En mi entrada anterior te hablé de la influencia de la pandemia del coronavirus en España, en concreto en la vida en los bares, tan importantes en nuestra vida social (sobre este tema te he hablado ya en otras entradas, como en El bar, nuestra farmacia de guardia y Bares, qué lugares).
Pero la pandemia está produciendo otros choques con nuestra forma de ser. Por ejemplo, la distancia interpersonal recomendable (unos dos metros) es difícil de mantener en una cultura de proximidad como la nuestra. Estamos acostumbrados a acercarnos los unos a los otros, más que en otras culturas, y a tocarnos con frecuencia.
Pero ni siquiera esta distancia de dos metros es suficiente para evitar algunas cosas, como dice la persona que respondió a esta pegatina puesta en el suelo de la calle, cerca de una tienda muy grande, supongo que para organizar la cola:
Calle Preciados |
El virus del miedo y el virus del dinero (entiendo que quiere decir con esto el deseo de tener mucho dinero) se contagian incluso a dos kilómetros de distancia. El miedo y la avaricia ('deseo de tener mucho dinero y cosas solo por tenerlas') son contagiosos y nos llegan por muchas vías, pero básicamente a través de los medios de comunicación y de las redes sociales.
Con el tema de la necesaria distancia interpersonal aparece otra cuestión que choca en nuestra cultura: la imposibilidad de saludarnos como solíamos hacer. No solamente no darnos la mano, sino no besarnos, no abrazarnos. El beso (y el abrazo con familia y amigos) es la forma de saludo más común en España. ¿Qué hacer, entonces? En la entrada de esta consulta de terapia para parejas nos dan varias opciones:
Calle Doctor Mariani |
Sí, hay opciones (aunque el saludo con el codo no parece el mejor, porque no permite mantener la necesaria distancia), pero la verdad es que los españoles sufrimos mucho con esto. Las pocas veces que me he visto con amigos en estos meses, me ha costado muchísimo no acercarme a ellos, no darles un beso, no abrazarlos después de tanto tiempo sin vernos. Estoy segura de que mucha gente no lo ha resistido y ha besado o abrazado a su familia y a sus amigos. ¡Pero es necesario controlarse, vendrán los abrazos de nuevo, como dice Jorge Drexler en esta canción!
Y por último, otra cosa que nos cuesta mucho es no pararnos a hablar con otras personas en cualquier sitio: en medio de la calle o en una tienda. Ahora, las tiendas tienen aforo reducido (aforo es el número de personas que pueden estar al mismo tiempo en un lugar cerrado, como una tienda, un cine, etc., y actualmente, en Madrid, ese aforo se ha bajado al 50% en el caso de las tiendas) y, claro, muchas veces tienes que hacer cola en la entrada. Por eso, en esta panadería pusieron este cartel:
Calle Francos Rodríguez |
Si la gente se queda charlando dentro de la tienda, otras personas tienen que esperar fuera. ¡Pero es que charlar es tan español!
Charlar es hablar sin ningún objetivo, por el puro placer de interaccionar con otro, de contar y comentar cosas con personas con las que nos apetece estar. En España, en general, hablamos mucho, y en la interacción con amigos el silencio no existe.
Y esto se relaciona con la entrada anterior, porque los bares y cafés son los espacios preferidos para charlar. Fíjate que este incluso lo dice en su nombre:
Calle Santa Engracia |
En fin, con todas estas cosas que chocan tanto con nuestras costumbres, tendremos que tener paciencia.
Eso sí, que no se nos olvide: no hay que acostumbrarse a las cosas malas y dejar que cambien nuestra vida para siempre. Por eso, para terminar repito el mensaje de la foto que da título a esta entrada y a la anterior.
Querida Marisa, muchas gracias por tu blog tan interesante. Así da mucho gusto aprender español, aunque de momento me dan pena tus fotos y comentarios. Espero que todo esto no vaya a durar otro año. Un abrazo virtual desde Austria.
ResponderEliminarEdith
Muchas gracias, Edith, por tu comentario tan cariñoso. ¡Los abrazos virtuales también se agradecen!
EliminarLa verdad es que me sorprende mucho que en España (y quizá en otros países) todavía la gente cumple con todas esas reglas de distancia y mascarillas. Incluso se mantienen alejados de los besos y los abrazos, aunque los necesitan. Si en mi país la gente necesitara los besos y los abrazos lo haría sin pensar. Pero no nos abrazamos casi nunca :)
ResponderEliminar¿En tu país hay tantos contagios como en España?
EliminarCreo que mucho más
EliminarPues no entiendo que no haya un poco más de precaución, aunque no sea para protegerse a uno mismo, sino a los más débiles -los ancianos o las personas con inmunodeficiencia-.
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