por el barrio de Lavapiés, cuando vi a uno:


Aprende español callejeando por Madrid: El afilador



Lo curioso ese día es que, pocos pasos después, vi esta pintada:


Aprende español callejeando por Madrid: El afilado
Calle de la Cabeza


Así que el afilador es un ladrón. Vale. Bueno es saberlo. Pero luego, cuando leí que el afilador no tenía ni idea de restauración, no entendí nada. ¿Qué tiene que saber un afilador sobre restauración? Restauración podía referirse a dos cosas: el sector de los restaurantes y cafeterías o lo que hace la gente que repara objetos que tienen cierto valor, como cuadros, esculturas, muebles antiguos, etc. Y un afilador no tiene relación con ninguna de las dos actividades.

Al dar la vuelta a la esquina y meterme en otra calle me di cuenta del significado de la pintada, porque me encontré con este establecimiento:


Aprende español callejeando por Madrid: El afilador
Calle Jesús y María


Como el local estaba cerrado, busqué en Internet y encontré que era un negocio dedicado a la restauración de muebles y que ahora ya está cerrado. Bueno, a lo mejor la explicación de que haya cerrado está en la pintada que vi en primer lugar, ¿no?


Volviendo a los afiladores: además de su bicicleta, otra cosa muy tradicional era (y sigue siendo aún en algunos casos) su manera de anunciar su llegada. Con una armónica, tocaban esta melodía:





Bonita tradición, ¿verdad? Ahora, los que van en sus coches, también suelen poner esta música, pero grabada. ¿Existe algo similar donde tú vives?


La palabra afilador no tiene más usos, que yo sepa. Pero sí los tiene el verbo de la misma familia: afilar, y también el adjetivo afilado/a.

Estas palabras se usan, claro, para hablar de cuchillos y otras herramientas. Pero también describen lo que hacen muchos animales que tienen las uñas muy largas. Por ejemplo, lo que hace este gato cuando araña la madera lo hace para afilar sus uñas:




Cuando las uñas de un animal son fuertes, curvas y afiladas, usamos también la palabra garras. Es el caso de los gatos, así que este gatito está afilando sus uñas o sus garras, podemos describirlo de las dos maneras. 

Los gatos y otros animales con garras afilan con frecuencia sus garras porque son su mejor arma de ataque y de defensa. Y precisamente esta combinación, afilar las garras, se usa muchísimo como metáfora, en el sentido de 'prepararse para el ataque o para la defensa'. Por ejemplo, se usa mucho en las noticias sobre competiciones deportivas:

El Athletic afila sus garras ante un Barcelona presionado por el Madrid  

(El Español)

Este titular nos habla de un equipo de fútbol (el Athletic) que está preparado para atacar y defenderse del equipo de Barcelona.


El adjetivo afilado/a también tiene uso metafórico. Probablemente el más frecuente sea hablar de lengua afilada. Decimos que alguien tiene una lengua muy afilada cuando es una persona que critica a otras personas de una manera que puede hacerles daño o dejarlas en ridículo. 

Un ejemplo que nos habla sobre una persona bastante conocida en España, Risto Mejide:


Al presentador y jurado televisivo, famoso por su lengua afilada y sus críticas directas y sin filtrosse le derritió el corazón a los 40 años con una chica de 19, una modelo e influencer llamada Laura Escanes.

(El Confidencial)


Pobres afiladores. Ese oficio tan humilde y trabajoso y su nombre relacionado con personas como esta, que no hacen ningún bien a nuestra sociedad.

En fin... ¡Que vivan los afiladores y que sigan muchos años ofreciéndonos sus servicios a domicilio!

¡Hasta pronto!



domingo, 4 de octubre de 2020

Ni corona ni virus (2)

¡Hola!

En mi entrada anterior te hablé de la influencia de la pandemia del coronavirus en España, en concreto en la vida en los bares, tan importantes en nuestra vida social (sobre este tema te he hablado ya en otras entradas, como en El bar, nuestra farmacia de guardia y Bares, qué lugares).

Pero la pandemia está produciendo otros choques con nuestra forma de ser. Por ejemplo, la distancia interpersonal recomendable (unos dos metros) es difícil de mantener en una cultura de proximidad como la nuestra. Estamos acostumbrados a acercarnos los unos a los otros, más que en otras culturas, y a tocarnos con frecuencia. 

