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lunes, 19 de diciembre de 2022

Vieja escuela



Aunque, por norma general, en español los adjetivos se usan después del sustantivo al que acompañan, la verdad es que este no es un tema fácil de explicar ni de entender, y por eso tampoco es fácil para los hablantes no nativos colocar los adjetivos adecuadamente.

Hoy voy a dedicarle la entrada al adjetivo antiguo/a, que es uno de los más interesantes en este sentido, ya que, según lo usemos antes o después del sustantivo, podemos entender cosas distintas. Y además, esta palabra está muy cerca del adjetivo viejo/a, que también usamos antes o después del sustantivo con diferentes matices de significado, así que también te hablaré de él.


Empezamos con un cartel de un comercio que seguro que estos días recibe a mucha gente, ya que pronto, el día 22 de diciembre, se celebra el sorteo de la lotería de Navidad


Vieja escuela
Calle Santa Engracia



Esta administración de lotería (así es como llamamos a estas tiendas) existe, al menos, desde 1768, así que es la más antigua de Madrid y probablemente de toda España, aunque no siempre estuvo donde está ahora.

Mirando esta imagen, nos podríamos preguntar: ¿por qué decimos antigua y no vieja? Las dos palabras significan 'que tiene muchos años'. Pero no es lo mismo decir que algo es antiguo que viejo

Cuando, como en este caso, el adjetivo no va con sustantivo, usamos antiguo/a para algo que tiene muchos años pero, además, un valor histórico, mientras que viejo/a solo nos habla de los años (y, muchas veces, de algo estropeado por el paso del tiempo). Igualmente, si hablamos de personas, no es lo mismo decir que una mujer es la más antigua en un centro de trabajo que decir que es la más vieja. Si la mujer es la más antigua en el centro de trabajo y este tiene, por ejemplo, diez años, significa que la mujer lleva diez años trabajando allí y fue la primera en trabajar allí, mientras que si la mujer es la más vieja en el centro de trabajo es porque es la que tiene más edad. Y no es lo mismo: por ejemplo, yo puedo ser la más antigua en mi escuela pero tener menos años que otros compañeros.

Las cosas se complican un poco más cuando el adjetivo acompaña al sustantivo, porque la variación en el orden de palabras añade más diferencias de significado. Veamos algunos ejemplos con el orden habitual del adjetivo, o sea, después del sustantivo:


Vieja escuela
Calle del Prado

Vieja escuela
Calle Santa Juliana


Vieja escuela
Calle Ponzano



Los libros que venden en la librería de la primera imagen no son solamente libros con muchos años sino que tienen valor histórico. Para indicar eso se usa la palabra antiguo detrás del sustantivo. Si se venden libros normales con muchos años, se dice que se venden libros de segunda mano (porque no queda bonito poner en la puerta de una tienda libros viejos, podría dar la idea de que están estropeados).

Las otras dos imágenes nos hablan de un modo tradicional (y, por lo tanto, con valor histórico) de tirar la cerveza, o sea, de servir la cerveza (de barril, no de botella) desde el surtidor (eso que parece un grifo) hasta el vaso. La verdad es que no tengo ni idea de cómo se tiraba antiguamente la cerveza y no estoy segura de que los anuncios de estas tabernas no sean simplemente un reclamo comercial, porque no he encontrado información sobre este tema.


Veamos qué pasa cuando el adjetivo se usa antes del sustantivo:


Vieja escuela
Calle Bretón de los Herreros



Antiguamente, hasta principios de los años 70 del siglo XX, existían en Madrid comercios donde se vendía leche fresca, sin ningún tratamiento; algunos, incluso, tenían las vacas al lado del local o muy cerca. Eran las vaquerías. El comercio de la fotografía anterior es un bar, pero ha querido rescatar del olvido el hecho de que, antiguamente, ese local fue una vaquería. Para marcar eso, usa la palabra antigua antes del sustantivo.

