La historia reciente de la palabra cocinillas es curiosa, porque nos habla de cambios en la sociedad.
Hasta hace no demasiados años, esta palabra se refería a hombres a los que les gustaba participar en la tarea de cocinar, pero sin ser los cocineros principales. Esta responsabilidad -la de cocinero principal o habitual- se atribuía a las mujeres (con excepción de los chefs de alta cocina, donde tradicionalmente han predominado los hombres).
Afortunadamente, estos papeles tradicionales han ido cambiando, y son muchísimas las familias en las que la cocina es una tarea compartida o asumida por un hombre. Por otro lado, hoy se cocina muchísimo menos que hace unas décadas, y necesitábamos una palabra para llamar a las personas, hombres o mujeres, a las que les gusta cocinar, frente a las muchísimas a las que no les gusta. Y aquí ha entrado en juego la palabra cocinillas, que ahora se usa, sobre todo, con ese significado: persona aficionada a cocinar.
El sustantivo masculino cocinillas se ha convertido hoy en un sustantivo de género común. Eso explica que en Madrid haya dos locales de restauración que se llaman casi igual, con una pequeña diferencia:
Calle Lope de Vega |
Calle San Andrés |
En otra entrada, El hortera, te hablé de los sustantivos y adjetivos de género común, pero solamente de los que acaban en -a. Como puedes ver con el caso de cocinillas, tenemos sustantivos y adjetivos de género común que terminan diferente. En la entrada "El hortera" puse una infografía con algunas de las palabras de género común terminadas en -a más utilizadas; aquí pongo otra con otras terminaciones: terminadas en -o, en -e, y en diferentes consonantes. Todas son palabras, claro, referidas a personas y muchas de ellas nos hablan de profesiones y cargos. De las curiosas palabras metomentodo, sabelotodo y correveidile tienes explicaciones y ejemplos en la infografía del final de esta otra entrada: A mesa puesta.
Recuerda que, aunque estas palabras no cambien, otras palabras que la acompañan sí cambian según hablemos de hombres o de mujeres. Decimos, por ejemplo:
La portavoz del Gobierno / El portavoz del Gobierno
Una modelo muy famosa / Un modelo muy famoso
Un detective muy discreto / Una detective muy discreta
El canciller alemán / La canciller alemana
Hola, Marisa
ResponderEliminar¿Hay una palabra española para las personas, a las que no les gusta cocinar? Eso sería muy necesario para mí, odio cocinar (pero me encanta comer).
Muchas gracias por tu trabajo tan valioso para mí y seguramente para muchos más.
Feliz Navidad y unos días tranquilos y agradables.
un abrazo
Edith
Hola, Edith:
EliminarEn eso somos iguales, yo también odio cocinar pero me encanta comer. Que yo sepa, no hay ninguna palabra para eso, ¡pero habría que inventarla porque somos muchos!
Felices fiestas para ti también, un beso