Mostrando entradas con la etiqueta barrios. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta barrios. Mostrar todas las entradas

domingo, 21 de octubre de 2018

Yo gentrifico, tú gentrificas

En los últimos tiempos muchas nuevas palabras han entrado en nuestra lengua y muchos nuevos conceptos han entrado en nuestras vidas.              

Uno de ellos, que afecta a los habitantes de algunos barrios de las grandes ciudades, es el que aparece en este cartel:

Aprende español callejeando por Madrid: Yo gentrifico
Calle Bravo Murillo

En la foto, tomada en el barrio de Tetuán, aparecen imágenes de edificios antiguos y comercios tradicionales que han desaparecido y se han sustituido por edificios modernos y por comercios de grandes cadenas, nacionales o multinacionales. Dice el cartel que han desaparecido por gentrificación. En español, hemos adaptado esta palabra del inglés, con el mismo significado: un proceso que consiste en que la gente de un barrio céntrico y popular se va poco a poco marchando porque viene a vivir al barrio gente con más dinero; estos nuevos vecinos crean un nuevo tipo de comercios, más caros, pagan más por sus viviendas y hacen que los precios de las casas suban, y al final los antiguos vecinos ya no pueden pagar su casa ni comprar en su zona.

Este proceso se hace más rápido cuando, al mismo tiempo, se produce un proceso de turistificación, que es lo que está ocurriendo (o ha ocurrido ya) en muchos barrios de Madrid. También el fenómeno y la palabra son nuevos, y se refieren a la influencia del turismo de masas (o sea, la masificación turística) en el comercio y la sociedad: la desaparición de los comercios y su sustitución por bares y restaurantes, la subida de los precios del alquiler de casas, etc. 

Hace unos meses, un artista urbano, Yksuhc, representó en un muro de una calle de Malasaña ambos procesos. Te pongo primero una foto general y luego los detalles:


Aprende español callejeando por Madrid: Yo gentrifico



Aprende español callejeando por Madrid: Yo gentrifico

Aprende español callejeando por Madrid: Yo gentrifico

Aprende español callejeando por Madrid: Yo gentrifico
Calle de la Madera

En la imagen de la izquierda vemos a dos ancianas, antiguas habitantes del barrio, que viven en una corrala. Las corralas son un tipo de edificación que consisten en viviendas pequeñas a las que se entra por puertas que dan a un patio interior amplio. Se construyeron muchas desde el siglo XVII al XIX en algunas zonas populares de Madrid porque permitían hacer más pisos en espacios más pequeños.

Después, a la derecha, se representa un edificio moderno del barrio, con varias plantas y un moderno gimnasio, que simboliza el proceso de gentrificación del barrio. Más a la derecha, encontramos la maleta que simboliza la turistificación, y encima de ella, otro elemento muy presente en la zona: un juego del Monopoly, que simboliza la especulación urbanística. Este otro fenómeno, muy asociado a los anteriores, también resulta perjudicial para los barrios:


Aprende español callejeando por Madrid: Yo gentrifico
Calle San Germán

El hecho de que en un barrio popular empiece a vivir gente con más dinero (gentrificación) y de que vengan muchos turistas (turistificación) hace que se especule con el precio de las viviendas: hay gente que las compra a precios bajos (o ya las tiene, y le costaron baratas) y aprovechan el aumento de la demanda para subir mucho los precios.  Al final, los precios de todas las viviendas (y su alquiler) suben  y los habitantes del barrio se van a vivir a otros barrios más lejanos.


Todos estos procesos hacen que los barrios se parezcan mucho unos a otros y que prácticamente desaparezca la vida de barrio, como nos recuerdan en esta obra del colectivo La rueda invertida, en el barrio de Lavapiés:


Aprende español callejeando por Madrid: Yo gentrifico
Calle del Mesón de Paredes


Aprende español callejeando por Madrid: Yo gentrifico



Aprende español callejeando por Madrid: Yo gentrifico

Aprende español callejeando por Madrid: Yo gentrifico


En las imágenes se puede ver representados a diferentes colectivos del barrio que se van de él, obligados por las circunstancias: los emigrantes, los jóvenes artistas, las personas humildes de cierta edad...

