Un año más, te traigo la crónica lingüística de la manifestación feminista del 8 de marzo en Madrid. A la manifestación fue muchísima gente, aunque no tanta como otros años, supongo que en parte por miedo al maldito coronavirus, que en estos momentos ha puesto a todo el país en estado de alarma, pero en especial a la Comunidad de Madrid.
Ahora, algunos repiten y repiten que la culpa de la extensión del virus en Madrid es de la manifestación, como si, desde que existen casos de la enfermedad en Madrid, se hubiera hecho algo por evitar que la gente estuviera a más de un metro de distancia. Durante mas de una semana, por ejemplo, hemos seguido con el metro y el autobús lleno de gente en horas punta, cuando se podía haber aumentado la frecuencia de paso.
Pero bueno, cada uno que piense lo que quiera, y yo lo que quiero es hablarte del 8 de marzo. La manifestación fue desde la glorieta de Atocha hasta la Plaza de España, atravesando una bonita zona de Madrid: el paseo del Prado, la plaza de Cibeles y la Gran Vía.
Me gustó esta pancarta con una metáfora muy relacionada con el momento actual:
Ahora, algunos repiten y repiten que la culpa de la extensión del virus en Madrid es de la manifestación, como si, desde que existen casos de la enfermedad en Madrid, se hubiera hecho algo por evitar que la gente estuviera a más de un metro de distancia. Durante mas de una semana, por ejemplo, hemos seguido con el metro y el autobús lleno de gente en horas punta, cuando se podía haber aumentado la frecuencia de paso.
Pero bueno, cada uno que piense lo que quiera, y yo lo que quiero es hablarte del 8 de marzo. La manifestación fue desde la glorieta de Atocha hasta la Plaza de España, atravesando una bonita zona de Madrid: el paseo del Prado, la plaza de Cibeles y la Gran Vía.
Me gustó esta pancarta con una metáfora muy relacionada con el momento actual:
Como ves, en la pancarta aparecen símbolos que representan el coronavirus. Pero el sentido de la pancarta es muy optimista, creo: no solo se contagian las enfermedades, las ideas también, y por lo tanto las ideas feministas pueden extenderse a través del contacto entre personas. Y creo que tiene razón.
La palabra contagiar y su adjetivo, contagioso/a, se usan a menudo como metáfora: hablamos, por ejemplo, de risa contagiosa, alegría contagiosa o de personas que contagian su optimismo o su pasión por algo o su entusiasmo. Es curioso, porque, aunque contagiar es, primitivamente, algo negativo para referirse a enfermedades, en su uso metafórico se aplica sobre todo a sentimientos o estados de ánimo positivos. Eso sí, nunca lo había oído aplicado a una ideología, como se hace en esta pancarta.
Ojalá se cumpla lo que pide esta pancarta, y en lugar de contagiarnos el coronavirus, como está pasando ahora, nos contagiemos las ideas feministas de igualdad entre todos los seres humanos.
En la manifestación había muchas otras pancartas interesantes desde un punto de vista lingüístico.
Este año noté la asistencia de más mujeres latinoamericanas (y es lógico, en Madrid viven muchas, y la situación en muchos de sus países es bastante más terrible que en España) , y eso se reflejaba en algunas pancartas, como en esta:
La crónica del año pasado se tituló Calladita no estás más guapa y esta pancarta tiene un mensaje muy parecido. Pero en muchas zonas de Latinoamérica se dice verse bonita cuando en España usaríamos estar guapa.
Encontré también varias pancartas con juegos de palabras que incluían tacos o palabras malsonantes:
En la lengua coloquial, decimos que alguien es el puto amo o la puta ama para decir que es la persona mejor en algún aspecto. Y aquí, amo/a tiene el sentido de 'jefe/a, dueño/a'. Pero claro, ama de casa tiene un sentido muy diferente, ¿no? Aunque teóricamente el ama de casa es la dueña de la casa, lo cierto es que es la que trabaja en la casa.