Pero ni siquiera esta distancia de dos metros es suficiente para evitar algunas cosas, como dice la persona que respondió a esta pegatina puesta en el suelo de la calle, cerca de una tienda muy grande, supongo que para organizar la cola:


Aprende español callejeando por Madrid: Ni corona ni virus (2)
Calle Preciados


El virus del miedo y el virus del dinero (entiendo que quiere decir con esto el deseo de tener mucho dinero) se contagian incluso a dos kilómetros de distancia. El miedo y la avaricia ('deseo de tener mucho dinero y cosas solo por tenerlas') son contagiosos y nos llegan por muchas vías, pero básicamente a través de los medios de comunicación y de las redes sociales.

Con el tema de la necesaria distancia interpersonal aparece otra cuestión que choca en nuestra cultura: la imposibilidad de saludarnos como solíamos hacer. No solamente no darnos la mano, sino no besarnos, no abrazarnos. El beso (y el abrazo con familia y amigos) es la forma de saludo más común en España. ¿Qué hacer, entonces? En la entrada de esta consulta de terapia para parejas nos dan varias opciones:


Aprende español callejeando por Madrid: Ni corona ni virus (2
Calle Doctor Mariani


Sí, hay opciones (aunque el saludo con el codo no parece el mejor, porque no permite mantener la necesaria distancia), pero la verdad es que los españoles sufrimos mucho con esto. Las pocas veces que me he visto con amigos en estos meses, me ha costado muchísimo no acercarme a ellos, no darles un beso, no abrazarlos después de tanto tiempo sin vernos. Estoy segura de que mucha gente no lo ha resistido y ha besado o abrazado a su familia y a sus amigos. ¡Pero es necesario controlarse, vendrán los abrazos de nuevo, como dice Jorge Drexler en esta canción!





Y por último, otra cosa que nos cuesta mucho es no pararnos a hablar con otras personas en cualquier sitio: en medio de la calle o en una tienda. Ahora, las tiendas tienen aforo reducido (aforo es el número de personas que pueden estar al mismo tiempo en un lugar cerrado, como una tienda, un cine, etc., y actualmente, en Madrid, ese aforo se ha bajado al 50% en el caso de las tiendas) y, claro, muchas veces tienes que hacer cola en la entrada. Por eso, en esta panadería pusieron este cartel:


Aprende español callejeando por Madrid: Ni corona ni virus (2
Calle Francos Rodríguez


Si la gente se queda charlando dentro de la tienda, otras personas tienen que esperar fuera. ¡Pero es que charlar es tan español!

Charlar es hablar sin ningún objetivo, por el puro placer de interaccionar con otro, de contar y comentar cosas con personas con las que nos apetece estar. En España, en general, hablamos mucho, y en la interacción con amigos el silencio no existe.

Y esto se relaciona con la entrada anterior, porque los bares y cafés son los espacios preferidos para charlar. Fíjate que este incluso lo dice en su nombre:


Aprende español callejeando por Madrid: Ni corona ni virus (2)
Calle Santa Engracia


En fin, con todas estas cosas que chocan tanto con nuestras costumbres, tendremos que tener paciencia.

Eso sí, que no se nos olvide: no hay que acostumbrarse a las cosas malas y dejar que cambien nuestra vida para siempre. Por eso, para terminar repito el mensaje de la foto que da título a esta entrada y a la anterior. 


Aprende español callejeando por Madrid: Ni corona ni virus (2)


¡Hasta pronto!




sábado, 26 de septiembre de 2020

Ni corona ni virus (1)

¡Hola!

Hace más de dos meses que no escribo en el blog. ¿Porque Madrid ya no me inspira? ¿Porque ya no callejeo disfrutando de la ciudad? ¿Porque estoy cansada de tanta comunicación virtual? ¿Porque me falta el estímulo que es siempre la compañía de mis amigos? Pues un poco de todo, la verdad.  

Hemos pasado muy malos tiempos y seguimos pasándolos, y me he dado cuenta de que, en una situación como la provocada por el coronavirus, las grandes ciudades resultan agobiantes. Sin espacio para mantener distancia, con tus amigos viviendo lejos de ti, con el peligro de tener que usar medios de transporte llenos de gente para ir a cualquier sitio. Y un largo etcétera.