Desde hace unos años, hay muchos nuevos comercios en Madrid que no cambian el aspecto exterior de los locales ni los rótulos aunque el tipo de comercio sea diferente. Me encanta que lo hagan, porque la memoria de los comercios forma parte de la memoria de la ciudad. Este es un ejemplo:


Al estilo antiguo
Calle Manuel Fernández y González



Ahora es un bar, pero por el rótulo vemos que fue una tienda donde se vendía carbón, en aquellos tiempos en que la gente lo usaba para calentarse en casa. Así que podemos decir de este local: Este bar está en una antigua carbonería. Y como este, encontramos muchos bares y otras tiendas así en Madrid. Así que, sobre todo si vas por el centro de la ciudad, que es donde más ocurre esto, no confíes siempre en lo que dicen los rótulos: en la calle del León, 25, por ejemplo, te encontrarás con un rótulo que dice Confitería, pero se trata de La Integral, una tienda de regalos y ropa vintage; en la calle de Hortaleza, 70, hay una bonita óptica, Toscana, que ha conservado el rótulo que anuncia la venta de simientes, granos, semillas y legumbres que hacía en este local el señor Robustiano Díez Obeso desde 1881. Podemos decir, entonces, que La Integral está en una antigua confitería y Óptica Toscana, en una antigua tienda de semillas, legumbres, etc.


Si, en lugar de usar la palabra antiguo/a usáramos la palabra viejo/a, ya no tendría ese significado de 'algo que fue, pero ya no es', sino el de 'algo que tiene muchos años y un valor sentimental'. Por ejemplo:


Vieja escuela
La Concha (Cantabria)


Vieja escuela
Torrelodones (Madrid)




La primera foto está tomada en una zona rural de Cantabria, en un restaurante que está justo al lado del edificio de una escuela, una escuela con muchos años. Supongo que la escuela ya no está en funcionamiento, pero eso no nos lo dice el nombre del restaurante, que solo habla del valor sentimental de esa escuela para la gente de la zona.

La segunda, en cambio, la tomé en un pueblo de la Comunidad de Madrid, pero en un edificio completamente nuevo. Y es que la palabra escuela, además de significar 'institución educativa', se usa para hablar de un método o manera de hacer que aprendemos de algún maestro (que puede ser un profesor o, si hablamos de arte o de otras disciplinas, un pintor, un filósofo, etc.). La expresión ser de la vieja escuela significa 'hacer algo (o muchas cosas) como se hacía antiguamente', así que supongo que en esta escuela de costura usan métodos tradicionales de enseñanza.



Te resumo en una imagen el uso de estos dos adjetivos cuando hablamos de cosas y lugares. Si hablamos de personas o de animales, la cosa cambia un poco, por eso he añadido una segunda imagen.


Vieja escuela






Vieja escuela



Y aquí se despide alguien que, para algunas cosas, es de la vieja escuela. Por ejemplo, no me gusta comprar por Internet, ni siquiera ir a los grandes centros comerciales, y prefiero comprar en tiendas pequeñas o en el mercado; tampoco me gusta cocinar en microondas ni en Thermomix sino en horno tradicional (pero no de fuego, jejeje, no soy tan de la vieja escuela). Bueno, la realidad es que no me gusta cocinar 😉.

¡Hasta pronto y felices vacaciones, si las tienes en Navidad!




domingo, 29 de mayo de 2016

Érase una vez

¿Sabes cómo suelen empezar los cuentos tradicionales para niños en España (y no sé si también en otros países de habla española)? Con las tres primeras palabras de esta versión distinta del famoso cuento de Caperucita Roja (que es la chica del dibujo) que vi en el escaparate de una tienda de Malasaña:


 Little Red Riding Hood by tzunghaor


orden pronombres personales
Calle Velarde

El final tradicional de los cuentos también está un poco cambiado, porque normalmente se dice, hablando de la pareja protagonista del cuento (cuando la hay): y vivieron felices y comieron perdices. Pero bueno, la principal novedad de esta versión es que Caperucita es mala y el lobo es bueno.

Érase viene del verbo ser (la forma era + el pronombre personal se) y significa 'haber, existir'. Es una forma antigua, pero a veces se usa cuando se quiere indicar el comienzo de una historia, pero no una historia cualquiera, sino algo divertido, ameno, curioso o infantil. Así pasa con el nombre de este hotel, que sugiere que tiene una curiosa historia:


orden de los pronombres personales
Calle Bravo Murillo

Érase no sigue el orden de palabras normal en el español actual, porque, con los tiempos conjugados del indicativo y el subjuntivo, habitualmente colocamos las palabras lo, la, se, os, te, etc. (los pronombres personales) a la izquierda del verbo. Por ejemplo, como en este mensaje que fotografié en el mismo escaparate que el cuento de Caperucita:


orden pronombres personales
Calle Velarde

A mí, la verdad, es que no me gustan nada mis errores. Los odio. Cuando sé que he hecho algo mal, pienso y pienso constantemente en eso y me siento fatal. Me gustaría aprender a aceptar los errores, pero me cuesta mucho, ¿y a ti? (como ves, en este párrafo he usado todos los pronombres a la izquierda del verbo).

