Hace un par de semanas fui a pasar el fin de semana al norte de Cáceres (provincia de Extremadura), una zona que me encanta y a la que te recomiendo ir cuando quieras disfrutar del paisaje, ver pueblos bonitos y comer bien.
Aunque estuvimos en varios pueblos, hoy te quiero hablar de uno que me llamó la atención. Se llama Carcaboso, y, aunque es una población bastante antigua, siempre ha sido un pueblo pequeño, de poco más de mil habitantes. No es un pueblo bonito, como otros de los que te he hablado en otras entradas, aunque tampoco es feo. Es un pueblo normal, como tantos otros. Sin embargo, me encantaron muchos detalles que vi en él y que me hablan de convivencia, de generosidad, de respeto por la cultura y por el medio ambiente.
En realidad fuimos a este pueblo porque habíamos visto en televisión una noticia sobre él. Contaba que habían puesto grandes imágenes relacionadas con el cine clásico en muchos muros. Y, efectivamente, fue muy divertido recorrer el pueblo buscando las imágenes e identificando las películas. No te voy a poner todas las fotos porque son muchas, pero sí algunas. Estas primeras son fotogramas de películas muy, muy clásicas. ¿Las conoces?
Como puedes ver, sobre los fotogramas en blanco y negro han añadido objetos de color. En estos objetos aparecen los colores y la forma de la bandera de San Jovita, que es el patrón de Carcaboso. Y quedan bien estos detalles en color, ¿verdad?
No podían faltar algunos clásicos españoles, claro. En concreto había dos:
El primer fotograma es de la película Bienvenido, Mr. Marshall (Luis García Berlanga, 1953). Es una comedia muy divertida pero también muy crítica. ¡No te la puedes perder si te gusta el cine de verdad y te interesa el cine español!
El segundo está puesto en el lugar adecuado del pueblo, la cabina de teléfonos. Es una imagen del mediometraje La cabina (Antonio Mercero, 1972), donde se cuenta la historia de un hombre que queda encerrado dentro de una cabina. ¡Una fantástica obra también!
La excusa para ir a Carcaboso fue esta, ver los carteles de cine. Pero encontramos mucho más. Te cuento.
En realidad fuimos a este pueblo porque habíamos visto en televisión una noticia sobre él. Contaba que habían puesto grandes imágenes relacionadas con el cine clásico en muchos muros. Y, efectivamente, fue muy divertido recorrer el pueblo buscando las imágenes e identificando las películas. No te voy a poner todas las fotos porque son muchas, pero sí algunas. Estas primeras son fotogramas de películas muy, muy clásicas. ¿Las conoces?
Como puedes ver, sobre los fotogramas en blanco y negro han añadido objetos de color. En estos objetos aparecen los colores y la forma de la bandera de San Jovita, que es el patrón de Carcaboso. Y quedan bien estos detalles en color, ¿verdad?
No podían faltar algunos clásicos españoles, claro. En concreto había dos:
El primer fotograma es de la película Bienvenido, Mr. Marshall (Luis García Berlanga, 1953). Es una comedia muy divertida pero también muy crítica. ¡No te la puedes perder si te gusta el cine de verdad y te interesa el cine español!
El segundo está puesto en el lugar adecuado del pueblo, la cabina de teléfonos. Es una imagen del mediometraje La cabina (Antonio Mercero, 1972), donde se cuenta la historia de un hombre que queda encerrado dentro de una cabina. ¡Una fantástica obra también!
La excusa para ir a Carcaboso fue esta, ver los carteles de cine. Pero encontramos mucho más. Te cuento.
Cuando llegas a la parte central del pueblo, lo primero que ves es una pequeña placita con un pequeño jardín. En ese jardín encontramos esto:
La piedra o escultura es una imitación de los antiguos miliarios romanos, que se ponían en los caminos construidos (las calzadas) cada milla (la milla romana es más o menos el equivalente a un kilómetro y medio actual); se llamaban miliarios porque medían los mil pasos, o sea, la milla, igual que, como te expliqué en la entrada A un paso, en el siglo XVIII en España se llamaban leguarios porque medían las leguas. Con toda seguridad, eligieron poner un miliario en la plaza porque en Carcaboso, que fue un lugar por el que pasaban frecuentemente los romanos, se conservan varios de época romana.
Pero lo más bonito es que en el centro del pueblo tengan algo para señalar dónde está la concordia, o sea, la armonía y el acuerdo, en este caso entre vecinos. Y creo que son precisamente las muestras de concordia y buena voluntad lo que distingue a este pueblo.
Por ejemplo, en muchos de los bancos encontramos mensajes con versos o con frases que invitan a la cordialidad, a la ayuda, para conseguir una buena vecindad (una buena relación entre vecinos); otros invitan a cuidar el entorno, y, en general, tienen un tono optimista. Aquí puedes ver algunos:
El último mensaje seguro que te ha parecido un español un poco raro, ¿verdad? Es la traducción del penúltimo a una lengua que solamente se habla en una pequeña zona del norte de Cáceres, la fala extremeña o fala de Xálima. Es una lengua que procede del antiguo galaico-portugués, con influencia del leonés.
Había más mensajes traducidos a la fala, pero este me gustó especialmente no solo por su significado ('hay que dar si quieres recibir'), sino porque esta frase viene de una canción de Jorge Drexler -un cantautor uruguayo que vive en España- que me gusta mucho, y que es esta:
En Carcaboso encontramos muchos más mensajes callejeros. En las papeleras, por ejemplo, pero también en pequeños cubos colgados de las farolas o de los bancos, como estos, que recuerdan a los habitantes y visitantes la necesidad de mantener el entorno limpio y sano:
La moda -un poco infantil- de decir porfi en lugar de por favor no solo es de esta palabra; hay mucha gente que dice -y escribe, sobre todo en las redes sociales- holi en lugar de hola. Pero quizá el mensaje de la foto lo ha escrito un niño, no lo sé.
Cerca de la escuela de adultos del pueblo encontramos un gran mural que resume la filosofía de muchos de sus habitantes:
En el mural aparecen muchos niños, pero también personas de otras generaciones. Representa, pues, el apoyo intergeneracional y la transmisión de la tradición. Por eso vemos a una mujer ya mayor, que es la que teje (hace punto, lo que puedes ver debajo que está haciendo) y probablemente está enseñando a su nieta:
Y hay muchas otras cosas dentro de este mural, por ejemplo un libro:
Me gusta que, además de apreciar y fomentar la solidaridad, el cuidado del medio ambiente, la transmisión de las tradiciones, la comunicación intergeneracional, etc., hagan un homenaje a una escritora, Dulce Chacón. Esta escritora del siglo XX no era de Carcaboso, pero sí extremeña; fue conocida sobre todo por sus novelas, pero también escribió poemas, y la frase que aparece en el libro de la foto es el primer verso de este poema, La construcción de un sueño:
Siempre hay tiempo para un sueño.
Siempre es tiempo de dejarse llevar
por una pasión que nos arrastre hacia el deseo.
por una pasión que nos arrastre hacia el deseo.
Siempre es posible encontrar la fuerza
necesaria para alzar el vuelo y dirigirse hacia
lo alto.
necesaria para alzar el vuelo y dirigirse hacia
lo alto.
Y es allí, y solo allí, en la altura, donde
podemos desplegar nuestras alas en toda su
extensión.
podemos desplegar nuestras alas en toda su
extensión.
Solo allí, en lo más alto de nosotros mismos,
en lo más profundo de nuestras inquietudes,
podremos separar los brazos, y volar.
en lo más profundo de nuestras inquietudes,
podremos separar los brazos, y volar.