¿Conoces el movimiento
Acción Poética? Nació en Monterrey (México) en 1996, fundado por el poeta
Armando Alanís, y consiste en escribir poemas breves o frases poéticas, muchas veces con juegos de palabras, en los muros de las ciudades. Si buscas "acción poética" en Internet, encontrarás miles de imágenes, porque en estos más de veinte años este movimiento ha llegado a otros muchos países donde se habla español.
Estas pintadas poéticas tienen siempre el mismo aspecto: sobre el fondo blanco de los muros, se escribe con pintura negra y generalmente se firma debajo, con letras más pequeñas. Veamos un ejemplo que fotografié en el pueblo de Colmenar del Arroyo (en la Comunidad de Madrid):
Estos divertidos versos hacen referencia a un poema, muy popular en España, del poeta romántico español Gustavo Adolfo Bécquer:
¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Que es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía… eres tú.
Y resulta que los muros del pueblo de Colmenar del Arroyo están llenos de poesía: fragmentos de poemas, frases con juegos de palabras, canciones tradicionales y populares, etc. Hace pocos años, un vecino del pueblo, Luis Santos Sainz, comenzó este proyecto; él murió, pero los vecinos siguen muy activos, trabajando con la poesía desde otros puntos de vista: talleres, encuentros, concursos, etc.
Fuimos hace un par de meses a este pueblo con unos muy queridos amigos y nos lo pasamos genial descubriendo las pintadas, porque las hay por todas partes, en todos los rincones. Además, es un pueblo por el que da gusto pasear.
Hay tantas frases que no te puedo mostrar todas en una sola entrada de blog. Me llamaron la atención algunas que tenían relación con el lugar donde estaban pintadas, y a esas voy a dedicar la entrada de hoy.
Una de las primeras cosas que vimos fue el antiguo lavadero. Antiguamente, se lavaba la ropa en el río (o en este caso, el arroyo, un río pequeño que da nombre al pueblo) y en muchos pueblos había un pequeño edificio especial para lavar. En este pueblo lo conservan y en uno de sus muros encontramos esto:
Este poemilla lo escribió
Federico García Lorca con forma de canción popular, y aparece en su obra de teatro
Yerma, precisamente cantado por unas
lavanderas ('mujeres que lavaban la ropa'). Pero es evidente que no es exactamente una canción popular: la comparación de la risa con un
jazmín caliente (el jazmín es una flor muy apreciada en Andalucía y con un olor muy especial) suena mucho a Lorca.
Me gustaron mucho también las pintadas hechas en los muros del colegio, en especial esta:
Esta frase puede entenderse bien, pero no tiene mucho sentido, ¿no? Sin embargo, lo tiene si conocemos este trabalenguas ('frase o texto corto creado de forma que su pronunciación resulte difícil'):
Tres tristes tigres tragaban trigo en un trigal
La verdad es que para mí es el trabalenguas más difícil de pronunciar en mi propia lengua. Y, además, es bastante negativo, ¿no? Por eso me encanta que en esta pintada le den la vuelta a la frase y la pongan en positivo: sí, hay tres tristes tigres, pero el cuarto no está triste.
También en los muros del colegio encontramos las dos siguientes pintadas:
La primera pintada resulta poética porque en ella se rompe con lo esperado. Cuando un niño dice Yo de mayor quiero ser..., lo que esperamos es el nombre de una profesión, la que el niño quiere tener cuando sea mayor. Pero aquí el niño quiere seguir siendo niño, y esta frase es una llamada a que todos conservemos algo del niño que fuimos: la curiosidad, la inocencia, la ingenuidad, etc.
La segunda es un poco larga y quizá no puedas leer bien el final, sobre todo si estás leyendo esto en un móvil, así que voy a escribirla:
Háblame con cariño,
trátame con respeto,
nadie es menos que nadie
aunque mida medio metro.
Así, escribiéndolo en sus cuatro versos, podrás apreciar que respeto y metro riman, pero solo en sus vocales y no en las consonantes, como es muy común en la poesía popular. Así que es un poema inventado. En él, son los niños los que nos hablan, pidiéndonos cariño y respeto y recordándonos que, aunque ellos sean bajitos (miden medio metro o menos), son igualmente personas.
También encontramos pintadas en algunos establecimientos del pueblo. Por ejemplo, en la carnicería:
Esta frase hace referencia a otra que dice que las personas somos "carne y huesos", y que quiere decir que no hay ninguna otra cosa en nosotros: ni alma, ni nada más allá de nuestro cuerpo. En Colmenar del Arroyo, en cambio, prefieren ser "carne y besos". Mucho más alegre, ¿no? Y mucho más sociable. La verdad es que dan ganas de entrar en la carnicería a ver si, además de venderte carne, te dan un beso.
De besos también hablan en el muro de la panadería, y también con un juego de palabras:
Es el pan de la panadería el que nos está hablando, y en lugar de decirnos, por ejemplo, "oye, por favor, cómprame y cómeme para el desayuno", cambia la primera letra del verbo desayunar y así resulta una mezcla de besar y desayunar. Pues también dan ganas de entrar y besar el pan mientras desayunas, sí.
Un sitio al que normalmente nadie tiene ganas de ir es a la consulta del dentista. Pero la pintada que han puesto al lado de la puerta nos quita un poco el miedo:
La expresión hacer borrón y cuenta nueva se usa para indicar la necesidad de olvidar las cosas negativas (errores y enfados de otras personas, deudas que no nos han pagado, etc.) y continuar la relación con otras personas como si esos errores, enfados, deudas, etc. no existieran. O sea, hacer borrón y cuenta nueva es empezar desde cero con otra persona.
Borrón viene del verbo borrar y es una mancha de tinta que cae en el papel y estropea lo que hemos escrito, así que tenemos que volver a empezar. En este centro dental, borrarán la suciedad de nuestros dientes, que quedarán más blancos, y por lo tanto tendremos una sonrisa nueva.
También resulta gracioso lo que está escrito en la entrada de la peluquería:
Esta pintada también es un juego de palabras con una expresión. Decimos ¡Pelillos a la mar! cuando animamos a la reconciliación, o sea, a volver a una buena relación olvidando peleas, enfados, etc. Dicen que antiguamente era lo que hacían los niños en Andalucía para reconciliarse y que de ahí viene esta expresión: cada niño se cortaba un pelo (pelillo es diminutivo de pelo), y dejaban que el viento se llevara los pelos al mar. En esta frase, el mar es la mar, y es que esta palabra tiene los dos géneros, aunque en el español estándar se prefiere el masculino.
Pero en la peluquería no han escrito
pelillos a la mar, sino
pelillos al amar. O sea, cuando amas (recuerda la
construcción al + infinitivo aquí). De nuevo, es una frase que toma así un significado más positivo.
Y para terminar, una frase que me encantó y que también es un juego de palabras. Cuando escuchamos que algo no trae más que..., esperamos la palabra problemas. Pero no: la poesía nunca causa problemas. ¡Hasta pronto!