¿Y quién tiene la culpa de todo esto? Pues un poco todos, como nos viene a decir este cartel:


Aprende español callejeando por Madrid: Yo gentrifico
Calle de Fernando VI

Muchos de nosotros queremos ser modernos: vivir en una zona de moda, hacer turismo constantemente, tomar algo en locales de moda, comprar en hipermercados, etc. Al final, todos contribuimos un poco o mucho, y los beneficiados son los que más dinero tienen: los dueños de los pisos, sean personas o empresas.

Hay otra palabra interesante muy relacionada con todos estos procesos:

Aprende español callejeando por Madrid: Yo gentrifico
Calle Nuestra Señora del Carmen

La palabra moderneo, que no encontrarás todavía en los diccionarios, se refiere a una determinada ideología y forma de vida muy asociada a los jóvenes de clase media-alta que se van a vivir a barrios gentrificados. Más o menos se corresponden con los hipsters.

Sobre la formación de sustantivos y verbos con los sufijos -eo y -ear te hablé ya en la entrada El tapeo, ¿te acuerdas? Pues hoy quiero que nos fijemos en otro sufijo, el que aparece en las palabras turistificación, gentrificación y masificación y sus verbos correspondientes: turistificar, gentrificar y masificar.

Este sufijo se usa, sobre todo, para palabras técnicas, pero en los últimos años cada vez se usa más en la lengua de todos los días. Generalmente, tiene el sentido de 'convertir algo en'; por ejemplo, si hablamos de turistificación, hablamos de convertir un lugar en un destino de turistas. Aunque, como verás por los ejemplos que pongo debajo, puede tener otros sentidos.

Aprende español callejeando por Madrid: Yo gentrifico



A propósito del último ejemplo, tengo que decirte que, como existen otros procedimientos de formación de palabras, a veces se crean parejas y hasta tríos de palabras que vienen de la misma palabra. 

Así, del adjetivo dulce se forma dulcificar, pero también endulzar y edulcorar. Y todos significan lo mismo, 'hacer, convertir en más dulce', pero no se usan igual. Te voy a dar ejemplos con títulos o fragmentos de noticias y páginas web.

Si hablamos del sentido más original, o sea, de hacer dulce o más dulce una bebida o una comida, usaremos endulzar

20 formas de endulzar café que no son azúcar

www.msn.com


También usamos endulzar como metáfora:

Un plan para endulzar la aritmética­

www.laprensa.com.ar


Edulcorar tiene el mismo significado, pero se usa más cuando se habla de nutrición y también cuando se endulza algo con productos como la sacarina y otros edulcorantes ('productos que dan sabor dulce y que no son el azúcar')

La leche -que no las bebidas vegetales- y los yogures -naturales o sin edulcorar- se deben tomar todos los días.

www.cope.es

Cuando edulcorar se usa metafóricamente, suele tener un sentido negativo, el de 'endulzar demasiado, esconder la realidad o presentarla de una manera fantasiosa':

Edulcorar los cuentos infantiles no es recomendable. Priva a los niños de la estimulación de la fantasía, de la comprensión de ciertas emociones e, incluso, de la inspiración para descubrir soluciones

www.elpais.com

Dulcificar se usa, sobre todo, con sentido metafórico, el de 'suavizar'. Te pongo varios ejemplos:

La Plataforma de Afectados de Madrid Central quiere "dulcificar" las restricciones al tráfico en el centro

www.lavanguardia.com

Cómo depilar las cejas en función de la cara

Si tiene la cara cuadrada o rectangular, la ceja debe de ser más redonda para dulcificar la mirada.

