Llevo bastantes días sin escribir, y es porque estoy de mal humor. ¿Por qué? Porque estoy recibiendo órdenes muy absurdas de mis superiores, y me pasa como a la persona que hizo esta pintada en un pueblo de la Comunidad de Madrid (la foto me la regaló hace poco tiempo mi amigo Juan del Pozo):
El Molar (Madrid) |
Una orden (en femenino) se da o se recibe, esos son los verbos con los que suele combinarse; a casi nadie le gusta recibir órdenes, pero a muchos tampoco nos gusta darlas. El orden (en masculino) es otra cosa, es una manera de tener las cosas colocadas, clasificadas, con un aspecto armónico; y el orden se pone, se mantiene, etc.
Pero en los dos casos usamos el mismo verbo: ordenar. Los jefes ordenan algo a sus subordinados, los padres ordenan cosas a sus hijos; ordenamos nuestra mesa, nuestra casa, la cocina.
Solo en el primer significado (dar / recibir órdenes), hay otro verbo que significa lo mismo. Es el que aparece en este cartel de una puerta interior de un restaurante que vi en Galicia el verano pasado:
Camariñas (La Coruña) |
Mandar y ordenar se pueden usar con el mismo significado. La frase de la foto, que es un refrán tradicional, significa que, si hay un jefe, ese jefe es el que ordena, el que manda. Es un refrán que viene del mundo de los marineros, donde al jefe del barco siempre se le llama patrón.
Ese mismo significado tiene el verbo mandar en este otro mensaje:
Calle de San Andrés |
Esta placa es una de las dos que se conservan de las muchas que puso el movimiento 15M en el barrio de Malasaña, y la foto me la envió hace tiempo mi amiga y colega Raquel Rodríguez.
El mensaje es muy claro: aunque no votamos a los mercados (que se entiende aquí como los motores de la economía capitalista), son estos agentes económicos los que muchas veces mandan, ordenan lo que tenemos que hacer.
Y con esto vuelvo al principio. ¿Por qué estoy de mal humor? Porque dentro de cinco días tengo que empezar a hacer exámenes presenciales en mi escuela. ¿Por qué, si todavía estamos en estado de alarma y puede haber peligro de contagio? Porque la Comunidad de Madrid quiere que vuelva la vida normal. ¿Y por qué tiene que volver la vida normal, si la situación no es normal? Porque si no, no se gana dinero. Y así, los poderes económicos me mandan, me ordenan lo que tengo que hacer, aunque mi salud esté en peligro.
Ya se sabe: Donde hay patrón no manda marinero. ¿Sin luchar? No, eso nunca, ¡en la lucha estoy!
Calle del Pez |
¡Hasta pronto!
Marisa, te deseo mucha suerte en tu lucha y que el virus no afecte más ni a ti, ni a tus alumnos. ¡Un abrazo!
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