Es una nueva palabra creada a partir de patriarcado y me cago. Me cago en... (cagar, por si no lo sabes, es lo que hacemos normalmente una vez al día en el baño para vaciar nuestro intestino) es una expresión malsonante muy usada en la lengua informal para expresar enfado; la variedad de cosas o personas en las que nos cagamos (con las que nos enfadamos) es grande: tu padre o tu madre, la mar (así, en femenino) y algunas figuras religiosas (como dios o la virgen) son habituales, pero podemos decirlo con cualquier cosa. Por ejemplo, podemos decir me cago en todos los machistas del mundo.
Una frase aparentemente muy normal, ¿verdad? Pero en ella se usa, por un lado, el tratamiento formal de usted (no viole es la forma para usted y no para tú) y un tratamiento de respeto, señor; las dos cosas, en España, están reservadas cada vez más a interacciones muy, muy formales. Este tratamiento tan respetuoso y formal choca con lo que se le está pidiendo a algunos hombres que hagan, algo éticamente tan elemental: no violar a las mujeres. Este contraste entre lo respetuoso del tratamiento y lo salvaje de la acción de violar crea una mirada irónica sobre ciertos hombres de ideas conservadoras que critican el feminismo y justifican a los violadores.
A este tipo de hombres se refiere esta otra imagen, que no es de la manifestación sino de una calle de Malasaña:
Calle del Escorial |
De estas señales del Ayuntamiento de Madrid te hablé hace tiempo en la entrada Estoy en racha. Pero en esta en concreto alguien ha añadido al final de señoros, que son este tipo de hombres. Es una creación, claro, porque las formas tradicionales son señor y señora, pero las feministas usan esta nueva forma, señoro, para referirse despectivamente a los hombres que critican el feminismo y/o que muestran rasgos machistas.
Y con esto enlazo con la discusión sobre lenguaje y feminismo, que, cómo no, estaba presente en algunas pancartas:
En realidad, actualmente conviven en el uso las dos formas, igual que en otras profesiones: la fiscal/fiscala, la arquitecto/arquitecta, etc. Pero muchas feministas prefieren la forma totalmente femenina: la médica, la fiscala, la arquitecta.
En esta otra pancarta se refieren al sentido despectivo de muchos nombres femeninos de animales (la foto se la debo a mi colega Arancha Pastor, ¡gracias, Arancha!):
En esta otra pancarta se refieren al sentido despectivo de muchos nombres femeninos de animales (la foto se la debo a mi colega Arancha Pastor, ¡gracias, Arancha!):
Es cierto que los nombres femeninos de la derecha tienen connotaciones negativas: zorra y perra se usan como insulto para reprocharle a una mujer que tenga un comportamiento sexual más libre de lo que la moral tradicional espera; también se dice de una mujer así que es más puta que las gallinas, y un/a gallina es una persona cobarde; se dice que una mujer es una lagarta cuando se señala despectivamente su astucia, pero también puede usarse como sinónimo de prostituta; por último, loba puede tener el sentido de 'sexualmente atractiva' pero también el de prostituta. Al final, parece que cuando se quiere insultar a una mujer casi siempre termina aludiéndose a su supuesto comportamiento sexual.
¡Todo un zoo femenino! ¡Qué barbaridad! ¡Pobres mujeres y pobres animales, que tanto se usan como metáfora de comportamientos indeseables!
En fin, sí, aún nos queda mucha lucha. Y de momento vamos a ver si ganamos la del coronavirus. No se te olvide: Contagia el feminismo y no el coronavirus. ¡Hasta pronto!
Muchas gracias. Me alegro que sigas comentando de una manera positiva aunque deba de ser un momento muy malo en Madrid.
ResponderEliminarPues es un momento complicado, sí. Muchas personas están nerviosas, quizá demasiado, otras todo lo contrario, siguen su vida como si nada estuviera pasando, y luego otros, como yo, vivimos un poco desconcertados pero relativamente tranquilos. Gracias por escribir, un saludo
EliminarExtraordinarias fotos, excelentes comentarios.GENIAL. MUCHAS GRACIAS
ResponderEliminar¡Muchas gracias a ti por decírmelo!
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