domingo, 8 de octubre de 2017

España, camisa blanca

hablando se entiende la gente
Plaza de Cibeles

Seguro que en tu idioma hay algún refrán parecido a este, ¿verdad? ¡Es tan lógico! ¿Cómo podemos entendernos los seres humanos? Pues hablando. Cuando no tenemos un idioma común, nos resulta mucho más difícil. 

Pero más difícil todavía es entenderse cuando no se quiere hablar, cuando el objetivo no es entenderse. Entonces, las palabras no solamente no ayudan sino que sirven para confundir, sirven para lanzarlas como armas, para engañar, para manipular a las personas. Quizá por eso, en la misma manifestación que la primera foto, otra persona llevaba esta pancarta:


hablando se entiende la gente
Plaza de Cibeles

Estas últimas semanas, en toda España se han oído demasiadas palabras usadas como armas por muchos políticos, por muchos medios de comunicación y también por la gente en la calle. Eso no es hablar de verdad; hablar con otro es dialogar, charlar, conversar.

Ayer, miles de personas vestidas de blanco y con carteles blancos se concentraron en muchísimos pueblos y ciudades de España para decir que...


toca hablar
Plaza de Cibeles

Uno de los muchos sentidos del verbo tocar es 'ser el momento de hacer algo (normalmente, después de haber estado haciendo otra cosa)'. Lo usamos para referirnos a acciones; por ejemplo, si hemos tomado algo en un bar, antes de irnos toca pagar; si hemos disfrutado de unas largas vacaciones, después toca trabajar; y, como en España falta un verdadero diálogo político desde hace mucho tiempo, ahora toca hablar.


¿hablamos?
Plaza de Cibeles

hablemos parlem
Plaza de Cibeles

Lo dicen en varios idiomas (parlem es catalán; hablamos y hablemos, castellano o español) y en varios tiempos verbales: la palabra catalana parlem puede ser presente y puede ser imperativo, las dos de la forma nosotros/as; hablamos es presente de indicativo y hablemos es imperativo.

Porque sí, en muchos idiomas existe imperativo para la primera persona del plural; a veces lo necesitamos cuando lo que pedimos, exigimos o demandamos con ese imperativo nos incluye. La forma en español, como ves, es la misma que en presente de subjuntivo. Pero hay alguna peculiaridad que voy a recordar con otra imagen:

independicémonos del odio
Plaza de Cibeles

No sé si puedes distinguir bien que, a la derecha de los dos hombres que se besan -y que representan, de izquierda a derecha, a Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat de Catalunya, y a Mariano Rajoy, presidente del Gobierno de España-, aparece, con letras de muchos colores, la palabra odio. Así que lo que proponen con esta pancarta es que nos independicemos del odio. En unos momentos en los que la palabra independencia está en boca de todos, es una bonita idea que, en primer lugar, todos nos liberemos del odio. Sí, sería una buena idea que los dos presidentes se vieran y no voy a pedir tanto como un beso, pero al menos que se dieran la mano.

Fíjate ahora en la forma del verbo: independicémonos. Este verbo generalmente se usa en forma reflexiva, porque es una acción que se realiza voluntariamente sobre uno mismo. Por ejemplo, se usa mucho para hablar del momento en que los jóvenes se van de casa de sus padres; decimos que los jóvenes se independizan. Pues bien: con el imperativo, cuando necesitamos un pronombre (me, te, se, nos, etc.), lo usamos después del verbo, y en este caso, la forma nosotros/as, que sería independicemos, pierde su -s final. Y así, decimos vayámonos, casémonos, sentémonos, etc.

Y ya que hablamos de conjugación de los verbos, tengo que poner otra imagen de esta misma manifestación:

yo hablo tú gritas
Plaza de Cibeles

Me imagino que "tú" y "él" son Rajoy y Puigdemont, o al revés. 

En fin, hay que hablar pero también hay que escuchar, porque si no no sirve de nada, pero, al menos los que estábamos en la manifestación de ayer...


somos todo oídos
Plaza de Cibeles

Ser todo oídos significa 'estar dispuesto a escuchar'. Y hay que estar dispuestos cuando hablamos de situaciones tan graves, tan importantes como lo que está sucediendo ahora en España. No podemos hacer como hacen los niños que, cuando no les gusta lo que les dicen, repiten la frase Habla, cucurucho, que no te escucho. Un cucurucho es lo que puedes ver en la imagen de debajo. ¿Y por qué hablan de un cucurucho? Simplemente juegan con las palabras, porque cucurucho rima con escucho. Pero en esta pancarta han cambiado un poco esa frase tradicional:

habla cucurucho
Plaza de Cibeles

Ayer estábamos en la plaza de la Cibeles muchos catalanes que viven en Madrid y muchos madrileños que amamos Cataluña:


siempre serás parte de mi sagrada familia
Plaza de Cibeles
En el centro a la derecha, hay una representación muy esquemática de la Sagrada Familia, la famosa iglesia del famoso arquitecto catalán Antoni Gaudí. La conoces, ¿verdad?

También había, como es normal en Madrid, gente de otras muchas partes de España, como esta sevillana que se siente unida a Cataluña porque tanto en Sevilla como en Barcelona pasaron cosas muy importantes en el año 1992:

cobi y curro
Plaza de Cibeles

A la izquierda vemos la imagen de Curro, la mascota de la Exposición Universal celebrada en Sevilla, y a la derecha a Cobi, la mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona. En 1992, las dos ciudades se abrieron al mundo, mostraron lo mejor de este país y se transformaron.

Finalmente, te quiero mostrar una pancarta con un mensaje importante:

amar españa es amar a sus pueblos
Plaza de Cibeles

Algunos españoles piensan que amar España consiste en cantar su himno ('música oficial de un país', aunque en realidad el himno de España no se puede cantar porque no tiene letra) y llevar su bandera ('trozo de tela rectangular que, con sus colores o dibujos, representa a un país'). Pero amar un país es bastante más que eso, y en el caso de España, un país con una maravillosa y enorme diversidad -cultural, lingüística, paisajística-, implica, por supuesto, amar a todos los pueblos que la forman. No puedes decir que amas España si rechazas a millones de sus habitantes.

Por eso, #hablemos#parlem. Porque, como dice otro refrán, dos no riñen si uno no quiere; o sea, que si al menos una de las dos partes mantiene la calma e intenta no reñir ('hacerse enemigos, dejar de relacionarse por alguna discusión o pelea'), la relación se mantendrá.

¡Ojalá en unos días España se convierta en una gran bandera blanca! Yo, de momento, llevaré mi camisa blanca, como en esta concentración.





¡Hasta pronto!




6 comentarios:

  1. Una entrada no solo instructiva sino que da esperanza. Eliges con cuidado las pancartas y las adaptas también con cuidado a tu mensaje.
    Gracias

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    1. Sí, hay que ser muy cautos con este tema e intentar tener la cabeza lo más fría posible. Espero que ese atisbo de esperanza dé sus frutos. Gracias por tu comentario

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  2. ¡Gracias Marisa! Qué gusto una manifestación como esta... me has hecho sentir allí con tus fotos y palabras.
    ¡Enarbolemos nuestras camisas blancas por un diálogo posible!

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    1. Sí, fue al menos un consuelo ver que mucha gente quiere eso, diálogo y paz. Veremos qué pasa. Hasta pronto, Margarita, gracias por tu comentario

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  3. Me ha encantado este post, muchas gracias por tu trabajo

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