Pero esta pandemia no solo ha afectado a la vida en Madrid. En realidad está siendo un ataque directo a muchos hábitos que forman parte de la cultura de la sociedad española. Y como son muchas las cosas que están cambiando, creo que haré al menos dos entradas diferentes para este tema.

Hoy voy a hablarte de los bares. Algunos, que no tienen terraza al aire libre, ni siquiera han abierto todavía. La costumbre, tan española, de estar en la barra, justo enfrente de los camareros, incluso está prohibida en estos momentos en muchas zonas de España. Así que la tradicional convivencia en los bares ha dejado de serlo; si vas a alguno, estás menos tiempo y solamente hablas con las personas con las que vas.

Muchos echan de menos sus bares habituales. Y una empresa que lo sabe ha hecho esta campaña publicitaria saludando a los dueños de algunos bares:


Aprende español callejeando por Madrid: Ni corona ni virus
Calle Colón


Es un bar que tenía la persiana (así llamamos a este tipo de cierres metálicos que ves en la imagen) cerrada, que no había abierto todavía cuando saqué la foto. El mensaje dice que Ángel, el dueño del bar, pronto volverá a estar al pie del cañón. Esta expresión quiere decir que, como el soldado que dispara un cañón, Ángel estará cumpliendo su obligación, aunque sea difícil o esté cansado.


Otros bares (y también restaurantes, cafeterías, etc.) están pasando por malos momentos económicos y muchos puede que cierren definitivamente. Para evitar eso, una empresa fabricante de cerveza ha creado la campaña Amor de bar, que se anuncia así:


Aprende español callejeando por Madrid: Ni corona ni virus (1)
Calle Fuencarral


Por último, otros bares que abrieron en el mes de mayo y siguen abiertos animan a la gente a entrar más en sus locales con mensajes como los tres que vienen a continuación:


Aprende español callejeando por Madrid: Ni corona ni virus (1)
Calle San Mateo



Aprende español callejeando por Madrid: Ni corona ni virus (1)



Aprende español callejeando por Madrid: Ni corona ni virus (1)


El hashtag de la campaña, por cierto, es un juego de palabras bilingüe: #volBeeraverte se pronuncia, leído como si fuera español, así: /volveraverte/. Así juegan con la frase volver a verte y con la palabra inglesa beer, en español 'cerveza'.


Seguramente pensarás que los españoles estamos un poco obsesionados con los bares. Y no te falta razón si lo piensas. Durante los meses de mayo y junio, la mitad del tiempo de las noticias de televisión se ocupaba con imágenes de terrazas de bares que habían abierto; parecía que era lo único importante en el país.

Pero lo cierto es que es un sector económico muy importante (demasiado, en mi opinión, ya lo avisé hace tres años en la entrada Spanish dream) y mucha gente se está quedando y se va a quedar sin trabajo.

En fin, un panorama nada bueno, la verdad... Pero quiero terminar con una imagen de un cartel que me gustó (por eso la he usado en el título de hoy) y que habla de dos cosas que muchos españoles no queremos y de otra que sí queremos:


Aprende español callejeando por Madrid: Ni corona ni virus (1)
Travesía del Serrallo


Supongo que ya sabes que en estos últimos meses, además del problema de la pandemia, hemos tenido que aguantar feos asuntos relacionados con la corona (o sea, con el rey, y sobre todo con el exrey).

Pues eso, que ni corona ni virus, que vuelvan los bares y otras cosas que echamos de menos, pero que empiece también otro modelo económico que no esté tan basado en el turismo, ¿no?

¡Hasta pronto!




domingo, 5 de julio de 2020

Estoy que muerdo

¿Conoces a Mafalda, el famoso personaje del dibujante argentino Quino? En el escaparate de una tienda de regalos de Lavapiés me encontré con ella y con un mensaje con el que me identifiqué:


Aprende español callejeando por Madrid: Estoy que muerdo
Calle de la Ruda

Morder es lo que hacemos con los dientes para romper la comida o algún objeto, o lo que hace, por ejemplo, un perro que te ataca. Pero en español, morder también se asocia con el mal humor, y es frecuente decir estoy que muerdo (o estás que muerdes, está que muerde, etc.) para expresar nuestro estado de enfado.

