¡Ya ha llegado la primavera a Madrid! Buen tiempo, sol todo el día, los almendros y cerezos en flor, y la energía que todo esto nos trae. La primavera ha venido, nadie sabe cómo ha sido, y por eso hoy, después de muchos meses (la última vez fue en septiembre, en Sé mi chica), volvemos a hablar de amor.
Paseando hace unos días por el barrio de Lavapiés, pude sacar una foto de esta pintada justo antes de que los empleados del Ayuntamiento la borraran:
Paseando hace unos días por el barrio de Lavapiés, pude sacar una foto de esta pintada justo antes de que los empleados del Ayuntamiento la borraran:
Calle Jesús y María |
No es una pintada de un "grafitero" habitual, sino de un enamorado (o enamorada) que pasó por ahí y la pintó con un rotulador, por eso no se ve muy bien. Por si acaso no lo puedes leer, dice: El amor lo puede todo. Es decir, el amor tiene poder, nos da potencia para afrontar y superar cualquier dificultad, cualquier problema. Es la imagen clara de un amor apasionado.
Y ahora vamos con la gramática de esta frase. Quizá te has preguntado: ¿qué es ese "lo"?, ¿a qué se refiere? "Lo" se refiere a "todo". Y entonces, probablemente te preguntes, si ya tenemos la palabra "todo", ¿para qué necesitamos decir "lo"? Y tienes razón. Ese "lo" no nos da ninguna información. Pero las lenguas no son matemáticas y están llenas de pequeños usos que pueden resultar ilógicos, innecesarios. Y uno de esos usos es este: cuando el complemento directo de un verbo es la palabra "todo", usamos también el pronombre "lo".
Veamos otro ejemplo, que no es de amor, pero nos habla de una relación de pareja:
Calle de la Cruz |
Hay tantas visiones del amor como personas, y unos metros más abajo de la primera pintada me encontré con este cartel:
Calle de los Ministriles Chica |
Parece obra de una persona que ya no cree en el amor, justamente todo lo contrario de la primera pintada. Y un buen ejemplo para recordar el imperativo negativo (no me hables), con el pronombre personal ("me" en este caso) a la izquierda y la misma forma que el presente de subjuntivo, y el imperativo afirmativo (háblame), con el pronombre personal a la derecha y escrito en una sola palabra.
Muy cerca de este mensaje está este otro cartel, que es el nombre de una tienda de arte y moda de Malasaña:
Calle San Vicente Ferrer |
La expresión hay amores que matan se usa para hablar de relaciones sentimentales que, en lugar de traer la felicidad, causan tristeza y dolor. Aunque, como dice el cantante Joaquín Sabina, "amores que matan, nunca mueren":
Y, metida ya en tono poético con Sabina, acabo con esta pintada que podría estar en cualquier calle, en cualquier barrio, en cualquier ciudad donde esté un alma que sufre de amores:
Calle Monseñor Óscar Romero |
(Si quieres recordar para qué y cómo usamos la construcción "aunque + frase en subjuntivo", lee Aunque el miedo muerda).
Amor apasionado, amor desengañado, amores que matan, amor necesario como el pan de día.
Comprobado: Sobre amores (como sobre gustos) no hay nada escrito.
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