Esto es lo más habitual, pero en el español actual también en algunos contextos usamos el pronombre a la derecha del verbo. Fíjate en el nombre de esta bonita joyería:


orden pronombres personales
Travesía de San Mateo


Dime es di + me. Usamos este orden con los imperativos afirmativos, como puedes ver en este otro ejemplo:


orden pronombres personales
Travesía de la Comadre

¡Una forma muy diferente de comprar ropa! Pagamos por el peso, no por la cantidad de ropa. Cosas de la crisis...

Hay algunas construcciones en las que tenemos dos opciones, y podemos usar el pronombre tanto a la izquierda como a la derecha. Se trata de algunos grupos de dos verbos, uno conjugado y otro no conjugado:

1. Algunos verbos modales (poder, soler, querer, saber, intentar, conseguir, seguir) + infinitivo (forma en -ar, -er, -ir) / gerundio (forma en -ando, -iendo).


orden pronombres personales
Plaza de Santa Ana

El año pasado, los futbolistas españoles amenazaron con hacer una huelga. Esta pintada dice con humor que, si no hay fútbol, hay peligro de que la gente piense, o sea, que el fútbol es una forma de escapar de la realidad y no dedicarle la atención necesaria. El fútbol es, en definitiva, el sustituto del circo romano ("Pan y circo", la política de dar alimento y entretenimiento de baja calidad para mantener a la población lejos de la política). Y de verdad que es así: justamente ayer fue la final de la Copa de Europa entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid, y durante todo el fin de semana no han existido problemas en España: ni paro, ni pobreza, ni desigualdad, ni injusticia, ni corrupción. Solo fútbol, fútbol y más fútbol, tanto en los medios de comunicación como en las conversaciones de la calle.

Pero volvamos a nuestros pronombres: esta persona podría haber escrito La gente puede ponerse a pensar, con el pronombre a la derecha del infinitivo. Significaría lo mismo, y la única diferencia es al escribir: cuando usamos el pronombre a la izquierda del primer verbo, lo escribimos separado; cuando lo usamos a la derecha del segundo verbo, lo escribimos junto con el verbo.

2. Algunas perífrasis verbales, que son también dos verbos agrupados, con un primer verbo conjugado y el segundo, un infinitivo o gerundio: empezar a / volver a / acabar de / tener que + infinitivo, llevar + gerundio, etc.


orden pronombres personales
Corredera Baja de San Pablo

Esta persona ofrece algo que todavía no es muy habitual en España: probablemente se va a cambiar de piso y está vendiendo sus cosas haciendo un rastro (normalmente esta palabra se usa para los mercadillos callejeros, y en especial para el famoso Rastro madrileño). Dirige su anuncio a las personas que se acaban de mudar a ese barrio, o sea, que han venido a vivir al barrio recientemente. Podría haber escrito también ¿Acabas de mudarte?

¡Atención! Si usamos un grupo de verbos como los anteriores, pero en imperativo afirmativo, el pronombre se pondrá a la derecha del segundo verbo:


orden pronombres personales
Valencia

Buena frase, ¿no? Aunque creo que no siempre es verdad: los verdaderos amigos son generosos. Ahora fíjate en la segunda parte de la frase: trata es un imperativo afirmativo, por eso el pronombre lo aparece a la derecha del segundo verbo, pedir. Si no fuese un imperativo afirmativo, podríamos usarlo tanto a la derecha como a la izquierda; por ejemplo, una frase muy frecuente en las canciones de amor: Lo traté de olvidar / Traté de olvidarlo.

Cuando usamos dos verbos juntos y no se trata de verbos modales ni de perífrasis verbales, el pronombre se usa al lado del verbo del que depende: a la izquierda si depende del primer verbo, a la derecha si depende del segundo verbo. Por ejemplo:

Sus amigos la animaron a tomarse unas vacaciones

Los amigos animaron a la chica o la mujer, que es la; este la depende del verbo animarse y se coloca a su lado, a la izquierda. Por otro lado, el pronombre se es un uso reflexivo del verbo tomar, y se coloca a su lado, a la derecha.