                                                                                                                             www.lavanguardia.com

La recién anunciada salida de Francisco González de la presidencia de BBVA puede dulcificar las relaciones con el nuevo gobierno

                                                                                                                  www.lapoliticaonline.com.mx


¡Uf, pero qué entrada más larga he hecho, si parece un libro! Pero espero haberte endulzado la vida un poco, o al menos haberte entretenido un rato.

Ya sabes, si te ha gustado la entrada, ¡escríbeme un comentario para que lo sepa! ¡Hasta pronto!


sábado, 17 de diciembre de 2016

Madrid huele a sol




"Madrid huele a sol por las mañanas", escribió Arturo Barea en su libro La forja de un rebelde. Arturo Barea (1897-1957), como muchos otros españoles, se fue de España después de la guerra civil, y vivió el resto de su vida en Inglaterra, donde escribió casi toda su obra. 

En su obra nos habla del Madrid anterior a la guerra y del Madrid de la guerra, que él sufrió.

Hace pocos días, el Ayuntamiento de Madrid decidió dar su nombre a una plaza de la ciudad. Es la plaza, hasta ahora sin nombre, donde está una bellísima biblioteca reconstruida sobre lo que quedó de las Escuelas Pías, el colegio donde estudió Arturo Barea, Este es el edificio:


la forja de un rebelde
Plaza de Arturo Barea



Para celebrar esta decisión, el colectivo cultural La Liminal está organizando con el Ayuntamiento unos paseos por el barrio de Lavapiés, donde Barea pasó gran parte de su vida en Madrid. Y el fin de semana pasado tuve la suerte de poder participar en uno de esos paseos, que me encantó. Paseamos por las calles relacionadas con la vida y la obra de Barea, y al final hicimos unas placas conmemorativas que nosotros mismos pusimos en los muros del barrio.

Te voy a enseñar algunas de las placas colocadas hasta ahora. La primera se puso justamente en los muros de las Escuelas Pías. Viene primero una frase de  Arturo Barea, cuando describe lo que ocurrió en Lavapiés (y en muchos otros lugares) a principios de la guerra civil, cuando mucha gente, como reacción al golpe de estado del general Franco, quemó y destruyó iglesias y conventos. Evidentemente, en aquellos momentos, Madrid ya no "olía a sol".


la forja de un rebelde
Plaza de Arturo Barea



la forja de un rebelde
Calle Vélez de Guevara



La placa de arriba se puso en la calle donde vivía la madre de Arturo Barea, una mujer pobre que trabajaba como lavandera (lavaba ropa de otras personas).

La madre de Arturo Barea trabajaba en el río, pero también tenía que ir a coger agua para su casa a las fuentes públicas, porque en aquella época en Lavapiés no solía haber agua corriente ('agua que se puede beber y que se tiene dentro de las casas'). Por eso Arturo Barea sabía muy bien cómo afecta el agua fría a las manos, y, en estas otras frases de su obra, nos habla del agua helada de la fuente agrietando ('abriendo grietas, pequeñas fisuras en la piel') las manos de las mujeres. También nos habla de los acentos diversos, porque el barrio de Lavapiés era un barrio de inmigrantes que venían de muchas partes de España (igual que  hoy lo es, pero de personas de muchas partes del mundo).


la forja de un rebelde
Plaza de Nelson Mandela

Calle Juanelo



La madre de Arturo Barea también tuvo que ir algunas veces a una institución llamada La Gota de Leche, que existía en varias ciudades de España y que se dedicaba a ayudar a las mujeres con niños, dándoles, como dice la placa, leche y asistencia médica.

En la puerta de esta institución, en Lavapiés, se formaban colas muy largas de mujeres que esperaban para entrar. Una vez, pasando por aquí Arturo Barea durante la guerra civil, vio cómo una bomba caía sobre estas mujeres, matando a muchas de ellas y a sus hijos. Este es el hecho que recuerda la última placa de  hoy, conectándolo con otros bombardeos ('ataques con bombas'), en este caso aéreos (desde aviones) de otros  lugares y otras épocas. 

