En español tenemos una serie de palabritas -porque son cortas- muy molestas y aparentemente poco útiles, a las que llamamos pronombres personales: me, te, le, se, la, lo, nos, os, les, los, las, mí, ti, etc. Es difícil aprender a usarlas y, además, algunos de sus usos no parecen muy necesarios. Pero así son las lenguas: cada una tiene sus cosas. Son productos históricos, creados por personas, y las personas tenemos que reconocer que, aunque nos llamemos "seres racionales", no somos muy lógicos.
Hoy voy a dedicar esta entrada a uno de esos usos de los pronombres personales con la ayuda de varias fotos tomadas en las calles de Madrid.
Empezamos con una pancarta que vi en una manifestación:
Glorieta de Carlos V |
La verdad es que en los últimos años he ido a tantas manifestaciones que ya no recuerdo cuál era el motivo de esta. Pero esta pancarta dice que los que no participan en las manifestaciones, los que no protestan y se quedan sentados en su sofá, tienen la culpa de los problemas.
Esta frase se podría haber dicho en otro orden: Los que estáis sentados en el sofá tenéis la culpa de todo. Primero el sujeto (los que estáis sentados en el sofá), luego el verbo (tenéis) y después el complemento directo (la culpa). Sin embargo, es frecuente cambiar el orden de palabras y poner al principio de la frase la información compartida, que en este caso es la culpa, porque, si hay problemas, todos pensamos que alguien tiene la culpa. Cuando usamos el complemento directo antes del verbo y este complemento directo es algo conocido y determinado (por ejemplo, es un nombre de persona o un nombre individualizado con los artículos el/la/los/las o con las palabras mi/tu/su, etc., este/esta, etc.) , lo repetimos en forma de pronombre personal. Así pasa en esta pancarta: la culpa de todo se repite en forma de pronombre personal, la.
Vamos a ver más ejemplos. El primero es el mensaje que dan en las servilletas del bar y restaurante Prada a tope. Es un restaurante con productos típicos de León en el que se ofrecen productos elaborados por los dueños en tierras de León:
A la naturaleza es el complemento directo, y aparece repetido en forma de pronombre después del verbo, con un la (no podemos mejorarla). Dicen, pues, en este restaurante que ellos no pueden mejorar la naturaleza, pero, de todas formas, lo intentan a tope, o sea, con todas sus fuerzas, al máximo. Y la verdad es que algunas cosas de las que venden y cocinan están muy ricas.
El último ejemplo es el texto de una camiseta:
Esta camiseta es el complemento directo de compré. Como ves, la camiseta, que es algo que está a la vista -por eso es información compartida-, aparece repetido en forma de pronombre, la.
Por cierto, dice que la camiseta la compró en el Rastro. ¿Sabes qué es el Rastro? Si has estado en Madrid, seguro que sí. Es el mercadillo más tradicional y grande de Madrid; se celebra todos los domingos por la mañana, y en él se puede encontrar todo tipo de cosas: ropa, antigüedades, muebles, etc. Si vienes a Madrid, ¡no te lo pierdas!
Y para terminar, como otras veces, te hago un resumen en una imagen:
Y si no lo has entendido, ¡la culpa la tengo yo! ¡Hasta pronto!
Vamos a ver más ejemplos. El primero es el mensaje que dan en las servilletas del bar y restaurante Prada a tope. Es un restaurante con productos típicos de León en el que se ofrecen productos elaborados por los dueños en tierras de León:
Calle del Príncipe |
A la naturaleza es el complemento directo, y aparece repetido en forma de pronombre después del verbo, con un la (no podemos mejorarla). Dicen, pues, en este restaurante que ellos no pueden mejorar la naturaleza, pero, de todas formas, lo intentan a tope, o sea, con todas sus fuerzas, al máximo. Y la verdad es que algunas cosas de las que venden y cocinan están muy ricas.
El último ejemplo es el texto de una camiseta:
Ribera de Curtidores |
Esta camiseta es el complemento directo de compré. Como ves, la camiseta, que es algo que está a la vista -por eso es información compartida-, aparece repetido en forma de pronombre, la.
Por cierto, dice que la camiseta la compró en el Rastro. ¿Sabes qué es el Rastro? Si has estado en Madrid, seguro que sí. Es el mercadillo más tradicional y grande de Madrid; se celebra todos los domingos por la mañana, y en él se puede encontrar todo tipo de cosas: ropa, antigüedades, muebles, etc. Si vienes a Madrid, ¡no te lo pierdas!
Y para terminar, como otras veces, te hago un resumen en una imagen:
Y si no lo has entendido, ¡la culpa la tengo yo! ¡Hasta pronto!
Excelente. Gracias.
ResponderEliminarPerfecto, gracias
ResponderEliminarExcelente leccion. Muchas gracias, Marisa.
ResponderEliminar¡Muchas gracias a ti por darme tu opinión! Hasta cuando quieras
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