Solamente me queda una cosita que decirte sobre este tema: otro caso en el que siempre usamos el pronombre personal a la derecha del verbo. Se trata de construcciones con infinitivo (-ar, -er, -ir) y con gerundio (-ando, -iendo) cuando estas formas no están asociadas a un verbo modal o no forman parte de una perífrasis verbal. Veamos varios ejemplos.


orden pronombres personales
Calle Espíritu Santo

Esta sí que es una buenísima frase, ¿no? En este caso, hacerlas es el sujeto de la segunda frase, y solamente podemos usar el pronombre las a la derecha del infinitivo hacer.


orden pronombres personales
Calle Velarde

Un libro precioso este. Me lo compré, claro, no pude resistirlo. Abajo a la derecha vemos el ejemplo: sin moverte de casa, con el pronombre te a la derecha del verbo.




Este cartel estaba en el muro exterior de un bar de Malasaña, una zona donde, especialmente los fines de semana, muchos jóvenes van de copas. El ejemplo está en la primera frase: tienes derecho a divertirte, donde te aparece también a la derecha del verbo.

Bueno, pues ya te he contado todo lo que debes saber sobre este tema. Como son muchas cosas, te pongo esta imagen que sirve de resumen y para recordar todo lo que has leído:




¿Quieres ahora practicar un poco? ¡Haz este ejercicio!





Bueno, esta entrada ha salido un poco larga, pero había mucho que decir sobre este tema. ¡Espero que no se me haya olvidado nada importante! Como siempre, si tienes dudas u opiniones, ¡déjame un comentario! ¡Hasta pronto!





sábado, 8 de febrero de 2014

Menudo nombre

Desde hace un mes se ven por los muros de las calles de Madrid carteles como el de esta fotografía:


proyecto sepa
Calle del Calvario

La persona que pone los carteles los define como SEPA: "un proyecto de arte urbano muy estúpido y muy absurdo". La verdad es que a mí me algunos me resultan muy graciosos y otros me hacen pensar, así que compartiré contigo más de uno.

Pero voy a centrarme en el de la fotografía de hoy. No sé por qué el autor del cartel ha elegido el nombre de Gerardo, que a mí me parece muy normal. O quizá ahí está lo absurdo del cartel. Voy a intentar explicarte con qué sentido se usa aquí la palabra "menudo". 


Menudo/a es un adjetivo con varios usos:

- 'Pequeño y delgado', sobre todo hablando de personas, o 'que no tiene importancia', principalmente hablando de cosas. Un ejemplo de cada significado:

(Dos compañeros de clase)
¿Que no conoces a Sara? Sí, hombre, una chica bajita, menudita, que se sienta siempre en la primera fila...


La grandeza de las cosas menudas


La necesidad es la de las cosas domésticas y cotidianas, tales como hacer la comida, encontrar una bebida fresca en la nevera y quitar el polvo de los marcos de las ventanas. Para conseguir esas pequeñas comodidades no hace falta vivir en el palacio de Buckigham ni contar con un regimiento de sirvientes 
(Joan Barril, en http://www.elperiodico.com)


- Delante (o a la izquierda, como prefieras) del sustantivo, y con una entonación exclamativa, tiene un significado casi contrario: expresa una cualidad exageradamente positiva o negativa, según la entonación y el contexto. Vamos a ver ejemplos para entenderlo mejor:

(Dos compañeros de trabajo)
- ¿Qué ha pasado esta mañana con el jefe?
+ ¿No te has enterado? ¡Menuda discusión ha tenido con el director! Han terminado a gritos.

Significa que tuvieron una discusión muy grande, muy importante.

(Dos amigos)
- ¿Qué tal le va a Irene?
+ Genial, todo le va fenomenal. ¡Menuda suerte tiene! Buen trabajo, una pareja estupenda... 

Significa que Irene tiene muchísima suerte.

(Una pareja)
- Me han dicho en la panadería que van a abrir una discoteca justo debajo de nuestro piso.
+ ¡Joder! Primero un bar de copas y ahora una discoteca. ¡Menuda suerte tenemos! ¡Otra vez sin poder dormir los fines de semana!

Significa que tienen muy mala suerte.


¿Cómo entendemos entonces el cartel de la foto? Pues se puede entender de muchas formas: Gerardo es un nombre muy feo o muy raro, o Gerardo es un nombre muy sonoro, muy bonito.


Hay otros adjetivos que se usan de esta manera. Mira esta imagen:



Dichoso/a, en este uso, se puede decir de cosas o personas que resultan molestas, pesadas. Valiente tiene un sentido negativo de inutilidad. Y bonito/a quiere decir lo contrario, o sea, muy feo o muy malo. 