Con esta última placa me despido, animándote a leer la novela La forja de un rebelde. Es bastante larga, pero el estilo es muy claro, y creo que aprenderás mucho sobre una época de la historia de España.

¡Ojalá siga siempre oliendo a sol en Madrid! ¡Hasta pronto!


Calle Jesús y María




jueves, 21 de enero de 2016

Barrio mestizo



                               
En la entrada Barrios te hablé de la importancia de la vida en los barrios de Madrid, con ejemplos, sobre todo, de Malasaña y Chueca. Hoy quiero hablarte un poco de mi propio barrio, que es menos céntrico: Tetuán, y de lo que hay en una plaza de este barrio.

Mi barrio es, sobre todo, un barrio de contrastes: está dividido por  una calle, Bravo Murillo, que marca una frontera social (con algunas excepciones, claro, esto no son matemáticas). Al norte (a la derecha, en el mapa que tienes debajo), la zona más cercana al Paseo de la Castellana, más rica; al sur de la calle (a la izquierda), la zona más pobre o menos rica. ¡Siempre, la eterna diferencia entre el norte y el sur: continentes, países, ciudades y barrios siguen el mismo patrón!






En la zona menos rica, hay una plaza dedicada un poeta que vivió en el barrio gran parte de su larga vida: Leopoldo de Luis (1918-2005). La plaza no es bonita, para mi gusto; al contrario, es bastante fea, está mal diseñada, y además, está descuidada y algo sucia. Pero hay algunas cosas interesantes en ella; sobre todo, que no hace mucho tiempo se pintaron frases, palabras y fragmentos de poemas de Leopoldo de Luis. Una poesía existencial que nos habla del sentido de la vida y de la unión del ser humano con la naturaleza.

Creo que estos poemas y versos son sencillos y que, quizás buscando dos o tres palabras, podrás entenderlos. Como la poesía cada uno la puede entender y sentir a su manera, no voy a explicarte el significado. Simplemente, ¡espero que sientas el calor y la serenidad, la calma que transmite esta poesía!


leopoldo de luis


leopoldo de luis






leopoldo de luis



leopoldo de luis




leopoldo de luis



leopoldo de luis




Tetuán (especialmente su zona sur) es un barrio en el que convive gente de todas las nacionalidades: chinos, dominicanos, españoles, filipinos, marroquíes, paraguayos, etc., y en él se puede ver una enorme variedad de costumbres, aspectos, comercios... En los bancos de esta plaza, al lado de los versos del poeta español, charlan migrantes y no migrantes de todos los colores y edades, mientras sus niños juegan en una humilde zona de juegos. En un rincón, alguien ha pintado una buena definición del barrio que puedes ver en la última foto.

Mestizo/a, que puede usarse como adjetivo o como sustantivo, significa 'resultado de la mezcla de etnias'. Y aunque casi toda la ciudad de Madrid, después de la gran inmigración de la primera década del siglo XXI, es un poco mestiza, Tetuán lo es en muy alto grado, y se siente orgulloso de serlo. En este barrio, españoles y migrantes se unen en la lucha por la dignidad, como lo hacen, por ejemplo, los miembros del grupo Invisibles de Tetuán.

Hace un tiempo leí en una novela una frase que me encantó, aunque no recuerdo su autor: "La única poesía de los barrios pobres es la lluvia". Sin embargo, Tetuán (sur), barrio mestizo y pobre, también es poético.


leopoldo de luis
Plaza Leopoldo de Luis





lunes, 7 de diciembre de 2015

Barrios



Oficialmente, la ciudad de Madrid está dividida en 21 distritos. Estas grandes zonas están divididas también en zonas más pequeñas, que llamamos barrios. Los barrios tienen sus nombres oficiales, pero esta división no siempre se corresponde con la realidad de lo que la gente siente como su barrio.