Por supuesto, hay otras formas de expresar ese estado de ánimo y he reunido muchas de ellas en esta imagen:

Aprende español callejeando por Madrid: Estoy que muerdo



La expresión estar de mala uva es curiosa, ¿verdad? Según parece, empezó a usarse para hablar de personas que cogían una mala borrachera, y al final se usa como sinónimo de mal humor. Por eso me llama la atención el nombre de esta cadena de vinotecas (tiendas dedicadas a la degustación y venta de vinos):


Aprende español callejeando por Madrid: Estoy que muerdo
La Guardia (Álava)

La uva, claro, tiene relación con el vino, pero con este nombre, ¡parece que la persona que te va a atender está de mal humor! No sé si es un nombre muy bueno, la verdad.


Si lees mis entradas habitualmente, ya sabes que llevo un tiempo de bastante mal humor por algunas cosas que han pasado en mi trabajo en esta época de pandemia. Pero ya empiezan las vacaciones, recuperaré fuerzas y volveré con ánimo para recorrer Madrid buscando cosas interesantes para el blog. De momento, me tomo un descanso de ordenador y me despido hasta septiembre.

¡Buen verano, y sobre todo, salud!







miércoles, 10 de junio de 2020

Donde hay patrón

Llevo bastantes días sin escribir, y es porque estoy de mal humor. ¿Por qué? Porque estoy recibiendo órdenes muy absurdas de mis superiores, y me pasa como a la persona que hizo esta pintada en un pueblo de la Comunidad de Madrid (la foto me la regaló hace poco tiempo mi amigo Juan del Pozo):


Aprende español callejeando por Madrid: Donde hay patrón
El Molar (Madrid)

Una orden (en femenino) se da o se recibe, esos son los verbos con los que suele combinarse; a casi nadie le gusta recibir órdenes, pero a muchos tampoco nos gusta darlas. El orden (en masculino) es otra cosa, es una manera de tener las cosas colocadas, clasificadas, con un aspecto armónico; y el orden se pone, se mantiene, etc.

Pero en los dos casos usamos el mismo verbo: ordenar. Los jefes ordenan algo a sus subordinados, los padres ordenan cosas a sus hijos; ordenamos nuestra mesa, nuestra casa, la cocina.     

Solo en el primer significado (dar / recibir órdenes), hay otro verbo que significa lo mismo. Es el que aparece en este cartel de una puerta interior de un restaurante que vi en Galicia el verano pasado:


Camariñas (La Coruña)

Mandar y ordenar se pueden usar con el mismo significado. La frase de la foto, que es un refrán tradicional, significa que, si hay un jefe, ese jefe es el que ordena, el que manda. Es un refrán que viene del mundo de los marineros, donde al jefe del barco siempre se le llama patrón.

Ese mismo significado tiene el verbo mandar en este otro mensaje:


Aprende español callejeando por Madrid: Donde hay patrón
Calle de San Andrés

Esta placa es una de las dos que se conservan de las muchas que puso el movimiento 15M en el barrio de Malasaña, y la foto me la envió hace tiempo mi amiga y colega Raquel Rodríguez. 

El mensaje es muy claro: aunque no votamos a los mercados (que se entiende aquí como los motores de la economía capitalista), son estos agentes económicos los que muchas veces mandan, ordenan lo que tenemos que hacer.

Y con esto vuelvo al principio. ¿Por qué estoy de mal humor? Porque dentro de cinco días tengo que empezar a hacer exámenes presenciales en mi escuela. ¿Por qué, si todavía estamos en estado de alarma y puede haber peligro de contagio? Porque la Comunidad de Madrid quiere que vuelva la vida normal. ¿Y por qué tiene que volver la vida normal, si la situación no es normal? Porque si no, no se gana dinero. Y así, los poderes económicos me mandan, me ordenan lo que tengo que hacer, aunque mi salud esté en peligro.

Ya se sabe: Donde hay patrón no manda marinero. ¿Sin luchar? No, eso nunca, ¡en la lucha estoy!


Aprende español callejeando por Madrid: Donde hay patrón
Calle del Pez

¡Hasta pronto!