Acueducto de Amaniel |
Vi esta pintada debajo de un antiguo acueducto ('puente construido para transportar agua') de Madrid y pensé: ¡Qué suerte! Porque yo nunca me aburro, casi siempre tengo cosas que hacer y, además, soy de esas personas que, si no tienen nada que hacer, se lo inventan. ¿A ti te pasa igual o a menudo te aburres?
El aburrimiento, como tantos estados de ánimo, emociones, gustos y sentimientos, puede ser expresado como algo interior a la persona, que lo siente o está así sin causa o con causa externa (y lo expresa con un verbo reflexivo: me aburro, te aburres, se aburre, nos aburrimos, etc.). Y es lo que le pasa a la persona que escribió en el acueducto.
Otras veces, en cambio, expresamos ese estado de ánimo, emoción, gusto o sentimiento como resultado de algo exterior, como pasa en esta otra pintada que vi en una taquilla de la Facultad de Bellas Artes (¿te acuerdas de estas taquillas?, te hablé de ellas en Guerra en la facultad). En una zona de un pasillo todas las taquillas están pintadas de rosa, excepto esta:
Facultad de Bellas Artes (Universidad Complutense) |
Aunque la forma aburría podría ser primera persona (yo) o tercera persona (él, ella), en esta frase entendemos que es tercera persona y va con el sujeto una taquilla rosa. Fíjate, si en lugar de decir una taquilla lo dijera en plural, tendría que decir me aburrían las taquillas rosas. Esto nos dice que el sujeto gramatical no es la persona que tiene el sentimiento (en este caso, yo), sino la cosa que produce ese sentimiento (en este ejemplo, la taquilla rosa). Y los pronombres que hablan de la persona que tiene el sentimiento son, como en el caso del verbo gustar, estos: me, te, le, nos, os, les (los pronombres de complemento indirecto).
En la misma foto tenemos otro verbo que funciona de manera similar, porque alguien ha respondido a la pintada. La respuesta es un poco agresiva, la verdad, en primer lugar porque usa ese coño, un taco o palabrota que utilizamos mucho en las preguntas (puedes leer sobre su uso en la entrada ¿Por qué no?). Pero también por su mensaje, que quiere decir que a nadie le importa si a esta persona le aburría su taquilla o no.
El verbo, en este caso, es importar ('tener importancia, valor o interés'). Es verdad que usamos mucho más este verbo en forma no reflexiva (tú me importas, algo me importa, otras cosas o personas me importan), pero eso es solamente porque casi nunca necesitamos expresar que sentimos interés hacia nosotros mismos. Cuando necesitamos expresarlo, por supuesto que usamos la forma reflexiva, como en este ejemplo, sacado de una entrevista sobre la película El bar, de Álex de la Iglesia:
En la película, ocho personajes se ven atrapados en un espacio cerrado y acaban enfrentándose para lograr sobrevivir. Un sálvese quien pueda que obliga al espectador a plantearse cómo actuaría llegado el momento. Carmen Machi lo tiene clarísimo: “Si a mí me dicen que para vivir tengo que matarte, te mato seguro“. Vaya, gracias. “No es personal, es solo que yo me importo más de lo que tú me importas a mí. Ni siquiera lo consideraría asesinato, sino más bien defensa personal“. (elpalomitron.com)
Otro ejemplo: el nombre de este canal de Youtube, que es de una chica que da consejos para cuidarse.
Aburrir e importar son solo dos ejemplos. Hay más verbos de este tipo y no puedo ponerlos todos en una misma imagen, así que solamente he seleccionado algunos que me parecen útiles en la imagen que tienes debajo. De todas formas, esto no es una regla que funcione para todos los verbos que expresan estado de ánimo, emoción, gusto o sentimiento. Otros verbos (por ejemplo, odiar) no se usan con complementos indirectos.
¿Y tú? ¿Sueles aburrirte? ¿Hay algo que te aburra mucho? ¡Hasta pronto!
Querida Marisa, te agradezco mucho por estas clases maravillosas. A pesar de tanto tiempo fuera de Madrid, mi comprension de castellano sigue gracias a tì. Adelante con amor. Un abrazo
ResponderEliminar¡Cuánto me alegra oír eso, Patrizia! Ese precisamente es uno de los objetivos del blog. ¡Un abrazo muy fuerte!
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