martes, 11 de junio de 2013

Cuyo, cuyas, cuya (cuyamos, cuyáis, cuyan)

No mienten, pero engañan

         
Este es el caso de algunas placas del Ayuntamiento de Madrid que he fotografiado recientemente. Veamos la primera:


cuya obra
Calle Huertas

A primera vista, este hombre vivió muy poco, porque vivió y murió en el mismo año, 1905, pero aprovechó su único año de edad, porque llegó a ser jurista (experto en Derecho, en leyes). 

Y ahora en serio, la redacción no es muy buena; sería mejor -menos ambiguo-  algo como lo que escribieron en esta otra placa que el Círculo de Bellas Artes (no el Ayuntamiento, curiosamente) dedicó al actor y dramaturgo español Adolfo Marsillach, que desempeñó importantes labores en el Ministerio de Cultura bajo los gobiernos socialistas:


placa adolfo marsillach
Calle Ferraz

Y la segunda placa del Ayuntamiento que no miente pero engaña es esta otra:



cuyos éxitos
Calle Hortaleza

La parte engañosa está en el final: sus éxitos son historia del cine español. Es cierto que, si leemos cualquier historia del cine español, encontraremos el nombre de este director. También es verdad que algunas de sus películas tuvieron mucho éxito comercial. Sin embargo, cuando se lee esta placa se tiene la impresión de  que se trata de un magnífico director de cine, y esto ya no es verdad. José Luis Sáenz de Heredia se hizo famoso, sobre todo, porque se convirtió en el director favorito del general Francisco Franco. Gracias a esto, ocupó puestos importantes en la administración franquista y produjo un total de 42 películas. La más famosa y polémica de todas fue Raza, sobre todo porque su guión en realidad fue escrito por el propio dictador (aunque lo firmó Sáenz de Heredia). El resto de su producción de los años 40 y 50 no tiene más calidad que la de muchos otros directores de la época, y a partir de los años 60 hizo películas verdaderamente detestables.

Y vamos a otra cosa que tienen en común las dos placas doradas, las del Ayuntamiento: las dos usan la palabra cuyo/a/os/as, ¿verdad? Esta palabra es un relativo, o sea, un conector que nos sirve para relacionar dos oraciones en las que la segunda oración da información sobre algo que se dice en la primera oración (normalmente, lo que está justamente antes de ese pronombre relativo). Cuyo/a/os/as, además, tiene un significado posesivo equivalente a su/s: 


En esta casa murió el jurista José María Navarro cuya obra se refleja en el Código Civil.
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En esta casa murió el jurista José María Navarro. Su obra se refleja en el Código Civil.


En este lugar nació José Luis Sáenz de Heredia cuyos éxitos son historia del cine español.
 =
En este lugar nació José Luis Sáenz de Heredia. Sus éxitos son historia del cine español.



Esta palabra concuerda en género y número con la cosa poseída: cuya, en femenino y singular, porque va con obra, y cuyos, en masculino y plural, porque va con éxitos. Se usa sobre todo en la lengua formal y no todos los hablantes saben utilizar correctamente.

Un par de ejemplos más de uso de esta palabra:







¡Hasta pronto!



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