Calle Barbieri |
La verdad es que la primera vez que vi el nombre de este local lo entendí mal. Granjero es un hombre que trabaja en una granja (una casa de campo con animales como gallinas, pollos, conejos, vacas, etc.). Y campero puede ser un hombre al que le gusta mucho el campo. Por eso, como esta calle está en el barrio de Chueca, la zona más gay de Madrid, pensé que el nombre del local tenía una referencia homosexual ('hombre busca hombre'). Pero resulta que no, que el campero es un bocadillo muy típico en Málaga, hecho con un pan aplastado y tostado:
¿Y el granjero? Pues, según cuentan los dueños del local, este nombre se lo sugirió una serie de televisión, Granjero busca esposa. Encontraron ahí algo conocido y popular, y la posibilidad de una rima original para su negocio.
Así que este local, en realidad, no tiene nada que ver con granjeros, excepto que, claro, algunos de los productos que usan para hacer sus bocadillos pueden venir de granjas.
Pero la palabra granja existe también con otro sentido: antiguamente, las granjas eran establecimientos donde se vendían productos lácteos frescos, o sea, lecherías. Este tipo de tiendas existía en muchas zonas de España y todavía podemos ver alguna fachada que conserva el nombre, como esta tan bonita del barrio de Malasaña, que ahora es una tienda de productos de alimentación ecológicos:
Calle Dos de Mayo |
Como digo, en Madrid no hay ya granjas de este tipo, solamente algún rótulo o alguna fachada, pero en Cataluña la evolución de estas granjas fue diferente. Primero, de sitios para vender leche se convirtieron en lugares para desayunar, tomar café, helados, chocolate, horchata, etc. Más tarde, poco a poco, se han convertido en bares donde se puede tomar de todo, incluidas bebidas alcohólicas. De todas formas, aunque tengan todo tipo de productos, no son los sitios típicos donde vamos a tomar unos vinos con unas tapas. Son más bien sitios para desayunos y meriendas.
Y en una de estas granjas, en Barcelona, estaba este cartel que me regaló una lectora del blog:
Barcelona (foto de Chantal Poirot) |
Si alguien te dice esta frase, es que quiere que seas sincero y digas las cosas tal como son, o está anunciando que va a ser muy sincero y va a hablar claramente. Esta frase significa que "las cosas", o sea, el tema del que se está hablando, deben ser claras y, en cambio, el chocolate debe ser espeso. Y es que la forma óptima de beber chocolate en España ha sido durante muchos siglos así, espeso (o sea, con mucha masa y poco líquido). Y cuando el chocolate está espeso, no tiene un color claro sino oscuro, de ahí la expresión.
Pues a ver, ¿qué opinas tú de esta entrada? Las cosas claras y el chocolate espeso, ¿eh? Que no me gustan las medias palabras, quiero sinceridad.
Este era un ejemplo, pero también podría ser una pregunta para ti. Y antes de despedirnos te recuerdo que, si vas por Málaga, te tomes un campero, y si vas por Cataluña, vayas a una granja a tomar un buen chocolate o una horchata. ¡Hasta pronto!
Muy interesante tu entrada, siempre se aprende algo nuevo;)
ResponderEliminarGracias por tu comentario, me alegro de que sea así. Feliz año 2017 y hasta otra ocasión.
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