Por ejemplo, en el distrito Centro hay seis barrios oficiales: Palacio, Embajadores, Cortes, Justicia, Universidad y Sol. Sin embargo, en la realidad hay muchos más barrios oficiosos ('que no tienen reconocimiento oficial') cuyos nombres no coinciden la mayoría de las veces con los oficiales: Austrias, Las Vistillas, Malasaña, Chueca, Lavapiés, La Latina, Alonso Martínez, etc.

Y estos últimos son los verdaderos barrios, los que la gente siente como algo que forma parte de su vida. Ahí están las tiendas donde compra (las "tiendas de barrio") y los amigos de toda la vida (los "amigos del barrio"); a pesar de que la ciudad es grande y la gente cambia de un barrio a otro, muchos siguen sintiendo lo que dice el cartel de esta foto:


amor de barrio
Calle San Andrés



Los barrios no deberían convertirse en lugares donde la gente solamente duerme, mientras pasa el resto de su vida en el centro de la ciudad o fuera de la ciudad. Los barrios, cada uno con su especificidad y su carácter propio, son los que dan verdadera vida a una ciudad grande. Por eso es necesario que en los barrios siga habiendo, por ejemplo, vida cultural y vida comercial. Más todavía en los tiempos en los que vivimos, cuando los centros de todas las grandes ciudades de muchos países tienen exactamente las mismas tiendas y bares -Zara, Primark, McDonalds, Starbucks, etc.-, y cuando las afueras de las ciudades están llenas de grandes centros comerciales donde también se repiten los mismos grandes supermercados.

De momento, la mayoría de los barrios de Madrid mantienen su vitalidad y muchos vecinos sienten esa importancia de que esto sea así.


los barrios hacen ciudades
Calle San Andrés (barrio de Malasaña)


el tesoro de la ciudad
Calle Anastasio Herrero (barrio de Tetuán)



Un tesoro es algo precioso, de mucho valor, que está guardado. Generalmente todo el mundo que visita una ciudad conoce su centro pero no sus barrios. Por eso, los barrios están como escondidos, son el tesoro que guarda la ciudad.

Algunos comerciantes de los barrios del centro son especialmente activos a la hora de promocionar su barrio y hablar bien de él. Esto da orgullo a sus vecinos y hace que se sientan a gusto en su propio barrio.  Esto pasa en dos de los barrios que más me gustan de Madrid: Malasaña y Chueca. Los dos tienen nombres que son homenajes a personas reales: Malasaña era el apellido de Manuela Malasaña, una joven que perdió la vida durante el levantamiento popular contra los franceses del 2 de mayo de 1808; Chueca era el apellido de un famoso compositor de zarzuelas, un género musical típicamente español.

Fíjate en estas imágenes de dos escaparates de esos barrios:


Malasaña mola
Calle de San Andrés (barrio de Malasaña)

Chueca es genial
Calle Gravina (barrio de Chueca)




Pues sí, los dos barrios son geniales y los dos molan mucho. Y una forma de mantenerlos vivos, estos barrios y otros, es comprar habitualmente en sus pequeños comercios. Si no lo hacemos, poco a poco irán cerrando, y entonces no tendremos más remedio que coger el coche o el metro para ir a comprar, y además, las calles de nuestro barrio estarán más vacías y más tristes. Por eso, vivas donde vivas, te animo a comprar en las tiendas de barrio por estas y muchas otras razones que nos explican en el cartel de la última foto.

¿Y a ti, te gusta tu barrio? ¿Tienes cerca todas las tiendas y servicios que necesitas? ¿Sueles comprar en ellas? ¿Ha cambiado mucho tu barrio en los últimos tiempos?

¡Hasta pronto!

yo compro en el pequeño comercio
Calle del Barco (barrio de Malasaña)