Eso sí, no siempre hay que entenderlos así, hay que interpretarlos según el contexto. Por ejemplo, tú podrías escribir debajo de esta entrada de mi blog dos comentarios muy diferentes:

¡Bonita entrada! Me ha gustado mucho (sentido positivo)

¡Bonita entrada! Esta vez no te has roto la cabeza para escribirla, ¿eh? (sentido negativo)


Espero que tu opinión se parezca más a la del primer comentario y no a la del segundo (donde yo entendería ''¡Vaya entrada tan mala!").  ¿Qué tal si escribes un comentario y me lo dices?

miércoles, 24 de abril de 2013

Un buen día lo tiene cualquiera

Un mensaje necesario para el día a día


En la puerta del bar y restaurante La Dichosa encontré este post-it:


cualquiera
Calle Bernardo López García


Normalmente, esta construcción no se usa para cosas positivas, sino para consolar, animar o justificar las acciones o el estado de ánimo de alguien que ha cometido un error o ha tenido un mal día. También lo usamos para animarnos, consolarnos o justificarnos a nosotros mismos.

Algunos ejemplos:


(Dos compañeros que trabajan juntos en una oficina)

- ¡Vaya día! Me he equivocado dos veces en el informe, he borrado un archivo sin querer, y encima he tirado el café encima del ordenador.
+ Bueno, hombre, no pasa nada, un mal día lo tiene cualquiera. Mañana será otro día.


(En un periódico)


 

Un partido malo lo tiene cualquiera


LA PUNTA. Sergio "Manteca" Martínez, exjugador de fútbol y observador del Sudamericano Sub 17, sostuvo que un partido malo lo puede tener cualquiera, refiriéndose al encuentro en el cual la albirroja cayó ante la Vinotinto (0-1). 

http://www.abc.com.py/deportes/futbol/un-partido-malo-lo-tiene-cualquiera-560783.html


(En un blog sobre moda y belleza)



Un despiste lo tiene cualquiera

Hola Chic@s:
No os vais a creer lo que me pasó el otro día. Resulta que el lunes, me voy con mi madre  de compras. Después de estar casi dos horas pateando todas  las tiendas posibles, entramos  en H & M, nos metemos  en el probador, me pruebo algunas cosas y al volver a vestirme, cuál es mi sorpresa cuando me doy cuenta de que llevo un botín de cada. Me quedé estupefacta. No me lo podía creer. Mi madre se moría de la risa, bueno las dos, no podíamos parar de reír. Como es lógico, así no podía estar el resto del día. Menudo ridículo. Suerte que Zara estaba justo al lado y no tuve más "remedio" que ir  y poner fin a esta patética situación.

http://todasmispasionesbyeva.blogspot.com.es/2013/04/un-despiste-lo-tiene-cualquiera.html

(En un blog de humor)


Una mala tarde la tiene cualquiera



Espero que nadie se haya reído mucho del operario que se encargó de pintar este “STPO” en el asfalto. Una mala tarde la tiene cualquiera.


una mala tarde la tiene cualquiera
http://www.blogdehumor.com/una-mala-tarde-la-tiene-cualquiera/


En todas estas expresiones, el orden de palabras no es el "habitual" (sujeto + verbo + complementos), sino el contrario. La estructura de la expresión es esta:


Complemento directo (un buen día, un mal día, un mal partido, un despiste) + 

pronombre personal de complemento directo(lo/la/los/las) +

verbo (generalmente, tiene) +

sujeto (la palabra cualquiera)


Cuando usamos la forma cualquiera (y no cualquier, que solamente se usa delante de un sustantivo) como sujeto, generalmente queremos decir 'cualquier persona'. Así que el sentido de estas expresiones es: Todos podemos tener un mal día, un despiste, una mala tarde, etc., así que hay que disculpar los errores, los despistes, el mal humor, etc., porque a todos nos puede pasar.

En el post-it del comienzo, "Un buen día lo tiene cualquiera", el mensaje es más positivo: todos nosotros podemos tener un buen día. Aunque yo solamente lo he visto en La Dichosa, parece que hay muchos en otros lugares de Madrid, y no solamente con este mensaje sino con otros también positivos que he encontrado en la página de facebook del colectivo "SomosThePosit". Te pongo algunos aquí, pero te recomiendo visitar la página:






Solamente me queda desearte esto:


que tengas un buen día
Supermercados DIA (sin acento)